BUENOS AIRES, 14 mar (Xinhua) -- A una semana de las trágicas inundaciones que afectaron a la ciudad argentina de Bahía Blanca, con al menos 16 fallecidos, miles de evacuados y cuantiosos daños materiales, el distrito se enfoca en la reconstrucción, a partir de la ayuda solidaria de personas de todo el país y asistencia de distintos estamentos gubernamentales.
El fenómeno climático se produjo entre la madrugada y la mañana del viernes 7 de marzo, cuando, en pocas horas, cayeron alrededor de 400 milímetros de agua, convirtiendo a dos cursos de agua usualmente calmos, Napostá y Maldonado, en ríos correntosos que se desbordaron y arrastraron todo a su paso.
En algunas zonas de la ciudad, ubicada a unos 690 kilómetros al sur de Buenos Aires (capital federal), las marcas del agua quedaron registradas en paredes de las viviendas por encima de los 190 centímetros de altura, mientras que dueños y empleados de comercios del centro y la periferia todavía realizan tareas de limpieza y reacondicionamiento.
El intendente (alcalde) de la ciudad, Federico Susbielles, publicó este día en redes sociales un mensaje en el que dijo que "hace una semana, a esta hora, un diluvio caía sobre la ciudad y, minuto a minuto, la inundación crecía y crecía. Sé que hoy todo es dolor, todo es angustia, todo es tristeza. Sé que nos cuesta a todos encontrar fuerzas para salir adelante".
El funcionario señaló estar "convencido de la resiliencia que los bahienses tenemos, y que la vida, la solidaridad y el amor se terminarán imponiendo sobre la calamidad y los destrozos".
"Les pido que sigamos juntos, que sigamos priorizando el amor al prójimo por sobre todas las cosas. Que perseveremos, porque estoy convencido de que si seguimos con esta fuerza, si seguimos trabajando juntos, pronto veremos la luz al final del túnel, esa luz que nos merecemos", enfatizó Susbielles.
Además, agradeció a todos los argentinos "por esa mano solidaria que nos tendieron", y pidió a los habitantes de la ciudad tener "fuerza" para seguir adelante.
La solidaridad de los argentinos se hizo notar desde diferentes puntos del país, con masivas colectas de alimentos, ropa, calzado, elementos de limpieza, colchones y frazadas.
Los envíos fueron canalizados a través de cientos de entidades deportivas y organizaciones no gubernamentales, que se sumaron a los esfuerzos dispuestos por la alcaldía y el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, que anunció créditos y préstamos para que familias, empresas y comercios de Bahía Blanca puedan reconstruir, reparar o comprar bienes que se perdieron.
"El Gobierno de la provincia sigue enviando recursos y recorriendo sitios en los que hay que realizar obras urgentes. Hubo una etapa de emergencia, luego una de normalización y reactivación, en la que estamos, y después la fase de reconstrucción", dijo el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a la emisora LU2, de Bahía Blanca.
El Gobierno nacional, en tanto, anunció la creación de un fondo de 200.000 millones de pesos (unos 187,6 millones de dólares) para asistir a los damnificados por las lluvias e inundaciones, fondo que será administrado por la Agencia Federal de Emergencias, dependiente del Ministerio de Seguridad Nacional.
"Gracias al superávit fiscal pudimos enviar 200.000 millones de pesos a Bahía Blanca para ayudarlos a ponerse de pie nuevamente. De no haber existido (ese superávit), hubiéramos tenido que recurrir a imprimir dinero, licuándole el salario a todos los argentinos con inflación y aumentando la pobreza en el proceso", dijo este viernes el presidente argentino, Javier Milei, durante un acto en la feria Expoagro, en la ciudad de San Nicolás.
La alcaldía bahiense estimó que los daños ascienden a unos 400.000 millones de pesos, el equivalente a unos 375,2 millones de dólares.
Las tareas de reconstrucción cuentan con la presencia de cientos de voluntarios que llegaron desde distintos puntos del país, como los estudiantes de abogacía Pablo Alonso y Gabriel Hoffmann, provenientes de la provincia de Río Negro (sur).
"Vivimos acá casi todo el año, mientras estamos en clases, y queremos ayudar. Por eso nos fuimos al hospital Penna con baldes, palas y guantes, para sacar el barro", contó Pablo a Xinhua.
El temporal ocasionó el anegamiento del Hospital Interzonal General de Agudos "Doctor José Penna", por lo que personal sanitario debió evacuar a pacientes y a recién nacidos del área de neonatología en medio de la oscuridad, por la falta de energía eléctrica, y con el agua a la altura de la cintura, un esfuerzo que conmovió a todo el país.
La Universidad Nacional del Sur (UNS) resultó también gravemente afectada, en especial la sede ubicada sobre la avenida Leandro N. Alem, a 12 cuadras del centro.
"El agua alcanzó dos metros de altura y dejó un desastre, arrasó con todo. Son cientos de miles de dólares en pérdidas, es muy triste", dijo el rector de la casa de estudios, Daniel Vega.
El académico señaló ante el medio local La Brújula 24 que el agua dañó de manera irreparable unos 70.000 libros, y lamentó la falta de obras de infraestructura para enfrentar eventos climáticos como el del 7 de marzo.
"Lo venimos diciendo desde hace 20 años, se sabía que iba a pasar. Desde 1944 se sabía que las obras eran insuficientes. Las ciudades no se diseñan para catástrofes y, desgraciadamente, la lluvia superó los niveles más pesimistas. Era difícil evitar las consecuencias, pero es evidente que muchas obras de infraestructura ayudarían", afirmó Vega.
De acuerdo con datos oficiales, Bahía Blanca sufrió el temporal de lluvia más severo de su historia, ya que el evento reciente rompió el récord de precipitaciones que se había registrado el 18 de marzo de 1933, cuando cayeron en la ciudad 167,6 milímetros en un solo día.
"Vivimos situaciones de mucho dramatismo. Tuvimos (en un día) un registro de más de 400 milímetros, casi el 70 por ciento de lo que llueve en todo un año en Bahía Blanca", precisó Susbielles al comparecer recientemente ante la prensa.
La ciudad de Bahía Blanca, conocida en el país por su actividad agropecuaria, portuaria y petroquímica, y por su pasión por el baloncesto y el fútbol, tiene un estimado de 312.000 habitantes, de los cuales el 70 por ciento padeció daños o afectaciones de distinto tipo por el temporal.
