BEIJING, 11 mar (Xinhua) -- Dos perros robóticos que realizan tareas de patrullaje en un parque del Área de Desarrollo Económico-Tecnológico de Beijing, en el sureste de la capital china, han captado la atención de muchos transeúntes.
Estos robots cuadrúpedos de color gris y blanco, equipados con cámaras multiespectrales y sensores de alta precisión, representan la última innovación en los esfuerzos en curso de Beijing para construir una ciudad inteligente.
El Área de Desarrollo Económico-Tecnológico de Beijing, también conocida como Beijing E-Town, anunció el sábado que había actualizado oficialmente su sistema de vigilancia inteligente, al integrar los autos patrulla no tripulados, los perros robóticos con algoritmos de inteligencia artificial y análisis de macrodatos.
De esa forma, el área garantiza una cobertura total las 24 horas para las patrullas en toda la zona.
Según Beijing E-Town, el equipo recién desplegado incluye 18 vehículos no tripulados L4, 15 vehículos patrulla tripulados y dos perros robóticos inteligentes de grado industrial.
Cada perro robótico pesa aproximadamente 65 kilogramos y se adapta a entornos extremos, como lluvias intensas y altas temperaturas.
Cuentan con una cámara multiespectral y reflectores en la cabeza, mientras que el diseño de su espalda permite una rápida adaptación con sistemas especializados, como equipos a prueba de explosiones y detectores de gas. Esto permite manejar una variedad de tareas con una flexibilidad notable.
Los vehículos de patrulla no tripulados están equipados con cámaras panorámicas de 360 grados y sensores de alta precisión. También pueden conectarse con el sistema de video de la ciudad inteligente, creando así una red de monitoreo tridimensional integral que incluye vigilancia aérea y terrestre.
Los perros robóticos se encargan de inspecciones terrestres meticulosas, mientras que los vehículos no tripulados manejan las entregas de suministros y la transmisión de datos, trabajando juntos para establecer un modelo operativo altamente eficiente, precisó Beijing E-Town.
Además, este sistema de patrullaje inteligente de nueva generación aprovecha algoritmos avanzados de la inteligencia artificial (IA) y análisis de macrodatos, con el fin de detectar situaciones anormales, peligros de incendio y otros riesgos potenciales en tiempo real. A través de una red 5G, el sistema puede alertar instantáneamente al centro de comando, asegurando respuestas rápidas a las emergencias.
"El sistema mejorado ha triplicado la eficiencia de patrullaje en comparación con los métodos tradicionales y reduce significativamente los puntos ciegos en la vigilancia", refirió un portavoz de Beijing E-Town, tras agregar que continuarán explorando la integración profunda de la IA con la gobernanza urbana, brindando más avances tecnológicos de vanguardia desde el laboratorio hasta las calles y las comunidades.
Beijing E-Town también indicó que los perros robóticos ayudarán a garantizar la seguridad para la celebración de un evento de media maratón en abril, en el que competirán atletas robóticos y humanos a lo largo de la misma ruta.
Entre la gama de innovaciones en rápida expansión impulsadas por la IA de China, los perros robóticos aparecen con frecuencia en el centro de atención del público. Aunque el sector de los robots cuadrúpedos aún está en su fase comercial naciente, un número cada vez mayor de innovadores chinos están ingresando al campo, impulsados por un potencial de mercado prometedor.
En diciembre de 2024, el vídeo de la empresa china de robótica Unitree Technology sobre un ágil perro robot con patas de rueda arrasó en Internet. En el material se ve al perro robótico realizando impresionantes acrobacias, como dar vueltas, hacer volteretas laterales y saltar desde grandes alturas.
Se prevé que el mercado mundial de robots cuadrúpedos supere las 560.000 unidades en 2030, y que su valor de mercado supere potencialmente los 8.000 millones de yuanes (unos 1.100 millones de dólares), de acuerdo con una investigación de GGII, una consultora especializa en industrias emergentes con sede en Shenzhen, en el sur de China.
