Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 9 mar (Xinhua) -- Mientras el Gobierno de Bolivia persiste en mantener el tipo de cambio fijo, analistas advierten que la falta de divisas en el país encarece productos básicos, impulsa el mercado negro, genera presiones inflacionarias e incrementa la incertidumbre económica, por lo que plantean alternativas para enfrentar la crisis cambiaria en el país sudamericano.
Bolivia enfrenta una crisis de divisas desde 2023, año en que la oferta de dólares comenzó a disminuir de manera drástica en el sistema financiero.
A finales de 2023, el dólar se cotizaba en el mercado informal en 8,5 bolivianos, pero para 2024 su precio se disparó hasta los 15 bolivianos, lo que reflejó la falta de liquidez del sistema financiero boliviano.
A inicios del presente año, el precio del dólar en casas de cambio se situó en 11,5 bolivianos, es decir, muy por encima del tipo de cambio oficial de 6,96 bolivianos.
El Banco Central de Bolivia (BCB) implementó en tal sentido medidas paliativas como la venta directa de divisas y la inyección de cerca de 1.000 millones de dólares al sector privado, acciones que no lograron revertir la crisis de dólares en el país.
El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, dijo a Xinhua que ante este panorama, la institución privada ha planteado una serie de medidas para mitigar la crisis, las cuales no tuvieron eco entre las autoridades.
Entre las propuestas planteadas por el IBCE están la libre compra y venta de dólares en el mercado paralelo, así como la eliminación de la suspensión a las exportaciones, la diversificación de las ventas al exterior, la supresión del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) y la emisión de bonos en dólares con respaldo estatal.
"Necesitamos recuperar la oferta de dólares con mecanismos de mercado y mayor producción para evitar el colapso del sistema financiero", advirtió Rodríguez, experto en comercio exterior.
El directivo consideró fundamental la aprobación en la Asamblea Legislativa para la liberación de créditos provenientes de instituciones financieras internacionales y fortalecer así las reservas del BCB, más allá de sabotajes políticos.
A su vez, el especialista en análisis de riesgo crediticio Fernando Romero dijo a Xinhua que la crisis cambiaria no solo afecta la disponibilidad de divisas, sino que también ha provocado un encarecimiento en el costo de vida y un freno al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) boliviano.
Para el también economista, la caída de las exportaciones redujo de manera drástica las Reservas Internacionales Netas (RIN) que se situaron en 1.976 millones de dólares al cierre de 2024.
El especialista en análisis de riesgo crediticio consideró que la cifra es alarmante, si se le compara con los 15.000 millones de dólares de RIN que el país tenía en 2014.
Romero propuso una reducción sustancial del gasto público para paliar la escasez de la divisa, además de otras medidas como el combate al contrabando de combustibles, el fomento a la inversión privada, la eliminación del ITF, la aplicación de una tasa preferencial a quienes ahorran en dólares y la eliminación de restricciones a las transferencias digitales de la divisa.
"Si no actuamos oportunamente, los riesgos para la economía y la estabilidad serán más agobiantes", añadió el economista.
La posición del Gobierno ha sido cautelosa, al reiterar que modificar el tipo de cambio no es una opción viable, con el argumento de que una devaluación podría generar un "efecto domino" perjudicial para la economía boliviana.
El director de la carrera de ingeniería económica y financiera de la privada Universidad Franz Tamayo (Unifranz), Kadir Lanza, ha enfatizado en la compleja situación que enfrenta Bolivia.
Esta situación se produce en un escenario global volátil y de tensiones internas significativas, tanto en el terreno político como en el social, por lo que el académico ha planteado pensar en un modelo económico alternativo.
Lanza consideró que Bolivia debe transitar de un modelo que a decir del Gobierno se basa en la redistribución, a otro enfocado en la generación de valor, al apostar por la apertura económica y la seguridad jurídica con la finalidad de atraer capital extranjero.
Los expertos consultados por Xinhua han coincidido en que la crisis cambiaria ha puesto al Gobierno de Bolivia ante un dilema complejo: mantener el tipo de cambio fijo para evitar una devaluación abrupta o permitir un ajuste progresivo para corregir los desequilibrios macroeconómicos.