RÍO DE JANEIRO, 7 mar (Xinhua) -- La economía brasileña crecerá menos en 2025 después de dos años consecutivos de aceleración, aunque existen dudas sobre el tamaño de esa desaceleración, aseguran a Xinhua economistas del sector privado y del Gobierno brasileño tras conocerse hoy que el Producto Interior Bruto (PIB) del país creció un 3,4 por ciento en 2024, el mejor resultado desde 2021.
Para la economista de la Fundación Getulio Vargas (FGV) Silvia Matos, la economía brasileña crecerá apenas un 1,5 por ciento en 2025.
Matos señaló que el país está operando por debajo de su potencial, lo que abre el debate sobre el fin del ciclo de aumento de tasas de interés, sin necesidad de llevar la tasa básica de los actuales 13,25 por ciento a los 15 por ciento anuales previstos en la encuesta que semanalmente realiza el Banco Central.
"Un PIB más débil cambia la visión sobre una economía fuerte, pero necesita una contribución por parte del Gobierno. No se deben anunciar medidas contracíclicas en este momento. Esta desaceleración es bienvenida desde el punto de vista del proceso inflacionario. Es el primer paso para que la inflación pueda disminuir en los próximos meses, y contrariar eso sería negativo", señaló.
Por su parte, Natália Cotarelli, economista del banco Itaú, aseguró que la institución proyecta un crecimiento de 2,2 por ciento, cerca de la estimación del Ministerio de Hacienda, que es de 2,3 por ciento. Cotarelli espera un primer trimestre más fuerte que el visto a finales de 2024, cuando el consumo de las familias disminuyó por primera vez desde la pandemia.
"La economía sigue operando por encima de lo que consideramos su potencial, y esto no cambiará con la desaceleración de este año, lo que representa un desafío adicional para el Banco Central", afirmó Cotarelli. "Esperamos que la desaceleración en los trimestres siguientes sea menos intensa que la observada en el cuarto trimestre del año pasado", comentó.
Juliana Inhasz, economista del Insper, calculó que el PIB de Brasil crecerá un 2 por ciento en 2025, a pesar de la caída del consumo en el último trimestre de 2024, debido a la incertidumbre sobre el escenario tanto internacional como doméstico.
Según Inhasz, los datos preliminares indican que la desaceleración del consumo en el último trimestre de 2024 se está invirtiendo a comienzos de este año, pero advierte que el panorama general para 2025 será de un consumo más débil que en 2024. Sin embargo, no cree que esto signifique que se puedan reducir las tasas de interés este año.
"La inflación mostró ser resistente en el último trimestre de 2024, a pesar de la actividad más débil. La actividad económica por sí sola no es suficiente para reducir las expectativas de inflación y la inflación real, y por lo tanto, no es condición suficiente para un alivio en la política monetaria", sostuvo.
Mariano Monteiro, economista de SulAmérica, prevé que la desaceleración continuará en 2025, aunque el primer trimestre aún se beneficiará del buen desempeño del sector agropecuario. "Los indicadores ya muestran señales sutiles de enfriamiento, pero sin indicios de colapso", dice el economista, quien proyecta un crecimiento de 2 por ciento para el año.
Por su parte, la Federación de Industrias del Estado de Río de Janeiro (Firjan), a pesar del buen desempeño en 2024, advierte que Brasil aún enfrenta "cuestiones fundamentales" que impiden un crecimiento sostenido a largo plazo. La entidad señala que la tasa de inversión sigue "muy por debajo" de la media de los países emergentes (32 por ciento), alcanzando solo el 17 por ciento del PIB.
"En este escenario, Firjan reafirma que el país debe construir una base sólida que garantice un crecimiento económico duradero", apunta la entidad. "La adopción de una reforma fiscal robusta es esencial en este proceso, ya que permitirá una asignación más eficiente de los recursos públicos", concluyó.
