BEIJING, 6 mar (Xinhua) -- La modernización china, ampliamente mencionada en el Informe sobre la Labor del Gobierno presentado el miércoles por el primer ministro chino, Li Qiang, ante la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo de China, ha vuelto a atraer la atención internacional.
Para expertos y académicos latinoamericanos, el exitoso proceso de modernización de China no solo ha contribuido al desarrollo global, sino que también representa un modelo alternativo viable para otros países, especialmente aquellos del Sur Global. Su enfoque en la innovación, el crecimiento inclusivo y la cooperación internacional abre nuevas oportunidades para economías emergentes que buscan potenciar su desarrollo con estrategias adaptadas a sus realidades.
INYECTAR ESTABILIDAD A LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA MUNDIAL
Desde que se convirtió en la segunda economía más grande del mundo hace más de una década, China ha desempeñado un papel clave en el crecimiento económico global. En un contexto de desaceleración mundial, sus logros económicos han sido notables.
Según datos oficiales, la economía china creció un 5,0 por ciento en 2024, con un PIB que superó por primera vez los 130 billones de yuanes (17,9 billones de dólares). Esa tasa de crecimiento superó el promedio mundial del 3 por ciento, así como el de economías como Estados Unidos, Alemania y Japón. Para 2025, Beijing ha fijado nuevamente un objetivo de crecimiento económico del 5 por ciento.
Raquel León de la Rosa, profesora e investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) de México, destacó que "el protagonismo de China en la economía global ha fomentado una mayor diversificación económica, convirtiéndose en un motor clave para una globalización más equitativa". Agregó que iniciativas como la Franja y la Ruta y la internacionalización de empresas chinas han generado nuevas dinámicas que contrarrestan las estrategias proteccionistas de otras naciones.
En ese sentido, el Informe sobre la Labor del Gobierno resalta que China sigue siendo un motor clave del crecimiento económico mundial, con una contribución cercana al 30 por ciento del PIB global.
Según León de la Rosa, este crecimiento es fundamental no solo frente al proteccionismo externo, sino también debido al reajuste estratégico que China ha llevado a cabo en los últimos años. Destacó que, en su papel de defensor de la globalización y el multilateralismo, China, a través de sus "dos sesiones" y las políticas y estrategias que emanen de estas reuniones, contribuirá a brindar mayor estabilidad y certidumbre para afrontar los desafíos de la gobernanza económica global.
"En Latinoamérica solemos decir que si China crece, nuestros países se benefician. Esa idea puede extenderse al mundo entero, ya que China es el principal o segundo socio comercial de la mayoría de los países", afirmó Javier Adelfang, economista argentino y profesor de la Universidad Internacional de las Américas en Costa Rica.
Para analistas como León de la Rosa y Adelfang, el dinamismo económico de China no solo impulsa el comercio bilateral, sino que también genera efectos multiplicadores en diversas industrias y cadenas de suministro a nivel mundial. Además, la creciente inversión china en infraestructura, tecnología e innovación en mercados emergentes refuerza su papel como un actor clave en la estabilidad y expansión de la economía global.
NUEVOS CAMINOS PARA LA MODERNIZACIÓN INDUSTRIAL
Expertos destacan que la modernización china va más allá de una simple expansión económica; representa un modelo de desarrollo de alta calidad impulsado por la innovación y la tecnología. Este enfoque ha permitido a China consolidarse como un referente global en diversos sectores estratégicos, promoviendo un crecimiento sostenible y competitivo.
Según el "Índice de Innovación Global 2024" de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, China ocupa el puesto 11 a nivel mundial y se ha posicionado como una de las economías con mayor avance en esta clasificación desde 2010. Este ascenso refleja los esfuerzos del país en investigación y desarrollo, así como su capacidad para generar innovaciones que transforman industrias y fortalecen su papel en la economía global.
En los últimos años, China ha alcanzado avances fundamentales en sectores estratégicos como las redes 5G, los vehículos de nueva energía y la economía digital. Estos logros no solo han consolidado su liderazgo tecnológico, sino que también han servido de referencia para otros países en desarrollo, brindándoles oportunidades de cooperación e integración en la nueva economía global.
El Informe sobre la Labor del Gobierno de este año refuerza este compromiso con la innovación al incorporar conceptos emergentes como la inteligencia encarnada, la tecnología 6G, el comercio verde y las empresas gacela.
"China se ha convertido en una potencia que produce la mejor tecnología del mundo y lo puede hacer en una escala que ningún otro país del mundo puede igualar", argumentó Patricio Giusto, director del Observatorio Sino-Argentino.
A su juicio, esta capacidad "posiciona a China, más allá de las adversidades de la economía doméstica y de las turbulencias internacionales, como la gran potencia del futuro".
Mientras, Eduardo Regalado, politólogo del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba, señaló que "las nuevas fuerzas productivas de calidad constituyen una estrategia integral para transformar la economía y encauzarla hacia la innovación, la sostenibilidad y la competitividad global".
UNA ALTERNATIVA AL MODELO OCCIDENTAL
El Informe de la Labor del Gobierno chino reafirma un enfoque de desarrollo centrado en el pueblo, dando mayor prioridad a las políticas económicas que favorezcan el bienestar social y promuevan el consumo. El objetivo es generar nuevos puntos de crecimiento económico sin descuidar la mejora de las condiciones de vida de la población.
Para ello, el Gobierno chino propone medidas como la sincronización entre el crecimiento de los ingresos de los ciudadanos y el crecimiento económico, así como el fortalecimiento de la política macroeconómica para responder eficazmente a las necesidades y preocupaciones de la ciudadanía.
En este sentido, expertos latinoamericanos coincidieron en que el país asiático siempre ha mantenido el principio de situar al pueblo en el centro de su desarrollo económico y social.
Marcelo Rodríguez, director del Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor P. Agosti (CEFMA) de Argentina, afirmó que, a diferencia de la modernización en Occidente, donde el objetivo principal reside en la rentabilidad, "el éxito del proceso modernizador en China nos ofrece una perspectiva alternativa basada en un desarrollo de alta calidad enfocado en aportar al bienestar de la población".
Ante el auge del hegemonismo, el unilateralismo y el proteccionismo comercial, China promueve un sistema de gobernanza global más justo y equitativo, impulsando la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad mediante una reforma más profunda y una mayor apertura de su economía.
El economista brasileño Livio Ribeiro indicó que la modernización china tiene "importantes implicaciones para sus socios comerciales". Añadió que, aunque el concepto de Sur Global aún no se ha consolidado como una agenda unificada, China es un actor clave en el panorama mundial.
El socio de la consultora BRCG e investigador asociado del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (FGV IBRE) explicó que históricamente, los países del Sur Global han estado fuertemente vinculados al Occidente, pero China, con su creciente influencia en el escenario internacional, se ha convertido en una alternativa viable y en una opción clara para los países en desarrollo.
Por su parte, Eduardo Regalado aseveró que China representa un paradigma alternativo, sobre todo al consenso de Washington, al proporcionar herramientas y experiencias para que los países del Sur Global impulsen su desarrollo.
Asimismo, destacó el papel de China en el fortalecimiento del multilateralismo, fomentando una mayor participación de los países en desarrollo en los organismos internacionales, donde pueden expresar sus opiniones y defender sus derechos en el escenario global.
