MÉXICO, 7 feb (Xinhua) -- Las presiones e intimidaciones ejercidas por Estados Unidos durante el periplo realizado por su secretario de Estado, Marco Rubio, por Centroamérica y el Caribe entre 1 y 6 de febrero ponen de manifiesto que Washington sigue imponiendo sus propios intereses para fortalecer la fuerza geoestratégica en la región sin perder la Doctrina Monroe, coinciden expertos.
Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana fueron los países incluidos en el itinerario de Rubio, en un contexto de creciente presión estadounidense para implementar políticas que limiten la migración hacia su territorio.
Pável Alemán, analista cubano del habanero Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), apuntó que no se ha seleccionado al azar los países de la visita porque buena parte de ellos son emisores de migrantes y ruta de tránsito para los migrantes irregulares que pretenden asentarse en Estados Unidos.
"La prioridad de la gira consiste en buscar la cooperación para contener el flujo de migrantes irregulares y aceptar su deportación a los países de origen", afirmó el politólogo en diálogo con Xinhua.
Según informó el Departamento de Estado de EE. UU., Panamá y Costa Rica mostraron su apoyo a colaborar con la gestión migratoria estadounidense, mientras que El Salvador y Guatemala se comprometieron a recibir inmigrantes ilegales deportados de sus propios países y de otros que hayan viajado a Estados Unidos.
Para Eduardo Klinger Pevida, miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, esta estrategia responde a una metodología de presión económica y política, con el fin de condicionar acuerdos comerciales a la cooperación en seguridad migratoria.
"La pobreza extrema en estos países justifica precisamente la migración, pero las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos a algunos países de la región contribuyen a agravar la situación", afirmó el investigador.
Otro tema clave en la gira de Rubio ha sido el Canal de Panamá. En reiteradas ocasiones, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha calificado al canal como un "activo estratégico" de su país, amenazando con recuperar, incluso mediante el empleo de la fuerza, el control estadounidense de la vía que une los océanos Atlántico y Pacífico.
Según un comunicado del Departamento de Estado de EE. UU., en el encuentro con el presidente panameño, José Raúl Mulino, y el canciller del país centroamericano, Javier Martínez-Acha, el secretario de Estado estadounidense exigió cambios "inmediatos" en la gestión del canal y dejó en claro que este 'statu quo' es inaceptable y que, a falta de cambios inmediatos, Estados Unidos tendría que tomar las medidas necesarias.
Al respeto, Mulino declaró que "la soberanía de Panamá no está en cuestión".
Jones Cooper, subdirector del Instituto del Canal y Estudios Internacionales de la Universidad de Panamá, consideró que la amenaza de Rubio va más allá del tema de Canal de Panamá vinculándolo con deportaciones y guerra comercial, condicionan una cosa por otra y mantiene una relación de poder desigual con Panamá.
"Nos aleja de poder tomar y dirigir nuestro destino y con esto la visita de Marco Rubio también está diciendo a los países pequeños como Panamá: 'o están conmigo o están contra mí.'", aseveró el profesor.
En tanto, Wang Peng, director del Departamento de Desarrollo y Estrategia Latinoamericana del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo que Estados Unidos se ha acostumbrado a obligar a Panamá y otros países latinoamericanos a cumplir mediante presiones para lograr sus propios objetivos porque ellos han estado durante mucho tiempo sujetos a la coerción e influencia de Washington.
Desde la proclamación de la Doctrina Monroe en 1823, Estados Unidos ha intervenido repetidamente en los asuntos latinoamericanos, consolidando su posición como actor dominante en la región.
Wang enfatizó que ahora con la designación de Cuba como "país patrocinador del terrorismo", las amenazas de aranceles a Colombia por rechazar vuelos de deportación y las exigencias sobre el Canal de Panamá, EE. UU. está redoblando sus esfuerzos para consolidar su hegemonía en la región.
"Las presiones sobre los países centroamericanos y caribeños son una muestra clara de que la Doctrina Monroe sigue vigente", concluyó Wang.