MÉXICO, 26 ene (Xinhua) -- El Año Nuevo chino es más que un festejo del cambio de año porque contiene muchos símbolos y significados, entre ellos uno fundamental que es lo humano y la relación entre las personas, entre las familias, tal y como lo festejamos también en México, destacó el artista plástico mexicano Sebastián.
"Al final, es el mismo sentimiento profundo de los seres humanos que tienen una cultura ancestral", agregó en declaraciones a Xinhua el mundialmente reconocido escultor, tras develarse una pieza escultórica de su autoría para honrar al Año de la Serpiente, signo del entrante Año Nuevo chino del calendario lunar que iniciará de manera formal el próximo 29 de enero.
Intitulada "Serpiente Emplumada", la pieza de Sebastián, creador de innumerables obras como "El Caballito", en la populosa avenida Reforma de la capital mexicana o el "Arco de la Paz", en la ciudad china de Beijing, resalta también los vínculos culturales entre las civilizaciones china y mexicana.
"La pieza que yo hice es por el Año de la Serpiente y es la Serpiente de Madera, aunque está hecha en cartón. El cartón es de los árboles, es de madera", explicó el escultor mexicano.
"Para la representación de mi pieza tomé la evocación de un símbolo que es muy importante e icónico de la cultura prehispánica, de nuestra raíz ancestral", añadió, refiriéndose a la divinidad mexicana Quetzalcóatl, que significa "serpiente emplumada".
Junto a la pieza escultórica de Sebastián y como tributo a las similitudes o vínculos entre las civilizaciones de México y China fue develada también la obra "Serpiente de Madera", del escultor mexicano Miguel Castro Leñero.
La develación se llevó a cabo previo a la inauguración de la cuarta edición del Festival Cultural del Año Nuevo chino "Serpiente de Madera" en la capital mexicana.
La jornada inaugural del evento reunió el sábado a más de 26.000 personas en el Centro Nacional de las Artes, en medio de un ambiente vibrante de intercambio cultural, unión familiar y disfrute colectivo.
Entre talleres de caligrafía, pintura, artes marciales y exposiciones de cine, las familias exploraron y aprendieron sobre las tradiciones milenarias chinas, mientras disfrutaban de una atmósfera festiva que conectaba ambas culturas.
La ceremonia de inauguración del Festival Cultural del Año Nuevo chino inició con una espectacular fusión musical que combinó instrumentos prehispánicos mexicanos y tradicionales chinos como trompetas mayas o aztecas con flautas chinas, gong chino, cajetes prehispánicos y campanillas chinas.
Los músicos Javier Cabrera y Santiago Ruiz, originarios del estado de Tabasco, en el sureste mexicano, interpretaron una pieza creada en especial para el festival, mientras que un dragón chino y una "serpiente emplumada" mexicana danzaron al compás de sus notas que recreaban sonidos naturales.
"Lo que hicimos fue una reinterpretación de estos instrumentos. Al fusionarlos con flautas chinas, logramos una experimentación sonora que conecta la adoración de la divinidad a través de la naturaleza", comentó Cabrera.
"Para nosotros, el ser humano es el mismo en cualquier parte del planeta. Ya sea en la prehistoria o en la época contemporánea, hay características que definen culturalmente a los grupos, pero las necesidades fundamentales son las mismas siempre".
"Creo que la música de China, al igual que la prehispánica de México, lo que busca es la adoración de la divinidad a través de la naturaleza", añadió Cabrera, al tiempo que enfatizó que la interpretación fue una alegoría hacia la naturaleza y lo que representan los sonidos.
El encargado de Negocios de la Embajada de China en México, Zhu Jian, destacó en su discurso durante la inauguración que la Fiesta de la Primavera fue inscrito de manera reciente en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Explicó que tal reconocimiento resalta valores universales como la paz, la armonía y la convivencia familiar.
"México y China tenemos muchas similitudes en nuestras culturas y civilizaciones porque estamos en una comunidad de futuro compartido", afirmó Zhu.
En tanto, la directora general de Promoción y Festivales Culturales de la Secretaría de Cultura de México, Mariana Aymerich, destacó en su intervención que el 14 de febrero próximo se cumplen 53 años de relaciones diplomáticas entre ambos países, lo que consagra la responsabilidad compartida de difundir su rico patrimonio cultural.
Por su parte, la directora del Festival Cultural del Año Nuevo chino en la Ciudad de México, Yaride Rizk, resaltó la evolución del evento, al señalar que el diálogo entre ambas culturas toca "aguas profundas, que van más allá de cualquier cultura y hablan de lo humano y lo universal".
Entre los asistentes al festival estuvo Rosa María Rubio, quien acudió por primera vez acompañada de su pareja y amigos.
"Esta celebración me ha dejado ver unión familiar, respeto por otras culturas e interés hacia las personas", comentó.
Rubio destacó la multitudinaria asistencia y la calidad de las actividades, además de celebrar que la Fiesta de la Primavera haya sido reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, al dimensionar la "grandeza" de la cultura china y su internacionalización creciente.
La gastronomía china fue experimentada como un gran puente cultural en el festival, donde el restaurantero de origen chino, Alfonso Chiu, expresó su emoción al ver cómo los asistentes disfrutaban de los sabores típicos del país asiático.
"La comida y la cultura chinas son muy aceptadas en México (...) a la gente le gusta lo que hacemos, le gusta la gastronomía china, ver los bailes, las danzas de dragón y león, le encanta al pueblo mexicano. Donde quiera que lo hagamos, la gente se reúne para verlo", afirmó Chiu.
Así, entre música, danza, exposiciones, conferencias, venta de comida y artesanías, la cuarta edición del Festival Cultural del Año Nuevo chino en la capital mexicana no solo celebró la llegada de un nuevo ciclo zodiacal, sino que también fortaleció los lazos entre dos culturas milenarias.
Dos culturas que al proyectar en todo su esplendor la riqueza de sus respectivas civilizaciones, encuentran un terreno común en valores universales como la paz, la unión y el respeto por sus tradiciones.
Más allá de su intrínseco carácter festivo, el Festival Cultural del Año Nuevo chino se erigió como un puente vivo que une a China y México con el recordatorio de que en la diversidad también habita la armonía y que el intercambio cultural enriquece, a la vez que nos acerca como humanidad.