BUENOS AIRES, 24 ene (Xinhua) -- Los indicadores de la economía argentina tras un primer año de fuerte ajuste fiscal ponen en evidencia un modelo que ha impactado negativamente a la industria local, pero que además requiere una constante inyección de dólares para sostener la estabilidad de la balanza de pagos y del tipo de cambio, según sostienen analistas del país suramericano.
En versión del economista Hernán Letcher, el modelo actual se asemeja al establecido en la década de los 90 del siglo pasado, cuando existía la "convertibilidad", con un esquema de apreciación cambiaria que requiere el ingreso constante de dólares y que está acompañado por un problema de flujo de divisas que "aún no ha sido resuelto" por el Gobierno.
"Lo que estamos viendo es un modelo muy parecido a la década de los 90 con un tipo de cambio muy apreciado que le pega negativamente sobre todo al sector industrial, que pierde competitividad, pero que a la vez está caracterizado por la necesidad constante de inyección de dólares para compensar la cuenta corriente de la balanza de pagos que es deficitaria", comentó Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en diálogo con Xinhua.
Para el economista, los ingresos de divisas por el superávit comercial se han moderado en los últimos meses, un hecho que, si se combina con el actual nivel de apreciación cambiaria, hace que otros factores, como el turismo, comiencen a reflejar una balanza deficitaria con más salidas de divisas al exterior.
De acuerdo con un informe del CEPA, el "modelo de Milei" se basa en una inyección constante de dólares que permite sostener este "déficit de cuenta corriente" al igual que el tipo de cambio.
De igual forma señaló que la actual relación entre el peso argentino y el dólar constituye el ancla inflacionaria principal, y la inflación "el principal activo del Gobierno ante la sociedad" tras el primer año de gestión de Javier Milei.
Para esto, agregó, el Ejecutivo junto al Banco Central de la República Argentina (BCRA) han recurrido a distintas estrategias: primero, la declaración y retorno al país de capitales que no estaban registrados (proceso conocido como blanqueo), posteriormente una operación de deuda tipo "Repo" con cinco bancos internacionales por 1.000 millones de dólares, mientras que en la etapa actual busca recursos de organismos internacionales.
"Finalmente, el Gobierno está intentando apelar a los dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) para resolver las divisas que aún no tiene, porque, en definitiva, el Gobierno aún no ha resuelto el problema del flujo de dólares en la Argentina", remarcó Letcher.
Sobre este punto, el economista Pedro Gaite sostuvo recientemente que "la insuficiencia de divisas sigue siendo el principal problema de la economía argentina".
En declaraciones citadas por el diario local "Perfil", Gaite indicó que las reservas del Banco Central "siguen siendo muy escasas" y el panorama para este 2025 es "desafiante".
"Las distintas aristas de la política económica que apuntan a seguir reduciendo la inflación atentan contra el principal problema de la economía argentina que es la falta de dólares (...) Para sostener este tipo de cambio, poder hacer frente a los vencimientos de deuda y sostener una actividad económica que se viene recuperando, la clave es que se siga endeudando el sector privado", indicó.
El aún bajo nivel de reservas también fue apuntado de modo reciente por la calificadora de riesgo crediticio Moody's Ratings, que aseguró que esta condición constituye una restricción para que Argentina garantice el pago de sus compromisos de deuda este año así como en 2026.
Además de la inyección de divisas, los análisis económicos dentro de Argentina refieren un primer año con impactos distintos en los diferentes sectores de la actividad económica.
Desde el CEPA sostienen que la economía muestra un comportamiento "heterogéneo", con sectores que "han ganado" y otros que "han perdido", todo lo cual impacta notablemente en la situación del empleo.
Según datos expuestos por el centro, los sectores de la construcción, la industria y el comercio son los que han sido impactados de manera negativa, y al mismo tiempo son los que generan aproximadamente el 44,5 por ciento de los puestos de trabajo, mientras que los que se han visto beneficiados, como la minería, la energía o la intermediación financiera, explican solo el 4 por ciento del empleo.
"Ese formato de la economía, ese modelo, lo que hace es que aparezcan sectores ganadores y perdedores a solo un año del inicio del mandato de Milei, por un lado, ganan los sectores que no generan mano de obra o que generan muy pocos puestos de trabajo, mientras que los que dan dinamismo a la economía y que históricamente cuentan con mano de obra intensiva no toman dinamismo, no crecen, no se recuperan", apuntó Letcher.
Sobre este punto, el economista agregó que "al igual que la década de los 90, puede darse el caso de que la actividad económica muestre un desempeño (favorable), pero el resto de las variables, particularmente lo que tiene que ver con los salarios o el empleo, no acompañe ese proceso", concluyó.