LA HABANA, 21 ene (Xinhua) -- La reinclusión de Cuba en la Lista de países patrocinadores del terrorismo, el primer día del nuevo mandato presidencial de Donald Trump, ha sido calificada como una obsesión política por el académico cubano Luis René Fernández.
"Es un claro ejemplo de una política obsesiva y compulsiva por demostrar que no hay respeto alguno por las normas internacionales, ni por los criterios establecidos sobre lo que define a un país terrorista", dijo Fernández a Xinhua.
El nuevo presidente estadounidense revocó este lunes, en las primeras horas de su mandato, la orden del pasado 14 de enero con la que el exmandatario Joe Biden sacó a Cuba de ese listado que elabora el Departamento de Estado estadounidense.
Para el politólogo del habanero Centro de Investigaciones de la Economía Internacional (CIEI) se pone en evidencia además la debilidad estructural y moral de dicha administración, que actúo impulsada por un Departamento de Estado liderado ahora por Marco Rubio, cuyo discurso se caracterizó por repeticiones de afirmaciones infundadas.
Fernández consideró que designar a Cuba como un país patrocinador del terrorismo, alegando motivos tan absurdos como su apoyo a Palestina, más que un análisis serio basado en hechos, refleja una intención política y una desesperación por contentar a ciertos sectores del sur de La Florida.
"Esto no solo debilita la credibilidad de Estados Unidos en la arena internacional, sino que también expone la naturaleza caótica y errática de las políticas de Trump, marcadas por intereses económicos de una plutocracia que determina la política y una evidente desconexión con la realidad", señaló.
El investigador, quien durante varias décadas ha estudiado la realidad política y económica de Estados Unidos, señaló que la medida busca, en primer lugar, dañar al pueblo cubano y crear una situación insostenible que favorezca lo que llaman el cambio de régimen, "que claramente se refiere a restablecer el sistema de dominación neocolonial en condiciones extremas".
Al referirse a los efectos de la decisión de la Casa Blanca, apuntó que hace un daño adicional a la posibilidad de Cuba de acceder a flujos financieros y de realizar transferencias interbancarias, además de que disminuye la llegada al país caribeño de turistas y visitantes.
"El ataque inicial a Cuba como primera acción de política exterior de la Administración Trump no debe interpretarse como una señal de fortaleza, sino como un acto de debilidad y desesperación", subrayó el doctor en Ciencias Económicas y profesor universitario.
En ese sentido comentó que la falta de coherencia en las decisiones, sumada a la manipulación política de temas sensibles como el terrorismo, solo profundiza la desconfianza global hacia un Gobierno más interesado en satisfacer los caprichos de sus aliados que en construir un mundo basado en el respeto mutuo y la cooperación internacional.
Señaló que son muy peligrosas las expresiones extremas contra México, al que responsabilizan de una supuesta invasión migratoria, además acusada injustificadamente de estar conformada por criminales, a lo que se sumó la decisión de cerrar la frontera con fuerzas militares, como en una guerra.
También indicó que las intenciones de recuperar el Canal de Panamá tienen como base mentiras y manipulaciones de la historia y de la situación actual, además de que demuestra las formas más agresivas de la Doctrina Monroe, que desde 1823 establece que América es para los americanos, entendidos estos como los estadounidenses.
El académico consideró que el propósito declarado de restablecer la hegemonía de Estados Unidos desconoce los cambios objetivos en la correlación de fuerzas, el ascenso de otras potencias, y de países que no están dispuestos a someterse a sus designios.
"La repetida consigna de 'hacer grande a Estados Unidos de nuevo' es irrealizable, y lo cierto es que sus acciones solo van a acelerar la decadencia estadounidense y el proceso de cambios en el orden económico y político internacional", aseveró Fernández.
