Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 31 dic (Xinhua) -- Ni los constantes cortes de electricidad, ni el desabastecimiento, han hecho mella en los cubanos, quienes, como es tradición, celebran con modestas fiestas familiares la llegada del Año Nuevo, sin dejar a un lado viejos rituales.
Desde la presidencia del país, el mandatario Miguel Díaz-Canel, pidió en la red social X recordar el año que termina "no por los obstáculos y las carencias", sino "porque todos los vencimos juntos".
Y el llamado del presidente, más allá de lo político, tiene una expresión en casi todos los hogares del país, donde de una manera más o menos modesta, las familias esperan la llegada del 2025 con la esperanza de que sea un año mejor.
"Esperemos que en el nuevo año la economía mejore y nuestras circunstancias personales también", dijo a Xinhua el profesor jubilado Orlando Bueno, un habanero que pretende reunirse esta noche con toda la familia.
Bueno explicó que a pesar de que tiene un hijo que vive en Estados Unidos, "todos estaremos juntos, gracias a las bondades de la tecnología", en referencia a las videollamadas que permiten las redes telefónicas digitales.
Aunque el cerdo es el plato tradicional de estas fechas, los altos precios de esa carne en los mercados cubanos han hecho que el pollo se convierta en el alimento más presente en las casas donde se celebra el fin de año.
"La libra de puerco (cerdo) está muy cara, pero vamos a asar un par de pollos enteros y con eso come la familia y no dejamos de celebrar", explicó Margarita Villalba, una ama de casa para quien estas fiestas familiares "son sagradas".
Entre risas, Villalba, quien está divorciada, aseguró que cumplirá un viejo ritual que se ha transmitido de generación en generación: esta noche usará ropa interior roja para atraer un nuevo amor.
Esa delirante práctica, y que emplean sobre todo las mujeres, indica utilizar al revés esa prenda interior de color rojo, que debe colocarse al derecho a las 12 de la noche, algo que supuestamente garantiza suerte en el amor para los venideros 365 días.
Y es que en Cuba, como en muchos países de Iberoamérica, la tradición incluye rituales medio disparatados como colocar dentro del zapato o saltar sobre un billete de cien dólares al filo de la medianoche de hoy, lo que, se dice, trae buena fortuna en el Año Nuevo.
De manera similar, resulta algo loco, que quienes desean viajar en el año que comienza hacen una vuelta a la manzana, exactamente a las 00:00 horas de la noche de esta jornada, con una maleta que simboliza el futuro equipaje.
Otra costumbre que a pesar de ser descabellada ha resistido el paso del tiempo es lanzar hacia la calle un cubo de agua, también a la medianoche, "para que se lleve todo lo malo".
La versión más ortodoxa de esa tradición indica que este día hay que limpiar primero la casa, siempre desde adentro hacia afuera, y guardar el agua sucia de la limpieza para hacer en la noche el singular despojo.
Otro ritual, en el que suele haber mayor consenso, es la creencia de que utilizar una prenda de ropa nueva en la última noche del año puede traer suerte en el futuro, pues se podrá estrenar ropa todo el año y no faltará el dinero.
También en muchas familias está arraigada la costumbre de confeccionar con los vecinos un muñeco con ropas usadas, al que se le introducen tiras de papel donde apuntan aquello que desean olvidar o eliminar de sus vidas, antes de prenderle fuego para arrasar con todo lo malo.
El último día del año resulta común ver a la familia y a los amigos reunidos deseándose "salud, dinero y amor", o siendo aún más audaces con la frase "Año nuevo, vida nueva", que de cualquier manera expresa el mismo deseo de lograr metas mayores en la vida.
En general, cada 31 de diciembre, por encima de estrecheces o dolores personales, los cubanos tratan de ratificar los lazos de unidad familiar, la principal tradición que pervive en una isla cuya nacionalidad nació de una amalgama de culturas, expresada cada noche de Año Viejo.
