LIMA, 17 nov (Xinhua) -- En una reunión crucial sostenida el sábado, el presidente chino Xi Jinping y su homólogo estadounidense, Joe Biden, reafirmaron su compromiso de mantener el diálogo, fomentar la cooperación y evitar los conflictos.
En los últimos años, los lazos China-Estados Unidos han pasado por altibajos. En Washington, una mentalidad generalizada de suma cero contra China ha endurecido las políticas para obstaculizar el desarrollo del país asiático.
Hay "un consenso bipartidista (en Washington) de que la competencia estratégica con China debe continuar, incluso si existe poco consentimiento respecto del objetivo final de Estados Unidos para esta estrategia", dijo Yilun Zhang, investigador asociado y director del programa de Comercio y Tecnología del Instituto de Estudios China-Estados Unidos, en una declaración escrita para Xinhua.
Desde los aranceles hasta las restricciones en tecnología de semiconductores, estas medidas no sólo han obstaculizado los lazos bilaterales, sino que han reverberado a través de las cadenas de suministro globales.
Por otra parte, China y Estados Unidos tienen cosmovisiones divergentes. China ha defendido una visión de una comunidad global más equitativa, más sostenible y más inclusiva, mientras que Washington ha buscado mantener su posición de dominio duradera.
A pesar de estas profundas diferencias, el contacto de alto nivel del sábado destacó un entendimiento compartido: con tanto en juego, ninguna de las partes puede permitirse el peligro de la confrontación.
Las dos partes deben seguir explorando la vía correcta para que las dos potencias se lleven bien y logren una coexistencia pacífica y duradera en este planeta, dijo Xi durante la reunión.
"La trampa de Tucídides no es una inevitabilidad histórica. No debe librarse una nueva Guerra Fría y nadie la puede ganar", dijo Xi durante la reunión al margen de la 31ª Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) realizada en Lima, la capital de Perú.
En los últimos años, ciertos políticos, académicos y medios de comunicación estadounidenses se han aferrado a una mentalidad de suma cero y han advertido de la llamada trampa de Tucídides, de la idea de que un país en auge provoca miedo de forma inevitable a uno establecido, lo que conduce a un conflicto o guerra.
No obstante, China ha rechazado constantemente esta premisa. En un mundo moldeado por la globalización, en el que las naciones están profundamente interconectadas y sus intereses se entretejen profundamente, China afirma que los viejos paradigmas de la política del poder y la supervivencia del más apto deben cambiarse por una visión más cooperativa, una que busca la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad.
"Estados Unidos puede ahorrarse los enormes costos en los que incurriría por combatir a China en varios asuntos clave si adopta una vía mutuamente beneficiosa", dijo Denis Simon, un especialista de las relaciones entre Estados Unidos y China desde hace mucho tiempo y ex vicerrector de la Universidad Duke Kunshan.
"El respeto mutuo, una mayor sensibilidad transcultural y una mayor reciprocidad pueden conducir a resultados de ganancia compartida", dijo Simon.
En la reunión sostenida el sábado, Xi pidió a la parte estadounidense tener una correcta percepción estratégica de China y tratarse mutuamente como iguales.
El objetivo de China de una relación China-Estados Unidos estable, saludable y sostenible se mantiene sin cambios, dijo Xi, quien añadió que su compromiso con el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación de ganancia compartida como principios para manejar las relaciones China-Estados Unidos se mantiene sin cambios.
Por su parte, Biden enfatizó que la relación entre Estados Unidos y China es la relación bilateral más importante del mundo.
Estados Unidos no busca una nueva Guerra Fría, no busca cambiar el sistema de China, sus alianzas no están dirigidas contra China, no apoya la "independencia de Taiwan", no busca el conflicto con China, no ve su política hacia Taiwan como una forma de competir con China, dijo Biden.
En los últimos cuatro años, los dos presidentes han encauzado conjuntamente el diálogo y la cooperación entre China y Estados Unidos. Se han reiniciado o establecido más de 20 mecanismos de comunicación y se han realizado avances positivos en ámbitos como la diplomacia, la seguridad, la economía, el comercio, los asuntos fiscales, las finanzas, el ejército, el combate al narcotráfico, la aplicación de la ley, la agricultura, el cambio climático y los intercambios entre pueblos.
"Actualmente, la necesidad apremiante es conservar, ampliar y consolidar la comunicación entre los dos países", dijo Zhang.
"A medida que se asiente el polvo político de este ciclo electoral, los intercambios entre pueblos serán tan cruciales como los diplomáticos", dijo, en referencia a la elección presidencial recién finalizada en Estados Unidos, en la que el expresidente Donald Trump ganó la contienda.
"La próxima generación debe seguir interactuando entre sí, no sólo para reducirse a los malentendidos, sino también profundizar el cúmulo de conocimientos de China dentro de Estados Unidos", añadió.
Durante su primer período, la administración Trump adoptó la doctrina "Estados Unidos primero" por la que se impusieron aranceles radicales sobre los socios comerciales de Estados Unidos. Luego de su victoria, las preocupaciones por un creciente proteccionismo se han vuelto a propagar a nivel global.
"Esperamos que China siga defendiendo el mensaje de mantener abierto el sistema comercial mundial", dijo Carlos Aquino, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Perú.
"Es importante que el mensaje de (salvaguardar) un sistema comercial libre y abierto siga siendo defendido por el presidente Xi", dijo.