RÍO DE JANEIRO, 16 oct (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió hoy los gastos en sanidad y educación y dijo que es necesario saber para quién se gobierna, recordando que, de los 213 millones de brasileños, 81 millones ganan como máximo tres salarios mínimos.
En un discurso en el Palacio presidencial de Planalto, Lula dijo que la única alternativa para gobernar un país grande y desigual como Brasil es dar preferencia a los más pobres a la hora de utilizar los recursos públicos.
"¿Cuál es el problema que enfrentamos? Es un problema que tiene repercusiones en los titulares de los periódicos, repercusiones en los editoriales de los periódicos, repercusiones en el llamado mercado. Cada vez que nos ocupamos de la política social, se trata como un gasto. No es de extrañar. Fue una doctrina de palabras creada para inducirnos a cometer ciertos errores", comentó.
Lula comparó la situación con la de un empresario que decide invertir en la empresa para mejorar la situación de los trabajadores, por ejemplo. "En el caso del Gobierno, del Estado y del ayuntamiento, es así: vas a poner más dinero en sanidad, se gasta. Vas a poner más dinero en educación, se gasta", comentó.
Las declaraciones de Lula se producen en un momento en que el equipo económico, a dos meses y medio de fin de año, busca formas de reestructurar el gasto para evitar que haga inviable el marco fiscal.
El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, declaró hoy que es "urgente" y está "en la agenda" cambiar la dinámica del gasto público y su impacto en la deuda pública, que no hace más que crecer.
Según él, el gasto público es una "patata caliente con cuestiones estructurales que hay que resolver".
Para Haddad, es tan urgente resolver el problema que la reestructuración del gasto debería tener lugar incluso antes de la reforma del impuesto sobre la renta, que se espera sea enviada al Congreso a finales de año.
