SANTIAGO, 31 may (Xinhua) -- La determinación de Estados Unidos de elevar los aranceles a las importaciones de autos eléctricos provenientes de China, entre otros productos chinos de energías limpias, perjudica el avance de los sistemas de transporte sustentables e interviene en la dinámica de la economía mundial, afirmó la economista chilena Marcela Vera.
El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, comunicó este mes la decisión de incrementar los impuestos a los vehículos eléctricos, baterías, células solares y microchips para la industria tecnológica, procedentes de China, lo que significa un alza de los aranceles del 25 al 100 por ciento a partir del 1 de agosto próximo para los envíos desde el país asiático.
Para Vera, académica de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), la medida adoptada por el país norteamericano representa "un tipo de bloqueo al desarrollo de industrialización de un sistema automotriz verde", un área en la cual China lleva la delantera.
"Los autos chinos son un proceso de innovación enorme, no solo en términos de electromovilidad, sino que también en cómo se interrelacionan con los sistemas de comunicación, inteligencia artificial y robótica", dijo a Xinhua la directora del Instituto de Gobiernos Locales de la Universidad Abierta de Recoleta (UAR).
En sus palabras, los coches eléctricos chinos garantizan a la población "sustentabilidad, bajos precios y altos niveles de tecnología", por lo que Estados Unidos busca "generar ciertos bloqueos al mercado chino", con una normativa que "apuesta por la competencia y no por la cooperación, incluso a costa del medio ambiente".
"China está desplazando del mercado a otros que son menos eficientes en su producción, pero que también están quedando rezagados de este proceso tecnológico. Por eso, hoy día, Estados Unidos intenta generar medidas proteccionistas que no solo benefician a su industria, sino también a Europa y a Japón", explicó la doctora en Ciencias Sociales.
Vera aseguró que, además del desplazamiento, los autos eléctricos chinos están pensados para funcionar en ciudades inteligentes, donde "la carga del automóvil facilita un proceso de sostenibilidad, pero también de incidencia sobre el mismo sistema eléctrico, dado que el auto puede transportar carga eléctrica al sistema de generación central".
"Estos elementos no se encuentran en otros mercados automovilísticos y, por tanto, impedir que este tipo de mercados se desarrolle como corresponde a un sistema competitivo implicaría que Estados Unidos está nuevamente generando una injerencia sobre el sistema económico, pero también sobre el control medioambiental", dijo la entrevistada.
A su juicio, la acción del Gobierno estadounidense es un obstáculo para la formación de encadenamientos productivos en el planeta, inclusive entre Estados Unidos y China, ya que impide el vínculo entre empresas que componen diferentes etapas o eslabones de un proceso de producción, lo que daña la competitividad y atenta contra las cadenas de valor.
"Yo diría que esta es una señal muy fuerte en torno a un siguiente nivel de una guerra comercial", advirtió Vera.
La experta comentó además las intenciones de la Comisión Europea de replicar esta medida entre los países europeos para proteger sus intereses, de acuerdo con las declaraciones de la presidenta del organismo, Úrsula von der Leyen.
Para Vera, tanto Europa como Estados Unidos se beneficiaron en algún momento del Estado, al igual que China, para avanzar en sus procesos de industrialización y posicionar sus economías en el mundo por medio del libre comercio.
"Sin embargo, hoy se están dando cuenta de que están quedando rezagados de este proceso tecnológico y están revirtiendo sus propios pasos, y eso va a costa del consumidor, porque el consumidor necesita un auto barato, de alta calidad y altamente tecnológico, y esos son los autos chinos", declaró la profesional.
La docente resaltó en el contexto actual la importancia de cooperar entre naciones para poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, junto con las metas de descarbonización y el bienestar de la población, en el marco de la lucha global contra la crisis climática.
"Se necesita fortalecer distintos tipos de desarrollo tecnológico, que cooperen los unos con los otros de manera que puedan alcanzar un nivel de producción que sea realmente con cero emisión, con baja huella de carbono y baja huella de agua. Para eso, necesitas procesos de descentralización productiva y de industrialización, si no, simplemente extraes una materia prima, la llevas a otro país y allí produces la industria, lo que genera una alta huella de carbono y agua", explicó.
Por otra parte, destacó las iniciativas adoptadas por China para reducir sus emisiones de dióxido de carbono, además de los procesos que le han permitido al país asiático descontaminar sus aguas y monitorear sistemas industriales en tiempo real.
Asimismo, valoró las posibilidades que ofrece la Iniciativa de la Franja y la Ruta para la transferencia de tecnologías chinas, lo que permite llevar a cabo proyectos productivos con menor impacto ambiental en otros países.