SHENYANG, 8 may (Xinhua) -- México cuenta con una cultura trascendental en torno al maíz, pues de allí es originaria esta planta, de la cual también posee abundantes recursos de germoplasma, mientras que China, uno de sus productores principales, dispone de una superficie enorme, más propicia para su cultivo.
En el Diálogo sobre la Cultura del Maíz entre China y México, celebrado el 6 de mayo en Shenyang, capital de la provincia de Liaoning, en el noreste de China, los expertos de ambos países y representantes de organizaciones internacionales intercambiaron apreciaciones sobre la cooperación en materia del cultivo del cereal, tecnologías para desarrollar sus variedades y su producción.
La génesis del cultivo moderno de esta especie gramínea se sitúa en los valles mexicanos, lugar que atrae a numerosos científicos chinos para realizar investigaciones. En el diálogo, se dieron a conocer historias de varios de estos expertos, como Wu Yongrui, cuyo equipo logró identificar un gen responsable de controlar el contenido de la proteína del maíz a partir del teosinte, su ancestro silvestre derivado de la cuenca del río Balsas, con lo cual se ha contribuido a mejorar el rendimiento de la planta.
Igualmente, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con sede en México, ha mantenido una cooperación con distintos institutos agrícolas de China en aras de intercambiar recursos de germoplasma y cultivar variedades adecuadas para el país asiático.
"Las pequeñas semillas de maíz se arraigan y crecen, a la par con la profundización de la colaboración entre China y México." Shi Yuewen, director del Centro Cultural de China en México, resaltó en un mensaje de video las amplias perspectivas de la colaboración agrícola entre ambos países y los logros obtenidos durante años en este campo.
En Liaoning, la provincia china con clima y suelo más propicios para el cultivo maicero, se han aprobado y sembrado seis nuevas variedades, desarrolladas conjuntamente por la Universidad Agrícola de Shenyang y el CIMMYT, en un área superior a cinco millones de mu (equivalentes a más de 300 mil hectáreas de tierra). En la actualidad, las variedades desarrolladas por el CIMMYT han sido cultivadas en China sobre una superficie que ya sobrepasa el millón de hectáreas.
En la exhibición paralela al diálogo, expertos y académicos pudieron apreciar puestos que presentaban productos maiceros, tanto mexicanos como chinos. Félix San Vicente, investigador principal y coordinador de mejoramiento del maíz para América Latina del CIMMYT, destacó el buen desarrollo y la gran producción de las especies chinas, que incluyen maíz de cera, el dulce y el "popcorn".
"Las especies de maíz de China no solo pueden satisfacer la demanda del mercado mexicano, sino que también sirven como ejemplos de investigación para nuestra organización," afirmó San Vicente.
Según el científico, China y el CIMMYT establecieron en 1974 una asociación para la investigación y a lo largo de 50 años de cooperación, múltiples institutos chinos se han convertido en colaboradores de la organización internacional. Asimismo, más de 5.000 investigadores y estudiantes de posgrado de China han recibido capacitación conjunta de las dos partes, lo que ha aportado experiencia mundial al desarrollo agrícola del país.
Desde su graduación de la Academia de Ciencias Agrícolas de China en 2011, Zhang Xuecai, científico superior de nacionalidad china del CIMMYT, se ha dedicado a investigar el mejoramiento a escala molecular del cereal en México. En una entrevista con Xinhua, Zhang indicó que las especies chinas tienen alta producción pero son menos resistentes a las enfermedades. Por tal razón, en años recientes se ha continuado el trabajo con México orientado al estudio de variedades tropicales, lo que ha servido para el mejoramiento de la resistencia de los maíces chinos a las plagas, las sequías y el calor.
"La colaboración sino-mexicana en este ámbito no solo aporta soluciones al rendimiento alimentario de China, sino que también proporciona sabiduría para la producción alimentaria a nivel mundial," señaló el experto.
"Estamos creando más vínculos con China para buscar y desarrollar variedades de maíz y trigo que tengan más eficiencia en el uso de fertilizantes, de suelo y de agua", comentó San Vicente, quien destacó que la colaboración sur-sur entre China y América Latina en materia de tecnología agrícola puede ayudar a los países en vía de desarrollo a combatir mejor el cambio climático, la escasez de fertilizantes y de agua.
