RÍO DE JANEIRO, 1 mar (Xinhua) -- Las especies exóticas invasoras (animales domésticos y plantas, tanto ornamentales como hortícolas) en Brasil generan pérdidas anuales de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares, con un impacto nocivo en la biodiversidad, el desarrollo sostenible y el bienestar humano, según un informe presentado este viernes por la Plataforma Brasileña de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (BPBES).
El Informe Temático sobre Especies Exóticas Invasoras, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, que fue elaborado por 73 autores principales, 12 colaboradores y 15 revisores de instituciones de investigación y organismos públicos, entre otros, identifica al menos 476 especies exóticas invasoras en Brasil.
Los investigadores destacan la importancia de la agilidad en la toma de decisiones sobre la gestión de especies invasoras, ya que las invasiones biológicas son procesos de baja predictibilidad y alto riesgo. "La inacción, así como el retraso en la acción, conducen al empeoramiento de las invasiones biológicas y a impactos negativos a lo largo del tiempo", señala el documento.
Las especies exóticas invasoras (EEI) son plantas, animales y microorganismos introducidos por la acción humana, de forma intencionada o accidental, en lugares fuera de su hábitat natural. Estos intrusos se reproducen, proliferan y se dispersan por nuevas zonas, donde a menudo amenazan a las especies autóctonas y afectan al equilibrio de los ecosistemas.
De las 476 especies exóticas invasoras registradas en Brasil, 268 son animales y 208 son plantas y algas, en su mayoría originarias de África, Europa y el Sudeste Asiático. Algunos ejemplos, entre animales y plantas, son la tilapia, el jabalí, el mejillón dorado, el tití, el piñón, el tucunaré, el coral sol, el búfalo, el ricino y la almendra de playa.
Según el informe, la principal vía de entrada de las especies exóticas invasoras es el comercio de animales de compañía y de plantas ornamentales y hortícolas que están presentes en todos los ecosistemas, con una mayor concentración en ambientes degradados o de alta circulación humana.
"Las zonas urbanas son vulnerables a las especies exóticas invasoras debido al elevado tráfico de personas, mercancías y productos básicos a través de puertos y aeropuertos", señala el informe.
Se identificaron 1.004 pruebas de impactos negativos, mientras que sólo 33 fueron positivos, puntuales y de corta duración, en entornos naturales. "Si se mantiene el escenario socioeconómico actual, existe una tendencia a que las invasiones biológicas aumenten entre un 20 por ciento y un 30 por ciento a finales de este siglo, debido a la expansión del comercio y el transporte de mercancías y personas", predice el documento.
Los daños estimados oscilan entre 77.000 y 105.000 millones de dólares entre 1984 y 2019, debido a los impactos causados por tan sólo 16 especies exóticas invasoras. Considerando el impacto mínimo, el coste sería de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares al año. Los costes implican pérdida de producción y horas de trabajo, ingresos hospitalarios e interferencias en la industria turística.
El mejillón dorado, por ejemplo, afecta a los proyectos hidroeléctricos, las plantas de tratamiento de aguas y los tanques de red de las granjas de acuicultura. Se calcula que la limpieza de las bioincrustaciones puede costar hasta 40.000 reales (8.000 dólares) diarios en el caso de una central pequeña y, en el caso de grandes centrales como Itaipú, el coste puede alcanzar los 5 millones de reales (1 millón de dólares) diarios, debido a la paralización de las turbinas.
El informe también cita las invasiones biológicas de mosquitos como los del género Aedes, asociados a arbovirus causantes de enfermedades como el dengue, el Zika, el chikungunya y la fiebre amarilla urbana, que han tenido graves consecuencias para la salud pública en todo el país.
El documento señala que de las cinco principales causas de pérdida de biodiversidad: destrucción del hábitat, cambio climático, contaminación, sobreexplotación de los recursos naturales y especies exóticas invasoras, la más olvidada en la gestión pública brasileña son las invasiones biológicas.
"Es un tema controvertido que implica conflictos de intereses de diferentes sectores económicos, ya que algunas especies exóticas invasoras ofrecen beneficios específicos a determinados segmentos", aseguró en un comunicado Michele de Sá Dechoum, profesora de la Universidad Federal de Santa Catarina y una de las coordinadoras del informe.