ESPECIAL: Tapati, el mayor festival de la Polinesia que honra a los ancestros de la isla chilena Rapa Nui | Spanish.xinhuanet.com

ESPECIAL: Tapati, el mayor festival de la Polinesia que honra a los ancestros de la isla chilena Rapa Nui

spanish.news.cn| 2024-02-20 06:31:15|
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Imagen cedida por la Municipalidad de Rapa Nui del 17 de febrero de 2024 de personas asistiendo al festival Tapati, en Hanga Roa, capital de la Isla de Rapa Nui, Chile. Rapa Nui, la más recóndita isla chilena, a 3.700 kilómetros del continente por el océano Pacífico, pone en pausa su rutina del 9 al 17 de febrero para volcarse a la Tapati, el festival más importante de la Polinesia, que honra a los ancestros y busca preservar la cultura originaria, en la que abundan leyendas de guerreros, dioses y espíritus. (Xinhua/Municipalidad de Rapa Nui/María José Villegas)

Por Valentina Bastías Atias

HANGA ROA, Chile, 19 feb (Xinhua) -- "Todo en este lugar es fascinante, siempre fue mi sueño visitar Rapa Nui", dijo la joven de origen chino Betty Chen, mientras aplaude, ríe y baila animosa al paso de una multitudinaria caravana de carros alegóricos, bailarines y músicos, que colman el borde costero, y se entremezclan con miles de turistas.

Rapa Nui, la más recóndita isla chilena, a 3.700 kilómetros del continente por el océano Pacífico, pone en pausa su rutina del 9 al 17 de febrero para volcarse a la Tapati, el festival más importante de la Polinesia, que honra a los ancestros y busca preservar la cultura originaria, en la que abundan leyendas de guerreros, dioses y espíritus.

En diálogo con Xinhia, Betty, estudiante de arqueología en China, expresó que ser testigo de esta cultura milenaria "es invaluable" y la marcará de por vida.

"Soy tan afortunada", señaló emocionada.

Mientras su padre le toma incontables fotos para el álbum familiar, la joven intenta seguir en el desfile los pasos ondulantes del baile tradicional u "ori" rapa nui, que evoca el sau sau samoano, al compás de la música autóctona de raíces polinesias. Todo entre camiones vestidos con hojas de banano y flores que recorren la avenida principal.

En la Tapati, actividades de danza, teatro, arte y deportes, junto a la preparación de banquetes comunitarios con base en atún, pez dorado (mahi-mahi), arroz y plátanos, acompañan por una semana los húmedos días y noches de la también llamada Isla de Pascua. Piñas y sandías son repartidas entre los asistentes para paliar el calor.

El nombre Isla de Pascua fue impuesto a los rapanui por navegantes europeos que recalaron en fecha de Pascua de Resurrección en el territorio insular, en el siglo XVIII, habitado hace cientos de años por comunidades nativas. Esta denominación es rechazada por los locales, ya que no los representa, según explicaron.

Rapa Nui es la porción de tierra poblada más remota en el mundo, situada en el ombligo del globo, y es, a su vez, la puerta de entrada desde Sudamérica a la Polinesia, un verdadero continente oceánico que agrupa más de 1.000 islas, entre ellas Tahití, Hawái y Nueva Zelanda.

El alcalde de Rapa Nui, Pedro Edmunds Paoa, aseveró a Xinhua que su isla es una de las más ocupadas del triángulo polinésico en resguardar sus mágicas costumbres y como muestra está la celebración de la Tapati, donde se expresa "la pasión" que sienten los rapa nui por su historia.

La Tapati "garantiza la sustentabilidad cultural, porque transmite a los niños esa pasión. Rapa Nui es una comunidad que está consolidada totalmente en el autocuidado, en sustentarse. Aquí todos somos uno", sostuvo Edmunds Paoa, quien cumple tres décadas al mando del municipio.

La Semana de Rapa Nui, en español, que se realiza de manera ininterrumpida desde 1968, partió como una manera de reunir a la población nativa y más tarde se abrió al turismo con la idea de esparcir su cosmovisión más allá de sus fronteras marinas. Durante la pandemia del nuevo coronavirus, los rapa nui continuaron sus tradiciones, pero sin visitas.

Edmunds Paoa señaló que los turistas son actores clave para salvaguardar la cultura étnica, cuyo pueblo ha mantenido a través de la tradición oral y el cuidado de los incontables vestigios arqueológicos que allí se encuentran, entre ellos, los inconfundibles moais esculpidos en piedra.

"El huésped es importante porque con sus propias vivencias, con sus ojos, sus oídos, puede ver que la cultura está viva. Quién mejor que el huésped para transmitir lo que aquí se hace", dijo la autoridad.

Durante la Tapati, los viajeros duplican la población local de Rapa Nui, de 8.000 personas, mitad nativos y mitad extranjeros, para adentrarse en las costumbres isleñas y empaparse con su sabiduría ancestral.

En esta fiesta, que es el mayor atractivo turístico en época de verano, las familias rapa nui se dividen en dos grandes clanes y buscan sumar puntos en reñidas competencias, en una especie de olimpiadas en las que todos participan a su manera.

Los grupos de baile exhiben alegres y contagiosas coreografías ensayadas durante meses, en las que se lucen niños, niñas, jóvenes, adultos y ancianos, los más respetados en el pueblo por ser los transmisores de la filosofía ancestral.

Las exigentes pruebas deportivas, que hacen alusión a la forma de vida de los antiguos rapa nui, son una verdadera hazaña para los competidores, que se preparan todo el año.

El "Tau'a", un triatlón de canotaje, natación y carreras cargando racimos de plátanos en los hombros por la cuesta del volcán Rano Raraku, de 150 metros de altura, en cuya cantera se tallaban los icónicos moais, es el fiel reflejo del espíritu rapa nui.

"Es la competencia más grande que tenemos. Se parte remando, dando sentido a la pesca; otra es correr, como se transportaba la comida, y la natación, que es la forma en que se movían en el mar", explicó el coordinador general de la Tapati, David Icka.

El último día del festival, la bahía de Hanga Roa, núcleo urbano de la isla, que se ha extendido de la costa a las laderas con la llegada de nuevos residentes, es escenario de una encendida procesión de cuerpos pintados a la usanza del arte ancestral "Takona", que antiguamente denotaba el rango que las tribus ocupaban en la sociedad.

Se utilizan pigmentos naturales de colores rojizos, cafés, negros y blancos, extraídos de cuevas, islotes, raíces de árboles y flores.

En el llamado "Nari Nari", uno de los momentos más esperados, y que cautivó a Betty y a su padre, miles de turistas decorados de pies a cabeza y vestidos con trajes típicos se camuflan entre los rapanui, que avanzan entre la multitud con cantos y bailes.

Figuras humanas de hasta dos metros, elaboradas con cortezas y materiales de la naturaleza, devuelven al presente los antiguos mitos de la isla en este recorrido.

"Ellos (los turistas) se integran con pinturas corporales, danzan con nosotros, y son partícipes y observadores en cada una de las competencias que realizamos", señaló el director de turismo de Rapa Nui, Uko Tongariki.

Para el kilométrico desfile, que marca el cierre de la Tapati, cada persona confecciona su atuendo. Faldas, taparrabos y coronas son hechas de plumas de gallo, conchas de moluscos, cáscara de árbol de plátano y fibra de "mahute", una planta polinésica usada por generaciones para elaborar vestimentas y artesanías.

Además, cada año se nombra una reina respaldada por la comunidad. Su reinado consiste en promover la cultura en Chile y en el exterior, convirtiéndose en una verdadera embajadora.

La joven Nehe-Nehe Pakomio, cuyo nombre de pila significa "hermosa" en español, es la coronada de esta versión número 56 de la Tapati.

"La reina representa un esfuerzo colectivo, ser candidata es un desafío. Mi intención es hacer un cambio para bien, me gustaría ser un aporte, siempre quise tener esta experiencia para nutrirme como persona", afirmó la joven a Xinhua.

Cuenta la historia que las familias rapanui que habitan la isla son legado de 111 nativos que sobrevivieron a las epidemias, la esclavitud y el destierro que sufrió la etnia en el siglo XIX. Producto de la colonización, más de 10.000 rapanui murieron.

Debido a su valor arqueológico incalculable, de acuerdo con los investigadores, fue incluido en la lista de Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en 1995.

Rapa Nui, declarado parque nacional, depende en lo administrativo de la región chilena de Valparaíso (centro), y es manejada en conjunto con la comunidad indígena local.

Imagen cedida por la Municipalidad de Rapa Nui del 17 de febrero de 2024 de mujeres participando en el festival Tapati, en Hanga Roa, capital de la Isla de Rapa Nui, Chile. Rapa Nui, la más recóndita isla chilena, a 3.700 kilómetros del continente por el océano Pacífico, pone en pausa su rutina del 9 al 17 de febrero para volcarse a la Tapati, el festival más importante de la Polinesia, que honra a los ancestros y busca preservar la cultura originaria, en la que abundan leyendas de guerreros, dioses y espíritus. (Xinhua/Municipalidad de Rapa Nui/María José Villegas)

Imagen cedida por la Municipalidad de Rapa Nui del 17 de febrero de 2024 de personas participando en el festival Tapati, en Hanga Roa, capital de la Isla de Rapa Nui, Chile. Rapa Nui, la más recóndita isla chilena, a 3.700 kilómetros del continente por el océano Pacífico, pone en pausa su rutina del 9 al 17 de febrero para volcarse a la Tapati, el festival más importante de la Polinesia, que honra a los ancestros y busca preservar la cultura originaria, en la que abundan leyendas de guerreros, dioses y espíritus. (Xinhua/Municipalidad de Rapa Nui/María José Villegas)

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