BUENOS AIRES, 6 oct (Xinhua) -- La primera década de trabajo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha impulsado la cooperación global, promoviendo el desarrollo para todos los participantes sobre la base del multilateralismo y la ganancia compartida en condiciones de igualdad, coinciden académicos argentinos.
Carla Oliva, coordinadora del Grupo de Estudio sobre China y Argentina de la Universidad Nacional de Rosario, dijo en una reciente entrevista con Xinhua que la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha tenido una muy buena acogida en la región de América Latina y el Caribe, porque China "plantea nuevos modelos o nuevos esquemas" de cooperación en el sistema internacional.
La iniciativa "no incluye condicionalidad política ni económica", subrayó la experta, "la cooperación con China excluye todo lo que tiene que ver con involucrarse en los asuntos internos de los países. Y eso para nuestro país (Argentina) es muy importante, porque estamos haciendo el camino para mejorar en términos económicos, en calidad política y demás".
Recordó que el país sudamericano se integró formalmente en la iniciativa en 2022, lo cual permitió la firma de una serie de acuerdos aún más amplios y densos. "Por ejemplo, incluyen satélites de teleobservación, ciencia y tecnología, intercambio de estudiantes en materia de defensa, acuerdos de secretarías de medios, en economía digital, etcétera", mencionó la entrevistada.
Oliva estimó que, tras los primeros 10 años, la iniciativa ha comenzado "la fase de consolidación, después de iniciarse como una iniciativa regional, porque pretendía vincular a China con África y con Europa Occidental, para transformarse en un proyecto global".
"La Franja y la Ruta abarca impresionantemente muchos aspectos de la política internacional. Y hay muchos países del mundo involucrados. Lo que podemos esperar es que la consolidación sea un hecho en los próximos tiempos", valoró la académica.
La propuesta china ha llegado hasta más de 150 países y 32 organizaciones internacionales, generando casi un billón de dólares de inversión, desarrollando más de 3.000 proyectos de cooperación y sacando a casi 40 millones de personas de la pobreza.
Por su parte, Sebastián Schulz, investigador miembro del Centro de Estudios Chinos de la Universidad Nacional de La Plata, consideró que "la iniciativa ya no es solo china, sino que es una iniciativa multilateral".
"Los países de la región han visto que, mediante esta iniciativa, pueden resolver los grandes problemas de su desarrollo y conseguir un crecimiento más inclusivo, más armónico, más completo y más sustentable", opinó durante una entrevista con Xinhua.
Declaró que "gran parte de los países de la región han aumentado de forma muy importante su comercio bilateral con China. Y, al aumentar el comercio bilateral, se han ido encontrando otras sinergias interesantes, en términos de las visiones del mundo, de los valores compartidos".
Para Schulz, la iniciativa "no es solo un proyecto de cooperación económica, no es solo una construcción de obras de infraestructura, sino que se enmarca en un nuevo modelo de relaciones internacionales planteado por China, que propone la necesidad de construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad".
En opinión del investigador, la propuesta de la iniciativa de China "es de alguna manera la parte práctica de esta comunidad de futuro compartido para la humanidad, una comunidad en donde pueblos, civilizaciones, naciones y religiones puedan coexistir, dialogar, articular, cooperar en igualdad de condiciones, una comunidad que se hace más que necesaria en momentos de transición y de tensiones globales".
En el caso de Argentina, calificó como "muy positiva" la integración del país sudamericano a la iniciativa "en términos de todas las potencialidades que puede desplegar el fortalecimiento del diálogo con China".
"Los acuerdos que se han firmado en el marco de la iniciativa, sin dudas, traerán mayores posibilidades de desarrollo para Argentina y a su vez mayores aportes del país a la consolidación de un determinado orden internacional mucho más estable, abierto y pacífico", sintetizó el analista.
Gabriel Merino, investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, aseveró por su parte que el desarrollo de la iniciativa en la región se da en el marco de un proceso de acercamiento cada vez mayor con China.
"Es clave la complementariedad entre las economías china y latinoamericana", consideró Merino, que destacó el contexto de una nueva estructura económica y de desarrollo del siglo XXI en el que se plasma la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
El académico explicó, en diálogo con Xinhua, que "el centro de la economía mundial es China y es lógico que la región busque vincularse a eso, que es el núcleo más dinámico hoy del mundo, donde se concentra el crecimiento mundial".
"La iniciativa, o la relación con China como una potencia emergente, no tiene aspectos políticos o geopolíticos de presión y aparece como una oportunidad de ganar-ganar, o de tener intereses compartidos en varios aspectos", remarcó.
Según Merino, la iniciativa está asentada en tendencias estructurales de la actual transición histórica-espacial-mundial, por lo que es importante que la región sea parte. "Como expectativa, se va a profundizar el vínculo con China, se va a profundizar el avance de la iniciativa", sostuvo.
"La iniciativa permite a la región acercarse a un nuevo multilateralismo, que democratiza el orden internacional", concluyó.