ENTREVISTA: Bombardeo a palacio presidencial chileno sobrepasó todo lo imaginado, afirma antiguo escolta de Allende | Spanish.xinhuanet.com

ENTREVISTA: Bombardeo a palacio presidencial chileno sobrepasó todo lo imaginado, afirma antiguo escolta de Allende

spanish.news.cn| 2023-09-12 10:45:00|
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Por Cristóbal Chávez Bravo

SANTIAGO, 11 sep (Xinhua) - El bombardeo del palacio Presidencial durante el golpe de Estado chileno, hace ahora 50 años, sobrepasó "todo lo que podríamos haber imaginado", afirmó el entonces escolta del presidente Salvador Allende (1970-1973), Bruno Serrano, presente durante la irrupción de los militares.

Tras la elección de Allende como presidente en 1970, el primer mandatario socialista electo por la vía democrática en el mundo, Serrano se integró al Grupo de Amigos del Presidente, conocido popularmente como GAP, la primera escolta de seguridad del jefe de Estado compuesto por unas 70 personas.

Durante el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Serrano se apostó bajo el edificio del Ministerio de Obras Públicas, que mira al ala este del palacio de La Moneda, la casa gubernamental situada en el casco céntrico de la capital.

"Nosotros combatimos desde ahí y cuando el bombardeo ya incendió La Moneda y sacaron a los compañeros a la calle, el Ejército copó totalmente la zona", dijo en una entrevista con Xinhua.

Serrano, que actualmente oficia como escritor, comentó que, a 50 años del suceso, era la "crónica de una muerte anunciada".

"Se sabía que venía un golpe, pero no se podía especificar cuándo iba a ser ni cuál iba a ser la magnitud de ese golpe", rememoró.

No obstante, remarcó que el suceso "sobrepasó todo lo que podríamos haber imaginado".

"Jamás pensamos que iban a bombardear el edificio presidencial. Y que lo iba a bombardear la Fuerza Aérea de Chile, que las únicas veces que ha usado sus aviones de combate ha sido para dinamitar la democracia aquí", indicó el también poeta.

"Y eso es inconcebible. Pero eso inmediatamente a nosotros nos dio la perspectiva de lo que realmente se venía y que era espantoso", agregó.

Tras el golpe de Estado, una Junta Militar se tomó el poder en el país para mantener una dictadura cívico-militar encabeza por Augusto Pinochet, que se extendió hasta 1990.

De acuerdo con el informe elaborado en 2011 por la Comisión Valech (Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura), en Chile hubo 40.018 detenidos por motivaciones políticas durante el régimen militar, 3.065 de los cuales murieron o desaparecieron.

Serrano precisó que, durante el golpe de Estado, el GAP estaba integrado por unas 60 personas. Y todos ellos portaban un brazalete rojo con las siglas "GAP".

"Dentro de La Moneda había 17 compañeros nuestros. El otro grupo que bajó (desde otros edificios), precisamente a integrarse a La Moneda, fue detenido en la esquina. Eran 16, todos fueron asesinados", recordó.

Serrano escapó a una fábrica que integraba el Cordón Macul, un cúmulo de industrias que se aglutinaban en el sureste de la capital.

Sin embargo, el 12 de septiembre fue apresado y recluido en el Estadio Chile, donde también estaba el cantautor de renombre mundial Víctor Jara, asesinado días después en ese lugar que actualmente lleva su nombre.

"Víctor Jara había sido profesor mío en la Escuela de Teatro. Del Estadio Chile me pasaron al Estadio Nacional", el centro de tortura más grande en el país durante la dictadura de Pinochet.

A 50 años de lo sucedido, Serrano reflexionó que "estamos en un momento muy especial porque en el Gobierno (de Gabriel Boric) hay personas muy jóvenes, que no son ni empresarios, ni vienen de partidos políticos antiguos, sino que vienen desde la lucha estudiantil en las calles".

"Ellos han llegado con muy buenas intenciones. A pesar de lo que pueda ocurrir entre medio, que no es fácil, y no todos responderán de la misma forma, pero el sentido, el espíritu que los mueve promete que las cosas pueden ser mejores", manifestó.

Destacó el Plan Nacional de Búsqueda de Verdad y Justicia, anunciado a fines de agosto por Boric, que busca reconstruir la trayectoria y dar con el paradero de 1.092 personas detenidas desaparecidas y 377 ejecutados políticos cuyos cuerpos no han sido entregados.

"Hay mucho dolor y las heridas están sucias. Y las heridas sucias no sanan. Y entonces eso genera este conflicto. Pero deberíamos poder avanzar, curando un poco esas heridas, no creo que totalmente, pero por lo menos lograr un cierto equilibrio. Eso es", reflexionó.

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