Imagen del 13 de febrero de 2023 del taxista argentino, Marcelo Daniel Sosa, organizando los comprobantes del mes de sus viajes en su departamento, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. El impacto de la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) ha comenzado a quedar atrás en Argentina, donde las vacunas contra la enfermedad llevaron tranquilidad a millones de residentes. (Xinhua/Martín Zabala)
BUENOS AIRES, 14 feb (Xinhua) -- El impacto de la pandemia de la COVID-19 ha comenzado a quedar atrás en Argentina, donde las vacunas contra la enfermedad llevaron tranquilidad a millones de residentes.
El taxista argentino Marcelo Daniel Sosa (50) dialogó con Xinhua para recordar su experiencia desde marzo de 2020, cuando Argentina, al igual que otros países y regiones, ingresó en una cuarentena estricta para enfrentar la pandemia.
"Fue algo muy diferente. Los primeros días pensé que iba a salir y ver a la gente cayéndose en la calle muriendo, pero nada de ello ocurrió", dijo el hombre.
El conductor dijo que "laboralmente fue duro, pero se llegó. Y con respecto a la salud, había que salir igual, con miedo, mucho miedo, yo siendo asmático".
Sosa comenzó a trabajar como taxista en junio de 2014 y habló con Xinhua en su vehículo, recorriendo las calles porteñas.
Hasta concretar sus primeros viajes, el hombre se mantuvo en aislamiento, como los 46 millones de argentinos, a excepción de servicios esenciales, como el sector sanitario y el de las fuerzas de seguridad.
"Yo en la pandemia bajé 20 kilos. Como no podía trabajar, me puse a correr", dijo.
El hombre rememoró que cuando pudo trabajar "las calles estaban muy vacías", por lo que decidió salir cada día "bien temprano" para buscar pasajeros.
"Todo lo que había eran los médicos y las enfermeras que iban a tomar las jornadas laborales", recordó.
Durante la pandemia Sosa conoció viajeros que lo ayudaron a salir adelante, porque lo contrataron durante semanas para viajes en horarios y destinos específicos.
"Conocí un pasajero en plena pandemia. El primer viaje lo llevé desde Palermo hasta el microcentro y un día me llamó a la noche, lo llevé hasta Merlo y de ahí en más lo llevé días hábiles, de lunes a viernes, como un mes, casi todos los días. Me ayudó mucho económicamente, fue una ayuda gigante", destacó el conductor.
En lo personal, contó que vive en el distrito de Avellaneda, ubicado en la periferia sur de la capital, con su mujer, Teresa, y su hijo adolescente, Joaquín.
"Somos tres, con una vista amplia (en la casa). Entonces no nos sentíamos encerrados y tampoco es un lugar chiquito. Pienso que hay gente que, sin ventanas, se ha sentido muy encerrada", señaló el hombre.
En cuanto a las vacunas, Sosa procuró conseguirlas desde un primer momento por su condición de asmático, aunque aprobó la decisión del gobierno de darlas en un orden determinado.
"Primero fueron los médicos, los enfermeros, después gente con enfermedades crónicas, había gente con cáncer, enfermedades respiratorias y después se empezó con la gente adulta. Después se empezó a vacunar por orden de edad, lo que me pareció correcto", dijo.
Sosa resaltó que cuando los argentinos comenzaron a recibir vacunas, en el marco de un plan que inició en diciembre de 2020, notaron que "no iban a morir, que se iban a enfermar, pero que no lo iban a pasar tan mal y que iban a poder hacer una vida más normal".
"La de Sinopharm es la que menos síntomas me dio los dos días siguientes. Lo importante es que la gente tomó conciencia y se vacunó, y todos pudieron volver a trabajar medianamente normal", remarcó el taxista.
El conductor contó que el hecho de estar inmunizado contra la enfermedad le dio "tranquilidad", y explicó que ahora, a medida que la pandemia comienza a quedar atrás, decidió no trabajar los domingos, para pasar más tiempo de disfrute en familia.
"Me dio miedo perder a algún familiar, pero con el correr del tiempo se me fue (ese miedo) y fui naturalizando todo, volviendo a lo que siempre fui", afirmó.
Sin embargo, señaló que muchas personas mantienen las medidas de prevención, razón por la cual muchos pasajeros exigen vehículos con dispositivos que lo separen del conductor y bien ventilados, a la vez que mantienen el uso de mascarillas.
Imagen del 13 de febrero de 2023 del taxista argentino, Marcelo Daniel Sosa, iniciando su jornada laboral a bordo de su taxi en la cochera del edificio donde vive con su familia, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. El impacto de la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) ha comenzado a quedar atrás en Argentina, donde las vacunas contra la enfermedad llevaron tranquilidad a millones de residentes. (Xinhua/Martín Zabala)