BEIJING, 29 mar (Xinhua) -- El actual enfrentamiento entre Grecia y la Unión Europea (UE) en las conversaciones sobre el rescate ensombrece el futuro de la eurozona porque los líderes de los países miembros de la zona del euro no lograron ningún acuerdo sobre la crisis de deuda griega.
Meses de conversaciones sobre el rescate entre el gobierno griego y sus acreedores fueron suspendidos en sábado por causa de las reformas económicas que los acreedores exigen.
Los ministros de Finanzas del Eurogrupo rechazaron la petición de Grecia sobre una extensión para someter las propuestas de los acreedores a votación popular el 5 de julio y señalaron que cualquier apoyo financiero para Grecia concluirá al 30 de junio como se acordó en febrero.
Al aproximarse la fecha límite, Grecia corre el riesgo de un colapso financiero inmediato luego de cinco años de dolorosos sacrificios para superar la crisis.
Pero al acercarse el incumplimiento de pagos, las dos partes parecen seguir enfrentadas y sin intenciones de comprometerse.
Atenas parece estas segura de que Bruselas no quiere que Grecia salga de la eurozona.
Pero Bruselas y Alemania, el mayor acreedor de Grecia, al parecer han perdido la paciencia y no están dispuestas a permitir que Atenas las siga manteniendo a raya.
La situación actual no es tan peligrosa como el inicio de 2010 de la crisis de deuda europea en incluyó a Grecia, Irlanda, Portugal y otras naciones de la UE. Si Grecia se hubiera derrumbado, se habría producido un efecto dominó que hubiera afectado a toda la zona del euro.
Puesto que Irlanda y Portugal ya salieron de la crisis, el incumplimiento de pagos sólo de Grecia no tendrá un efecto intolerable sobre otros Estados miembros de la moneda europea única.
El domingo por la tarde, la UE dio a conocer sus más recientes propuestas para Grecia, las cuales fueron rechazadas después por el gobierno griego luego de que el Parlamento de Grecia aprobó un referendo al respecto el 5 de julio.
Las propuestas incluyen medidas que los acreedores han pedido a Grecia en relación con la política fiscal, la reforma de las pensiones, los impuestos y el impuesto al valor agregado, entre otros.
La postura de línea dura del gobierno griego indica que el país se encamina a una ruptura con los prestamistas, lo que podría tener severas repercusiones para la economía griega, la trayectoria europea del país y la eurozona.
Por otra parte, la sociedad griega parece dividida. En encuestas realizadas antes del llamado al referendo se indicó que el 60 por ciento de los griegos está a favor de permanecer en la eurozona a toda costa y el resto se opone a permanecer en ella.
Con la cercanía del plazo del 30 de junio se realizan intensas negociaciones al interior de la UE para evitar la quiebra de Grecia y su posible salida de la eurozona.
Aunque el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker ha señalado que la permanencia de Grecia en la eurozona es la "única opción" para el país, falta ver si el sistema de la moneda europea única se mantendrá intacto.