Huérfanos de guerra japoneses visitan tumbas de padres adoptivos chinos
                 Spanish.xinhuanet.com | 2015-07-14 08:39:35

Un grupo de 54 ciudadanos japoneses, todo ellos ahora huérfanos, realizaron hoy una visita a la tumba de sus padres adoptivos chinos en el distrito de Fangzheng en la provincia nororiental china de Heilongjiang.

HARBIN, 13 jul (Xinhua) -- Un grupo de 54 ciudadanos japoneses, todo ellos ahora huérfanos, realizaron hoy una visita a la tumba de sus padres adoptivos chinos en el distrito de Fangzheng en la provincia nororiental china de Heilongjiang.

A partir de 1931, el gobierno chino ofreció incentivos a sus ciudadanos para que migraran a las provincias del noreste de China que en ocupadas entonces de manera ilegal durante una década más.

Abandonados por sus padres biológicos durante la apresurada retirada al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, los huérfanos, ahora de setenta y tantos años de edad, fueron acogidos y criados por los mismos residentes chinos de esas provincias nororientales que durante tantos años sufrieron a manos de los padres biológicos de los niños abandonados.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa, más de 4.000 niños fueron simplemente abandonados por sus padres que huían. La mayor parte de ellos fueron reubicados en Japón después de que China y Japón normalizaron relaciones en 1972.

Para esos "huérfanos", Japón es la madre patria, pero China es su casa, dijo Ikeda Sumie, director general de un grupo de apoyo de Tokio para los japoneses que regresaron de China.

"Todos esos padres adoptivos fueron como los míos. No están sepultados aquí, pero visitar estas tumbas es una manera de rendir homenaje a mis propios salvadores", dijo Ikeda Sumie.

Nakamura Keiko, de 73 años de edad, se arrodilló frente a la tumba de sus padres y lloró.

"Mi mamá y mi papá me adoptaron cuando yo tenía tres años. Nunca tuvieron hijos propios y me criaron como su hija. Me criaron y me enviaron a la escuela. Les doy las gracias a ellos y a todos los chinos por darme una vida", dijo.

La delegación llegó a China apenas unas cuantas semanas antes del 70° aniversario del fin de las guerra.

Maita Akemi recordó la época en la que sus padres adoptivos guardaban toda su comida para él en épocas de dificultades.

"Mi madre murió a los cincuenta y tantos años y nunca tuvo tiempo para disfrutar su vida", dijo Maita Akemi.

"Como sobrevivientes y testigos de la historia tenemos la obligación de informar a los jóvenes de hoy de Japón sobre ese periodo de su historia para que comprendan el dolor de la guerra. No dejemos que una tragedia así se repita nunca".

El cementerio está localizado en el distrito de Fangzheng cerca de Harbin, capital de Heilongjiang.

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