Por Ban Wei, Zhou Jun y Severine Perronnet

BRUSELAS, 7 feb (Xinhua) -- China espera ser un reformista que hace todo lo posible para ayudar a mejorar el orden internacional en un mundo que enfrenta complejos desafíos en materia de seguridad, afirmó el embajador chino en Bélgica, Qu Xing.

El final de la Guerra Fría no significa la conclusión del sistema mundial pos Segunda Guerra Mundial, afirmó Qu en una entrevista con Xinhua durante la actual Conferencia de Seguridad de Múnich, que tiene como lema "El colapso del orden mundial".

"Sin embargo, la autoridad de la Carta de la ONU ha sido desafiada y algunas naciones han sobrepasado la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU para usar la fuerza contra otros, causando diversas consecuencias severas", apuntó.

Otra característica prominente del mundo actual es el ascenso colectivo de naciones en vías de desarrollo, dijo Qu, quien se desempeñó como presidente del Instituto de Estudios Internacionales de China antes de su designación como embajador en Bélgica.

"Permitir que las naciones en vías de desarrollo tengan una voz compatible con su creciente estatus debe ser el núcleo de la reforma del orden internacional", recalcó el diplomático chino.

Antes del establecimiento del Sistema de Yalta, el pueblo chino realizó enormes sacrificios y una gran contribución a la guerra antifascista mundial, ganándose su estatus internacional y convirtiéndose en miembro importante del sistema internacional de la posguerra, indicó Qu.

Desde que recuperó su condición de miembro de la ONU, especialmente desde la implementación de la política de la reforma y apertura, China ha prosperado bajo el sistema mundial existente, por lo que China no demanda deshacerse del actual sistema, explicó el embajador.

"En lugar de ser un revolucionario, China espera actuar como reformista del existente orden mundial", subrayó.

Respecto al enfoque del encuentro de Múnich sobre puntos candentes como la crisis de Ucrania y el terrorismo, Qu manifestó que la coexistencia de amenazas tradicionales y no tradicionales es el problema dominante que enfrenta la actual situación de la seguridad internacional.

Mientras los problemas de seguridad tradicionales, como la confrontación en la Península Coreana, la crisis ucraniana y los conflictos en Medio Oriente, todavía no han sido resueltos, la comunidad internacional enfrenta amenazas de seguridad no tradicionales más severas, especialmente la amenaza del terrorismo internacional.

En Medio Oriente, la interferencia exterior ha provocado la agitación. El viejo mecanismo de gobernanza ha sido destruido, mientras que no se ha establecido uno nuevo, acotó.

Citando los recientes ataques terroristas en París como ejemplo, Qu planteó que el problema en Medio Oriente ha tenido un grave impacto para la seguridad regional y global. "Las regiones conflictivas en Medio Oriente proporcionan un nuevo caldo de cultivo para las fuerzas extremistas".

Asimismo exhortó a todos los países a trabajar juntos para luchar contra el terrorismo, que calificó de enemigo común de la humanidad.

"China es también víctima del terrorismo, y siempre se ha dedicado activamente a la cooperación internacional contra el terrorismo y cumplido su responsabilidad internacional", expresó.

El diplomático también declaró que la interferencia exterior, a través del uso de la fuerza militar para subvertir los regímenes existentes y destruir modos originarios en política, religión, raza y tribu, puede tener consecuencias impredecibles. Por ejemplo, el grupo extremista "Estado Islámico" ha fundado un caldo de cultivo en Irak exactamente debido a que la estructura política originaria fue derrocada por el uso apresurado de la fuerza exterior.

"Si hay algo que tiene que aprenderse de la historia, es que las grandes potencias mundiales no deben juzgar la gobernanza de otras naciones con los estándares de los valores de Occidente ni intervenir por la fuerza en los asuntos internos de otros países, incluso recurriendo apresuradamente al uso de la fuerza. De lo contrario, los problemas causados por tales intervenciones tendrán resultados mucho más graves y complejos que los anteriores", alertó el embajador chino.

En cuanto a la crisis de Ucrania, Qu dijo que las principales potencias mundiales deben esforzarse para impulsar un proceso de reconciliación en ese país. Al apuntar que la tendencia actual es preocupante, el diplomático chino consideró que la pelea entre las grandes potencias solo empeoraría las cosas.

China está convencida de que la interferencia extranjera no es propicia para la reconciliación y que la paz y la estabilidad permanentes no pueden lograrse por medios militares, opinó el embajador, quien exhortó a todas las partes concernientes a alcanzar una reconciliación a través de las negociaciones y las consultas.

"China mantiene relaciones amistosas con Rusia y Ucrania, y espera que la situación se estabilice lo más pronto posible, se logre la reconciliación nacional y se ponga fin el conflicto", concluyó el embajador chino.