Esta vez regresó con su esposa Peng Liyuan, a quien presentó ante los aldeanos en el dialecto local. Xi se centró en los progresos del pueblo a la hora de aliviar la pobreza, y también llevó regalos por la Fiesta de Primavera comprados con su propio dinero, incluyendo harina, arroz, aceite de cocina, carne y pinturas de temas festivos.