SAO PAULO, 21 nov (Xinhua) -- Un nuevo estudio del Instituto Tricontinental de Investigación Social afirma que la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial debe observarse con el prisma de que fue garantizada con el protagonismo de la Unión Soviética y China, cuyos esfuerzos militares y sacrificios humanos sostuvieron la mayor parte del conflicto.
El trabajo fue elaborado por Neville Roy Singham, presidente del consejo consultivo del Instituto Tricontinental, y publicado con motivo del 80° aniversario de la victoria aliada en la Guerra Mundial Antifascista y una versión preliminar fue publicada en la revista china "Guancha".
Según el estudio, la narrativa dominante sobre el papel decisivo del desembarco aliado en las playas francesas Normandía no refleja el peso real de quienes enfrentaron las ofensivas más violentas del Eje. El documento sostiene que la mayor carga militar recayó sobre la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y sobre China, mientras varias potencias occidentales preservaron recursos con vistas al escenario posterior a la guerra.
El informe recuerda que el Eje, liderado por Alemania, Italia y Japón, junto a Hungría, Rumania, Bulgaria, Eslovaquia y Croacia, controlaba alrededor del 20,1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Frente a ese bloque, la Unión Soviética y las zonas controladas por el Partido Comunista de China representaban apenas el 8 por ciento del PIB mundial. Aun así, la URSS movilizó 28 por ciento de su PIB para el esfuerzo bélico y el Ejército Rojo pasó de 1,5 millones de soldados en 1938 a más de 5 millones en 1941, cuando las tropas alemanas ya se encontraban dentro de su territorio.
Según el estudio del instituto, en el caso chino, la situación era todavía más dramática.
Con 23 por ciento de la población mundial y solo 5 por ciento del PIB, China enfrentaba desde hacía años la agresión japonesa con una base industrial limitada.
De acuerdo con el estudio, la capacidad militar dependió en gran medida de la URSS, que entre 1937 y 1941 envió más de 250 millones de dólares en créditos, más de 1.200 aviones, miles de piezas de artillería y decenas de miles de ametralladoras, además de pilotos y asesores militares.
Más de 200 aviadores soviéticos murieron defendiendo ciudades chinas como Nanjing, Wuhan y Chongqing.
El documento sostiene que, mientras la URSS enviaba armas y personal, Estados Unidos, pese a concentrar entre 22 y 24 por ciento del PIB mundial, mantuvo un apoyo mínimo antes de su ingreso formal en la guerra.
Incluso después, China recibió solo 632 millones de dólares del programa Lend-Lease, frente a los 25.800 millones destinados al Reino Unido y sus dominios.
Para el estudio, esta diferencia refleja prioridades geopolíticas que privilegiaban la contención del comunismo por encima del enfrentamiento al Japón imperial.
El informe destaca que la resistencia china de 14 años inmovilizó más del 60 por ciento de las fuerzas terrestres japonesas, impidiendo el desplazamiento de medio millón de soldados hacia el Pacífico o el Extremo Oriente Soviético.
"Cada posición defendida con armamento obsoleto y raciones mínimas contribuyó a frenar los avances japoneses en otros frentes. Al mismo tiempo, miles de soldados nacionalistas desertaban para unirse a las fuerzas comunistas, que pasaron de 56.000 combatientes en 1937 a 1,32 millones en 1945", indica.
El estudio afirma que el costo humano de la guerra redefine quién garantizó la derrota del fascismo.
De los 85 millones de muertos registrados en el conflicto, 59,8 por ciento fueron soviéticos o chinos, 13,1 por ciento poblaciones colonizadas y apenas 1 por ciento fuerzas angloamericanas.
Para el Instituto Tricontinental, estas cifras contradicen la imagen consolidada por buena parte de la historiografía occidental.
El informe también señala que millones de heridos soviéticos y chinos quedaron fuera de las narrativas oficiales, mientras veteranos anglosajones recibieron reconocimientos, pensiones y homenajes.
Según el documento, con menos de 15 por ciento del PIB mundial, las fuerzas socialistas soportaron casi 60 por ciento de las muertes registradas en la guerra.
Para el estudio, aquellos que contaban con menos recursos fueron los que sostuvieron la lucha decisiva contra el fascismo, mientras quienes tenían más preservaron su fuerza para disputar el mapa político mundial tras 1945.










