BUENOS AIRES, 18 nov (Xinhua) -- La histórica resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció de manera inequívoca que en el mundo existe una sola China y que Taiwan es parte de China, un principio que continúa siendo rector para las relaciones internacionales, afirmó el académico argentino Rubén Guzzetti.
El experto en relaciones internacionales dialogó con Xinhua después de que la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, realizara el 7 de noviembre declaraciones provocadoras en el Parlamento de su país sobre Taiwan, que implican la posibilidad de una intervención armada en el estrecho de Taiwan.
Guzzetti, director del Instituto Argentino de Estudios Geopolíticos (Iadeg), llamó a respetar el principio de una sola China, no solo en Asia, sino también a nivel global.
"Debo decir que desde el punto de vista del derecho natural, histórico y geográfico, la isla de Taiwan es parte inalienable de China. El derecho internacional corrobora esto mediante la resolución 2758 del año 1971 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Nadie debería tener dudas acerca de una cuestión que es clara", señaló el entrevistado.
A su parecer, "esa resolución (...) es el único documento válido para abordar la cuestión de Taiwan, es un texto que integra el orden internacional existente y nos dice de manera contundente que Taiwan es parte de China. La resolución del año 1971 se adoptó por abrumadora mayoría y dejó en claro que solo existe una China en el mundo".
Consultado sobre las motivaciones detrás de las palabras de Takaichi, el también miembro coordinador de la Comisión de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Argentina consideró que estas declaraciones agresivas surgen de manera planificada, "en un determinado contexto geopolítico".
Según Guzzetti, interferir en el desarrollo pacífico de China "es algo que las fuerzas occidentales buscan por distintos métodos. En este contexto de transición civilizatoria, la cuestión de Taiwan surge como un argumento del poder hegemónico occidental que, en un declive indetenible, apela a la provocación".
Bajo estas circunstancias, el director del Iadeg llamó a que "haya algún grado de sensatez en los dirigentes japoneses", y enfatizó que la resolución de la cuestión de Taiwan corresponde de manera exclusiva al pueblo chino y no admite interferencias de ninguna fuerza externa.
China está mostrando una suma paciencia. Y "me parece plenamente justificada la firme reacción de Beijing ante las provocadoras declaraciones sobre Taiwan" realizadas por la primera ministra japonesa, concluyó el analista.
