BUENOS AIRES, 11 nov (Xinhua) -- Tras un año marcado por la recesión, el sector industrial de Argentina sigue atravesando un escenario de incertidumbre con una prolongada caída de la producción y, en algunos casos más óptimos, un amesetamiento de la actividad, de acuerdo con los informes oficiales y sectoriales.
Las dudas sobre la cuestión política y electoral, el alto índice riesgo país, las elevadas tasas de interés, y con ello el encarecimiento del crédito, hacen parte de los factores que inciden en la situación actual de la industria argentina, a lo cual se suma la persistencia de una política monetaria contractiva que ha tenido como resultado positivo la desaceleración de la inflación, pero también ha impactado notablemente en el consumo.
La producción manufacturera en el país suramericano disminuyó en septiembre un 0,7 por ciento interanual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), y aunque avanzó un 3,8 por ciento en el acumulado interanual de los primeros nueve meses, la base de comparación sería muy baja, ya que 2024 fue uno de los años en los que se registró uno de los peores desempeños de la actividad fabril.
Por su parte, la Unión Industrial Argentina (UIA), organización de referencia nacional, indicó que en general la actividad industrial cayó un 3,5 por ciento interanual en septiembre, al tiempo que se observó "heterogeneidad" en el comportamiento de los distintos sectores.
"Se observa que el nivel acumulado de la actividad industrial aún se encuentra estancado, en los mismos niveles del cuarto trimestre de 2024 y en torno a un 10 por ciento por debajo de 2022 y 2023", reflejó el documento de la UIA.
El economista Adrián Gutiérrez Cabello, especialista en estudios sectoriales, explicó en entrevista con Xinhua que "los puntos de mayor actividad industrial se registraron en noviembre y diciembre de 2024, observándose un fuerte rebote, que no logró al menos mantenerse o mucho mejor continuar una senda de crecimiento".
"Esto en conjunto genera hoy un escenario de incertidumbre al sector industrial", afirmó el coordinador del Centro de Economía Regional de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Nacional de San Martín.
Gutiérrez Cabello señaló que el objetivo del Gobierno de encauzarse hacia el superávit fiscal, aunque ha generado un impacto positivo en materia de inflación, ha afectado a sectores como la construcción, cayendo la producción de cemento y hierro; a la producción automotriz al igual que a las pequeñas y medianas empresas (pymes).
"Muchas pymes al estar en el medio de los encadenamientos productivos se ven afectadas, porque cuando un sector tiene una caída en su demanda termina afectando en mayor o menor medida a un conjunto significativo de actividades productivas de bienes y servicios", precisó.
Un reciente informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa señaló que durante septiembre, la producción industrial de las pymes registró una caída interanual del 5,2 por ciento, acumulando de esta manera cinco meses con descensos.
El especialista señaló que el contexto político, con las elecciones legislativas de medio término del pasado mes de octubre "condicionó al sector productivo por el riesgo de una mayor devaluación", pero, además, la fuerte alza de las tasas de interés "determinó que se encareciera fuertemente el crédito".
Esto repercutió en que las decisiones de inversión de las empresas se frenaran, "de modo que explican gran parte del estancamiento de la actividad industrial".
En medio del panorama actual, el ministro argentino de Economía, Luis Caputo, estimó el lunes que la recuperación de la economía en general se evidenciaría a partir del tercer trimestre de este año, y proyectó en torno al 5 por ciento el crecimiento para el 2026.
Para Gutiérrez Cabello, cumplido el objetivo de superávit fiscal y de la desaceleración inflacionaria, el desafío ahora y el ámbito al que deben dirigirse los esfuerzos debe ser el sector productivo.
"El Gobierno actual tomó como ejes de crecimiento las exportaciones y las inversiones, principalmente en energía, minería y por supuesto el sector agroindustrial; entonces, a mi entender debería cumplir un rol facilitador para que la industria nacional y particularmente las pymes se sumen como proveedores de estos sectores estratégicos para la economía nacional", refirió.
El economista destacó la necesidad de que los sectores industriales y, en particular, las pymes, comiencen a asociarse para lograr economías de escalas que les aporten competitividad.
"Se vuelve necesario para el próximo año recuperar el crédito, y la baja de la inflación es fundamental para esto", con lo cual debería poder observarse un repunte de los créditos hipotecarios que favorece al sector de la construcción y que esta a su vez genera puestos de trabajo y "tracciona a un conjunto importante de pymes", añadió.











