BUENOS AIRES, 11 sep (Xinhua) -- La delicadeza y marcialidad del Tai Ji Quan, también conocido como Tai Chi, una especie de arte marcial chino, cautivaron el jueves a un grupo de espectadores argentinos durante una presentación que reflexionó sobre el movimiento en las expresiones artísticas de la cultura china.
La exhibición, titulada "Fuerza, equilibrio y fluidez", estuvo a cargo de la Escuela Shaolin y Taiji Argentina, que presentó el estilo Chen, una de las ramas más antiguas de esta disciplina.
La puesta incluyó el uso de armas tradicionales como la espada recta, abanicos y sables, además de una exposición sobre la esencia filosófica de este arte marcial que, día a día, despierta mayor interés entre el público argentino.
El encuentro tuvo lugar en la Fundación ICBC de la capital argentina, en el marco de la muestra "Poéticas del movimiento. Arte, escritura y caligrafía en China", que reúne obras caligráficas de maestros chinos y difunde en Buenos Aires el lenguaje de la línea y el movimiento dentro de la cultura visual del país asiático.
El acompañamiento del Tai Ji Quan a la exposición buscó profundizar en la concepción del movimiento y la expresión como ejes transversales tanto de la práctica caligráfica como del arte marcial, aportando al diálogo entre tradición, estética y filosofía oriental.
"En esta ocasión quisimos mostrar una especie de punto intermedio entre las prácticas caligráficas y el Tai Ji, ya que podemos apreciar que en la impronta, en la fuerza del calígrafo que imprime sobre el papel el trazo, existen similitudes con la fuerza y la impronta del practicante del Tai Ji", expresó Javier Cuberos, integrante de la escuela Shaolin en diálogo con Xinhua.
"En la muestra podemos observar algunos caracteres que se asemejan más a una armonía, otros que parecen más explosivos, otros más equilibrados; ese equilibrio también está en el Tai Ji", agregó.
Cuberos, con más de dos décadas de experiencia en artes marciales chinas, promueve esta disciplina en Argentina, donde cada vez más personas de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores, se suman a su práctica.
Por su parte, Yamila Melillo y Daniel Vera, directores de la Escuela Shaolin, también con décadas de trayectoria, sostuvieron en diálogo con esta agencia que el interés creciente parte, en primer lugar, de encontrar en el Tai Ji beneficios para su salud, encontrándose luego con una esencia y una filosofía que "les resulta fascinante".
Cada vez más gente se acerca a pedir clases. Hoy existen numerosos centros en Buenos Aires, en Argentina en general y en toda Latinoamérica, y siguen abriéndose nuevos espacios, señaló Vera.
De su lado, Melillo subrayó que este auge responde a una necesidad. La gente busca ocuparse de su salud y bienestar, y en el Tai Ji Quan encuentra beneficios de manera inmediata, aseguró.
La presentación permitió comprender que el Tai Ji Quan trasciende la práctica marcial para convertirse en un lenguaje de expresión que conecta cuerpo y espíritu.
Cuberos agregó que la noción del "Chi interno", "esa energía vital que circula en cada movimiento, también se proyecta en un trazo caligráfico o en una obra artística", revelando la misma búsqueda de armonía y equilibrio en distintas formas culturales de China.