LA PAZ, 4 sep (Xinhua) -- Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) inició el pasado fin de semana de forma oficial la perforación del pozo Tomachi-X1 (TMC-X1 I.E.) de investigación estratigráfica, en la comunidad amazónica de Empresiña, en el departamento de Pando (norte), confirmó hoy el gerente nacional de Exploración y Explotación de la estatal, Fernando Arteaga Pinto.
"Luego de realizar el montaje del equipo de perforación BLD-7 con potencia de 2.000 caballos de fuerza, se inició el pasado sábado (30 de agosto) la perforación del pozo exploratorio", explicó Arteaga Pinto con relación al pozo TMC-X1 I.E., en una de las regiones menos exploradas en materia de hidrocarburos en Bolivia.
El proyecto considerado como estratégico por el Gobierno, busca determinar el potencial de hidrocarburos líquidos en la cuenca Madre de Dios fronteriza con Perú y caracterizada por su riqueza en biodiversidad, así como alta producción de castaña, que es uno de los principales rubros de exportación no tradicional de Bolivia.
El pozo alcanzaría una profundidad estimada de 3.250 metros para estudiar la formación Tomachi, una roca generadora del Devónico Superior que podría contener reservorios de baja permeabilidad, según YPFB.
Arteaga Pinto explicó que los resultados de la exploración permitirán evaluar la madurez de la cuenca y abrir paso a posibles proyectos horizontales en el futuro que confirmen la existencia de niveles productivos de hidrocarburos.
La perforación representa una inversión de 271,7 millones de bolivianos (unos 40 millones de dólares) y forma parte de la estrategia oficial para diversificar áreas de exploración fuera de los campos tradicionales del Chaco y el oriente boliviano.
La zona de exploración se localiza en las cercanías de la cuenca peruana de Camisea, que está considerado como uno de los yacimientos de gas más importantes de Sudamérica.
Tomachi-X1 se desarrolla en una área de alrededor de un millón de hectáreas bajo exclusividad de YPFB, lo que otorga a la estatal un margen para investigaciones futuras, aunque las actividades deben mantener el monitoreo permanente del entorno para evitar impactos negativos en los ecosistemas amazónicos.
La petrolera estatal considera que las actividades también tendrán beneficios económicos para las comunidades locales con empleos directos e indirectos y la generación de servicios para la población del norte amazónico.