Por César Mariño García
BOGOTÁ, 30 ago (Xinhua) -- Con un énfasis especial en las víctimas femeninas se conmemoró este sábado el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada en el Centro Nacional de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, la capital de Colombia.
El evento incluyó un conversatorio en el que participaron la Defensoría del Pueblo de Colombia y diferentes organizaciones de la sociedad civil que velan por mitigar las consecuencias de un flagelo que, de acuerdo a cifras de la Comisión de la Verdad, creada a partir de la firma del tratado de paz de 2017, ha dejado en el país andino una cifra superior a las 210.000 víctimas, solamente por cuenta del conflicto armado.
De acuerdo con Isis Marín Ortíz, defensora del pueblo colombiano, las cifras de personas desaparecidas varían de acuerdo a las entidades que realizan los registros, no obstante, "en cualquier caso el universo (de víctimas) es realmente angustiante, son muchas las personas que nos hacen falta", señaló la funcionaria durante el conversatorio.
Marín señaló que el Estado colombiano ha actuado con la mayor eficiencia posible tanto en la búsqueda de desaparecidos como en la implementación de mecanismos de prevención. Sin embargo, reconoció que, pese a los avances institucionales, la gran mayoría de las personas aún no han sido ubicadas.
El acto estuvo coordinado por la Fundación Hasta Encontrarlos y la plataforma feminista Somos Un Rostro Colectivo, que llenaron el auditorio con imágenes de cientos de mujeres desaparecidas y cuyos perpetradores fueron agentes estatales o actores armados ilegalmente.
En entrevista con Xinhua Pablo Cala, director de la Fundación Hasta Encontrarlos señaló que, de acuerdo a una reciente investigación desarrollada por la organización sobre las mujeres desaparecidas en Colombia desde 1937 hasta el 13 de mayo de 2025, tuvo como resultado que 50.899 mujeres fueron reportadas como desaparecidas, de las cuales 37.247 siguen en paradero desconocido hasta el día de hoy.
Según Cala, el estudio señala que en las décadas de 1970 y 1980 la responsabilidad recayó principalmente en agentes del Estado; en los años 1990 y 2000, en grupos paramilitares, mientras que desde inicios de este siglo se han vinculado también las guerrillas y el secuestro como modalidades asociadas.
Por su parte, Luna Cárdenas, integrante de Somos un Rostro Colectivo, señaló a Xinhua que en los casos de desaparición forzada contra mujeres suelen concurrir otros delitos como la violencia de género, la trata de personas o la separación forzada de sus hijos, lo que conlleva una doble e incluso triple victimización que casi siempre permanece en la impunidad, subrayó.
Cárdenas argumentó que la naturaleza de plataformas feministas como la suya obedece a la importancia de volver a creer en el poder de lo colectivo como herramienta de prevención de la desaparición forzada que, "cada vez terminan en más en feminicidios, lastimosamente".
Durante el acto fue develado un contra monumento en honor a las mujeres desaparecidas y a las mujeres buscadoras, elaborado por la artista Camila Góngora, con el propósito de generar una reflexión sobre esta grave problemática en el país andino.