Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 27 jul (Xinhua) -- La Escuela Cubana de Wushu y Qigong reabrió su sede este fin de semana, después de una remodelación de varios meses que beneficiará a miles de practicantes de ese arte marcial chino.
Ubicada en un antiguo cine, en el corazón del Barrio Chino de La Habana, la instalación permanecía cerrada por problemas constructivos desde julio del año pasado, lo que obligó a que sus casi 3.000 practicantes realizaran los ejercicios en otras áreas del barrio.
"Acá no solo se enseña artes marciales, se enseña a pensar. La cultura china de hecho es una cultura que te lleva a la paz, a la armonía, a la no violencia", dijo a Xinhua el maestro Roberto Vargas Lee, un hombre de 59 años que ha dedicado tres décadas a la enseñanza de las artes marciales chinas.
Vargas Lee, quien aprendió este arte marcial de su abuelo natural de la ciudad Zhongshan, en la provincia meridional china de Guangdong, destacó la función social de la escuela, sobre todo para muchos adultos mayores que viven solos.
"Vivo feliz de estar contribuyendo a la salud, a la formación, a la disciplina de nuestros alumnos", comentó a Xinhua el maestro.
Vargas Lee, quien posee sexto Duan (grado) en Wushu, en Daoyin Yangsheng Gong y en Quanshen Qigong, además de quinto en karate Jyoshinmon, afirmó que la reapertura del centro es una realidad gracias a padres, alumnos y trabajadores de la institución que se esforzaron para lograr su recuperación.
El maestro también tuvo palabras de agradecimiento a sus profesores de la Universidad de Deportes de Beijing, donde en fecha ya lejana estudió artes marciales chinas para después, de regreso a Cuba, constituir un proyecto sociocultural, deportivo y de salud que agrupa a unos 8.000 practicantes en todo el país caribeño.
La ceremonia de apertura sirvió para dar la bienvenida a Meyling Wong Chiu, subdirectora de la escuela, quien se reincorporó al trabajo después de alcanzar en Beijing su doctorado en deportes tradicionales chinos y de convertirse en la primera cubana que obtiene el título de árbitro internacional de Wushu.
Wong Chui, quien también estudió en la Universidad de Deportes de Beijing, expresó su alegría por regresar a las actividades de la escuela y de la Universidad del Deporte y la Cultura Física de Cuba, donde además se desempeña como profesora.
En la ceremonia hubo espacio para honrar a los ancestros y Vargas Lee inauguró un sitial de honor a maestros cubanos de las artes marciales.
Como cierre de la reinauguración, varias decenas de practicantes mostraron sus habilidades en el Wushu y el Qigong con ejercicios de respiración y una serie de movimientos característicos de las disciplinas.
Un momento de gran atención tuvo la presentación de los miembros de la selección cubana de Wushu, quienes demostraron la maestría que los ha hecho acreedores de medallas en competencias internacionales.
El Wushu combina movimientos y posturas de las artes marciales tradicionales chinas y en la isla caribeña se practica en todas las provincias, donde cada mañana resulta habitual observar a decenas de practicantes reunidos en plazas y áreas al aire libre.
La Escuela Cubana de Wushu y Qigong celebrará el octubre próximo su aniversario 30 con el cumplimiento exitoso del objetivo de desarrollar las artes marciales chinas y la práctica de ejercicios terapéuticos, además de contribuir al mismo tiempo al rescate de la cultura y las tradiciones chinas.