BRUSELAS, 12 jul (Xinhua) -- El anuncio sorpresivo de hoy sábado del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 30 por ciento a las exportaciones de la Unión Europea (UE) ha provocado una fuerte reacción en todo el bloque y los funcionarios y líderes industriales exigen una respuesta firme y unida en medio de las continuas negociaciones comerciales.
Los aranceles propuestos, que entrarán en vigor el 1 de agosto, se aplican a las importaciones de la UE y fueron justificados por Trump como una corrección de unas relaciones comerciales "lejos de ser recíprocas".
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió hoy que los aranceles "perturbarán las cadenas de suministro transatlánticas esenciales, en detrimento de las empresas, los consumidores y los pacientes a ambos lados del Atlántico".
Aunque enfatizó el compromiso continuo de la UE con una solución negociada, afirmó que el bloque "tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar los intereses de la UE, incluida la adopción de contramedidas proporcionadas de ser necesario".
Los legisladores europeos y los líderes nacionales expresaron su creciente frustración y muchos instaron a tomar medidas de represalia inmediatas.
Bernd Lange, presidente de la comisión de comercio internacional del Parlamento Europeo, dijo que la carta de Estados Unidos es "impertinente y una bofetada" después de semanas de negociaciones.
Instó a la UE a iniciar las medidas de represalia el lunes, tal y como estaba previsto, y afirmó que "el período de espera ha terminado".
El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, señaló que los aranceles provocarán inflación, alimentarán la incertidumbre y frenarán el crecimiento. "La UE se mantiene firme, unida y dispuesta a proteger nuestros intereses", comentó, e instó a avanzar hacia un "acuerdo justo" con Washington.
El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó su "firme desaprobación" por la medida estadounidense y expresó que la UE debe acelerar la preparación de "contramedidas creíbles" utilizando todas las herramientas disponibles, incluidas las medidas contra la coacción, si fracasan las negociaciones.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, condenó la medida como una "escalada unilateral" y dijo que la UE está preparada para responder con contramedidas severas de ser necesario.
"Todos salen perdiendo con una escalada del conflicto comercial y serán los consumidores estadounidenses quienes paguen el precio más alto", advirtió.
El primer ministro checo, Petr Fiala, criticó los aranceles estadounidenses por su impacto negativo en el comercio transatlántico y pidió "unidad y determinación" para proteger los intereses de la UE.
Las industrias europeas expresaron su alarma por las consecuencias, en particular en sectores estrechamente integrados con el mercado estadounidense.
El principal grupo de cabildeo industrial de Alemania, el BDI, calificó la medida estadounidense de "señal de alarma" y advirtió que podría descarrilar la recuperación y socavar la innovación a ambos lados del Atlántico.
"Los aranceles como medio para ejercer presión política provocan un aumento de los costos, ponen en peligro puestos de trabajo y socavan la competitividad internacional, tanto en Europa como en Estados Unidos", afirmó Wolfgang Niedermark, alto ejecutivo de BDI.
Isabel Schnabel, miembro del consejo del Banco Central Europeo, señaló que los aranceles podrían desencadenar inflación a medio plazo y perturbaciones en la cadena de suministro.
El sector automovilístico, que ya está profundamente integrado con la UE y Estados Unidos, ya está sintiendo las consecuencias.
Eslovaquia, uno de los principales países exportadores de automóviles de Europa, informó de una notable caída de los pedidos para el próximo tercer trimestre. La ministra de Economía, Denisa Sakova, explicó que trasladar la producción a Estados Unidos no es viable a corto plazo y subrayó que el daño ya comenzó.
La Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA) mencionó que el costo para los fabricantes ya asciende a miles de millones y aumenta cada día.
"Es lamentable que exista la amenaza de una mayor escalada del conflicto comercial", dijo la presidenta de la VDA, Hildegard Mueller.
"Los costos para nuestras empresas ya ascienden a miles de millones y la suma aumenta cada día", aseveró, y destacó que los proveedores también se ven significativamente afectados por los aranceles de importación.
Emanuele Orsini, presidente de Confindustria, la principal asociación de Italia que representa a las empresas manufactureras y de servicios, condenó la postura de Estados Unidos como "desagradable", mientras que Paolo Mascarino, presidente de la federación italiana de la industria alimentaria y de bebidas Federalimentare, indicó que los aranceles "superan cualquier umbral de tolerabilidad" y provocarán caídas significativas en las exportaciones.
Dan O'Brien, economista en jefe del Instituto de Asuntos Internacionales y Europeos, afirmó que la medida estadounidense es "provocadora" y aumenta significativamente el riesgo de una confrontación económica más amplia entre las dos economías.