Por José Aguiar
LIMA, 7 jul (Xinhua) -- La pérdida de más de 189.000 hectáreas de bosques peruanos en 2024 puede generar un impacto ambiental, social y económico "incalculable", alertó hoy lunes el director ejecutivo de la empresa ambiental Paskay, Jorge Torres Padilla.
El especialista en el tema de cambio climático y proyectos de carbono forestal hizo la advertencia, tras analizar los datos publicados de forma reciente por la plataforma "Global Forest Watch", que precisó que esta baja significa para la nación sudamericana 2,81 millones de hectáreas de bosque primario húmedo perdidas en lo que va del siglo.
Sostuvo que la pérdida reportada el año pasado se aproxima al récord histórico de unas 190.000 hectáreas alcanzadas en 2020, en plena pandemia, cuando la migración forzada de familias al campo provocó la expansión de la frontera agropecuaria.
Torres Padilla explicó que una de las zonas más impactadas en 2024 fue la región Madre de Dios (sureste) con más de 42.000 hectáreas de selva perdida, el doble que en 2023.
Precisó, además, que la situación puede afectar de manera directa a 2.324 especies, entre ellas 1.179 de fauna y 145 de flora, así como a los más de 3,7 millones de habitantes de la Amazonia peruana, algunos de ellos pertenecientes a etnias originarias como shipibo, ashánincas y awajún, entre otras.
"La pérdida de los bosques es la pérdida de su hábitat natural. Los bosques son su hogar, su farmacia, su almacén y el mantenimiento de su cultura viva", advirtió el entrevistado.
Sobre las causas generales de la pérdida de bosques a lo largo de los años, Torres Padilla señaló que "son muchos factores los que explican esta alta tasa de deforestación".
Entre estos factores mencionó cultivos y actividades ilícitas como la quema de áreas colindantes para cultivos de café, cacao, palma o pastos de ganado, así como la minería ilegal, el tráfico de tierras y los cultivos de hoja de coca.
Para revertir esta situación, el entrevistado consideró clave "promover actividades que aprovechen productivamente el bosque sin destruirlo como el ecoturismo, el manejo forestal, la reforestación, la artesanía y el aprovechamiento sostenible de frutos, nueces, plantas medicinales".
El director ejecutivo de Paskay llamó también a fomentar la tecnificación agrícola con la finalidad de aumentar la productividad sin deforestar nuevas áreas, ya que si continúa la tendencia degradante "los efectos inmediatos son la disminución del caudal de los ríos y la desaparición de su cauce, generando sequías e inundaciones".
"Esto traerá más pobreza y desplazamiento de la población a las ciudades, así como también a actividades ilegales", agregó.
Al referirse a las acciones que deben asumir los gobiernos regionales, Torres Padilla sostuvo que es necesario "poner en valor el bosque amazónico, promover una agricultura y ganadería que no presione sobre el bosque, y combatir las actividades ilegales con más intensidad".
Explicó que para financiar esas acciones cuentan, por ejemplo, con la venta de bonos de carbono en mercados voluntarios, lo que puede ayudar a la generación de ingresos, tanto a las entidades de gobierno como a la población, es decir, comunidades, productores y concesionarios.
Para lograrlo es necesario "desarrollar proyectos de carbono, tanto de conservación como de restauración, que permitan generar estos bonos", añadió el directivo de la empresa ambiental.