BUENOS AIRES, 2 jul (Xinhua) -- Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), junto a colegas de otras instituciones nacionales, hallaron en el distrito de Añelo, provincia del Neuquén (sur), restos fósiles de un nuevo dinosaurio de la familia de los rebaquisáuridos, un grupo de dinosaurios saurópodos que habitó la región hace unos 95 millones de años.
La nueva especie, bautizada "Astigmasaura genuflexa", fue presentada en la revista "Cretaceous Research", dijo hoy miércoles el Conicet en un comunicado.
El reporte puntualizó que esta especie era un cuadrúpedo herbívoro de cuello y cola larga, el cual medía unos 18 metros de largo y pesaba más de 10 toneladas.
Las vértebras de la cola tenían prolongaciones óseas muy altas, tanto hacia arriba como hacia los costados. Tenía arcos hemales (huesos por debajo de la cola para que protegen el sistema nervioso y circulatorio) muy diversos: alargados y rectos, y en forma de bota y de estrella. Además, poseía patas esbeltas y dedos de los pies ensanchados desde adelante hacia atrás, detalló el organismo estatal.
Flavio Bellardini, becario posdoctoral del Conicet en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología y primer autor del artículo comentó que es la primera vez que se descubre la parte posterior del esqueleto de dinosaurios rebaquisáuridos, con ambos miembros traseros, la cadera y la mitad anterior de la cola perfectamente preservados, permitiendo así aclarar parte de la anatomía aún poco conocida.
Además, remarcó que "Astigmasaura genuflexa" es una de las últimas especies de dinosaurios rebaquisáuridos antes de su extinción, ocasionada hace unos 90 millones de años atrás, por lo que es fundamental para reconstruir las fases finales de la historia evolutiva del grupo, por lo menos en Patagonia.
El Conicet destacó que "gracias a las condiciones de preservación de los huesos de Astigmasaura se pudo reconstruir, por primera vez, la anatomía de las patas traseras y de los pies, así como parte de la musculatura de los rebaquisáuridos".
De acuerdo con los paleontólogos que protagonizaron el hallazgo, esto servirá como base para futuros estudios, los cuales podrán determinar cómo se desplazaban, cuál era su postura y que tipo de huellas podían llegar a dejar.
Además, los investigadores encontraron que algunas vértebras de la cola presentan patologías y una particular osificación de los tendones, que indicaría una edad avanzada del individuo al momento de su muerte.
Las tareas de excavación requirieron cinco campañas paleontológicas y más de 30 días de trabajo de campo, a lo que siguieron tareas de preparación y limpieza del material con varios meses de trabajo de laboratorio para liberar los huesos fosilizados de la dura roca que los portaba.
Finalmente, se prepararon 20 vértebras caudales, 19 arcos hemales, ambos isquiones, pubis, parte de los iliones, dos fémures, dos tibias, dos fíbulas, dos astrágalos y ambos pies casi completos.
Una vez realizado el estudio anatómico de los huesos recuperados y su comparación con otras especies ya conocidas, el equipo de investigadores no solo encontró semejanzas con otros dinosaurios saurópodos rebaquisáuridos, sino también una serie de características morfológicas únicas que justificaron la formalización de la nueva especie.
El nombre del género "Astigmasaura" hace referencia al lugar del hallazgo, El Orejano, una expresión popular que significa "animal sin signos de identificación, sin dueño", mientras que el nombre de la especie "genuflexa" alude a la posición en la que se halló el espécimen, arrodillada, con ambas patas traseras dobladas.