CARACAS, 1 jul (Xinhua) -- Los efectos del cambio climático global se manifiestan con intensidad creciente en Venezuela, donde el sobrecalentamiento del océano y las lluvias extremas han generado condiciones de riesgo para la biodiversidad, la infraestructura y la seguridad de comunidades humanas en diversas regiones del país.
Así lo expuso hoy martes la ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez, quien también se desempeña como vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, al presentar hallazgos recientes de investigaciones nacionales.
Según el informe del Sistema de Servicios de Cambio Climático del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), el mar Caribe presenta un aumento anómalo en las temperaturas de hasta 1,5 grados centígrados, lo cual aumenta el riesgo de lluvias torrenciales y deslizamientos, especialmente en zonas montañosas.
El documento advierte sobre un "calentamiento abrupto e intenso" de las aguas del Caribe y el Atlántico Norte Tropical, fenómeno que ha generado "pulsos húmedos históricos" en varias regiones del país.
La ministra explicó que este patrón climático, alimentado también por la aceleración de los vientos alisios, está detrás de una serie de eventos extremos que han afectado sobre todo a los Andes (suroeste) y los Llanos Occidentales.
Solo en mayo, en estados como Mérida, Táchira, Trujillo y Barinas (suroeste), se registraron lluvias entre 80 y 250 milímetros (mm), suficientes para saturar los suelos y provocar inestabilidad.
En junio, las Ondas Tropicales 04 y 05 provocaron lluvias de hasta 50 mm en tres horas, mientras que las Ondas 06 y 07 causaron acumulados de hasta 90 mm en algunas áreas.
En ciertos sectores del Piedemonte Andino, el volumen de precipitaciones superó los tres millones de litros por hectárea.
"En 2025, se ha registrado un aumento del 68 por ciento en las lluvias en comparación con promedios históricos", señaló Jiménez.
El informe, publicado en Telegram y medios oficiales, reporta que el caso más extremo se detectó en la ciudad de Rubio, Táchira, donde se reportó un incremento del 212 por ciento respecto a los máximos históricos previos. En Barinas, el aumento alcanzó el 169 por ciento.
La ministra alertó sobre una alteración de los pisos climáticos del país con desplazamientos de zonas térmicas hacia altitudes mayores.
Este fenómeno, además de modificar patrones de lluvia y temperatura, incide negativamente sobre la biodiversidad y obliga a reconsiderar las zonas aptas para ciertos cultivos, lo que también podría afectar a la seguridad alimentaria.
Ante esta situación, los científicos del IVIC recomendaron un monitoreo climático continuo, especialmente en áreas montañosas como la Cordillera de la Costa (región central), donde podrían repetirse las condiciones observadas en los Andes.
También se plantea fortalecer la planificación urbana en zonas de riesgo y ejecutar un plan nacional de dragado de ríos para reducir el impacto de las crecidas.
Entre otras medidas propuestas, figuran la activación de Consejos de Ecosocialismo, la reforestación de áreas degradadas, el uso de bambú para estabilizar taludes y la implementación de soluciones naturales para proteger riberas y mejorar la disponibilidad de agua.
Jiménez aseguró que el Gobierno nacional está dedicado a generar acciones ante estas "anomalías significativas en temperatura y precipitaciones, como parte de la agenda técnica que busca prevenir emergencias y proteger a la población".
En ese sentido, destacó la necesidad de seguir diseñando e implementando estrategias de adaptación frente al cambio climático.
El informe refuerza la preocupación de las autoridades venezolanas por la creciente vulnerabilidad de las zonas montañosas y la transformación acelerada del clima, que plantea retos urgentes a la planificación territorial, la gestión del agua y la sostenibilidad ambiental.
En un contexto de crisis climática global, Venezuela apuesta por la investigación científica como base para la toma de decisiones, con el objetivo de mitigar riesgos y fortalecer la respuesta de las comunidades ante los fenómenos naturales extremos.
En días recientes, las lluvias torrenciales han destruido carreteras, puentes y cientos de viviendas en los Andes y los Llanos Occidentales venezolanos, además de aislar a pueblos enteros en la región andina y provocar importantes pérdidas en materia de producción agrícola.