RÍO DE JANEIRO, 17 jun (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció hoy ante los líderes del G7 los elevados gastos militares de los países desarrollados, que alcanzan los 2,7 billones de dólares anuales -equivalente al Producto Interno Bruto de Italia-, y alertó sobre la falta de liderazgo global en la solución de los principales conflictos internacionales, informó la Presidencia brasileña.
Invitado a la cumbre del G7 en Canadá, Lula pidió el fortalecimiento de la gobernanza multilateral, con protagonismo para las Naciones Unidas. "Están sentados en esta mesa tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad y otras naciones con tradición en la defensa de la paz. Es momento de devolver el protagonismo a la ONU", afirmó el mandatario brasileño.
Lula señaló que las guerras y los conflictos se agravan en ausencia de liderazgo efectivo por parte de las instituciones internacionales. Citó como ejemplo la guerra en Ucrania, que, según él, "no tendrá solución por la vía militar", y condenó la violencia contra civiles en Gaza. "Nada justifica la matanza indiscriminada de mujeres y niños, ni el uso del hambre como arma de guerra por parte de Israel", afirmó.
El presidente brasileño criticó además a los países que aún no reconocen el Estado palestino, alegando que esa postura revela una actitud "selectiva" frente al derecho internacional y a la justicia.
También expresó su preocupación por la escalada del conflicto entre Israel e Irán, "tras los ataques iniciados por el primero", lo que a su juicio puede transformar todo el Oriente Medio en un campo de batalla con consecuencias globales imprevisibles.
En su discurso, Lula se refirió además a la situación en Haití, denunciando la indiferencia de la comunidad internacional frente a "un cotidiano de caos y atrocidades perpetradas por el crimen organizado". Para el líder brasileño, solo el diálogo entre las partes puede abrir camino a un alto el fuego y a una paz duradera. "No subestimo la magnitud del desafío que es contener todas estas amenazas. Pero es claro que el vacío de liderazgo agrava ese cuadro", declaró.
Lula también abordó en su discurso el tema de la crisis climática y la transición energética. Recordó que el G7 fue creado hace 50 años, como respuesta a la crisis del petróleo, y que el desafío del presente es la emergencia climática.
"Los choques de los años setenta demostraron que la dependencia de los combustibles fósiles condena al planeta a un futuro incierto. Sin embargo, el mundo sigue resistiéndose a aceptar que la diversificación energética es la clave para la seguridad energética", afirmó Lula.
Además de los siete miembros permanentes del G7 -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido-, la cumbre de este año en Canadá cuenta con la participación de países invitados como Brasil, Sudáfrica, Australia, República de Corea, Árabes Unidos, India y México, así como representantes de organismos internacionales como la ONU, el Banco Mundial, la Comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea.
La agenda de Lula en Canadá incluye reuniones bilaterales con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky; el primer ministro canadiense, Mark Carney; y el nuevo canciller de Alemania, Friedrich Merz.