GUIYANG, 17 jun (Xinhua) -- La chilena Beverly Andrea Hermosilla Serrano maniobra su motocicleta eléctrica con soltura por las sinuosas callejuelas del bullicioso centro de la ciudad de Guiyang, en el suroeste de China, como muchos otros residentes locales. Pocos adivinarían que viene del otro lado del mundo.
La pedagoga de 36 años proviene de Santiago de Chile y es ahora profesora de inglés en una escuela internacional de Guiyang, capital de la provincia de Guizhou.
Tras licenciarse en literatura y lingüística inglesa por la Pontificia Universidad Católica de Chile, Serrano viajó por más de 40 países, viviendo y trabajando en Norteamérica, Latinoamérica y África. Ninguno de esos lugares la retuvo más de un año, pero las cosas cambiaron tras conocer Guiyang.
En 2015, Serrano recibió dos ofertas de trabajo como profesora de inglés en Beijing y Guiyang, y eligió esta última.
"Beijing habría sido más conveniente. Pero siempre he querido sumergirme de verdad en una cultura diferente y conectar con la gente local. Guiyang fue la opción indiscutible", recordó.
Sin embargo, sus primeros días en Guiyang fueron difíciles. Aunque le asombró el impresionante paisaje montañoso de la ciudad, fue sorprendida por la barrera del idioma y la comida picante típica de la zona.
"Cuando probé por primera vez el Suantang Hotpot, olla caliente al estilo de Guizhou con caldo agrio de tomate, se me saltaron las lágrimas enseguida", rememoró con una sonrisa. "De hecho, la primera frase china que aprendí fue 'bu yao la jiao', que significa 'no picante por favor'".
Serrano considera que aprender chino es uno de los logros más valiosos de su estancia en China hasta la fecha, ya que le ha abierto la puerta a aventuras, amistades y experiencias inesperadas.
"Cuando empecé a aprender el idioma, comencé a entender los chistes, y me di cuenta de que mis amigos o tíos en casa harían exactamente el mismo tipo de broma", dijo.
"Una vez superada la barrera del idioma, la conexión humana es sorprendentemente fácil", opinó.
Con el paso del tiempo, se ha interesado por el juego de mesa para cuatro personas del mahjong, así como por el licor baijiu.
"No son solo juego o bebida, sino claves para establecer conexiones más profundas con mis amigos chinos, sus familias y su cultura", comentó entre risas, y añadió que también se ha convertido en una amante de la comida picante.
Durante la última década, Serrano ha llegado a comprender China y se ha enamorado de su cultura y sus tradiciones. A menudo asombra a los demás con su habilidad para pasar con fluidez del inglés al chino, incluso con una pizca del dialecto local de Guiyang.
También comparte la comida y las tradiciones chilenas con sus amigos chinos. Para conmemorar las Fiestas Patrias, el Día de la Independencia de Chile, que se festeja el 18 de septiembre, suele cocinar algunos de sus platos chilenos favoritos, como completos, que son salchichas chilenas, y pastel de choclo, también conocido como empanadas de maíz chilenas, para servirlos a una ecléctica mezcla de amigos chinos e internacionales.
Serrano suele llevarse a Chile aparatos innovadores de China cuando visita a su familia. "Una vez, compré un cortaúñas automático para uno de mis abuelos y un chaleco autocalentable para el otro. Les encantaron mucho".
Cuando sus familiares la visitaron en Guizhou en 2017 y 2023, Serrano propuso llevarlos de viaje para explorar los tesoros culturales y naturales de esta provincia, como la vibrante aldea de Xijiang, con su cultura étnica miao, la estruendosa cascada de Huangguoshu y la centenaria antigua ciudad de Qingyan, con su arquitectura bien conservada de las dinastías Ming y Qing.
La llenó de orgullo el asombro de sus familiares, cuando experimentaban la riqueza de su hogar adoptivo.
Desde el 1 de junio de 2025, los ciudadanos de Brasil, Argentina, Perú, Chile y Uruguay pueden entrar en China sin visado durante un máximo de 30 días por motivos de negocios, turismo, intercambio cultural o tránsito. Esta política se dio a conocer en la cuarta reunión ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), celebrada en Beijing el mes pasado, en consonancia con la iniciativa más amplia de China de expandir la exención de visado y fomentar los intercambios amistosos con más países de América Latina y el Caribe.
Ahora, gracias a esta política, su familia volverá a visitarla pronto, declaró Serrano muy emocionada.
En la escuela, la profesora desea inculcar la curiosidad global en sus estudiantes y ayudarlos a imaginar un mundo más amplio. "A ellos les encanta escuchar mis historias sobre los viajes a distintos países y conocer a la gente de diversas culturas", manifestó.
Profundamente enamorada de Guiyang, Serrano ha renovado repetidamente su contrato de un año para trabajar allí, hasta alcanzar los 11 años. Planea establecerse en esta ciudad.
"Ahora, no me imagino llamando a cualquier otro lugar casa", dijo la chilena.