NOVA CANAÃ DO NORTE, Brasil, 27 may (Xinhua) -- En el corazón del estado de Mato Grosso (centro-oeste de Brasil), uno de los bastiones del agronegocio en el país, se está gestando una revolución silenciosa, pero significativa en el mundo de la agricultura y la ganadería, con la integración de árboles en los sistemas de producción agropecuaria, algo que está cambiando la lógica de la explotación rural, agregando valor económico, ambiental y social al campo brasileño.
"La idea es que una sola hectárea pueda rendir mucho más cuando se introduce la teca o el eucalipto en el sistema de producción", explicó a Xinhua Maurel Behling, investigador de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).
"No se trata de reemplazar una monocultura por otra, sino de buscar una sinergia entre la producción ganadera y forestal. Es una integración inteligente", comentó.
Esta integración, conocida como Integración Agrícola-Ganadera-Forestal (ILPF, por sus siglas en portugués) ha ganado espacio en varias haciendas de Mato Grosso, con excelentes resultados hasta el momento.
Según Behling, la teca (Tectona grandis), un árbol procedente de Asia, se ha consolidado como la especie más valiosa para este tipo de integración.
"La teca es el diamante de las especies madereras. Pero, como todo diamante, necesita ser trabajado para agregar valor", explicó.
Para ello, el manejo de copa -es decir, las podas periódicas durante su crecimiento- es fundamental.
"Con la poda anual, abrimos espacio para la entrada de luz, lo que favorece el desarrollo del pasto debajo de los árboles. Así, se puede mantener una tasa de ocupación ganadera semejante a la de un pasto sin árboles, e incluso superar esa productividad gracias a los beneficios que los árboles traen al microclima y al suelo", afirmó.
Uno de los principales desafíos, reconoció Behling, era la falta de conocimiento técnico de los ganaderos en el manejo forestal.
"Hasta hace poco, muchos fracasaban por no saber cómo conducir bien el crecimiento de las plantas", señaló.
Para superar este obstáculo, Embrapa cerró en 2023 una alianza estratégica con la TRC (Tech Resource Company), la mayor empresa privada del mundo en plantación de teca.
"La TRC desarrolló un plan de negocios específico: en lugar de expandir la teca en monocultivo, optó por asociarse con ganaderos. La empresa se encarga del plantío y manejo de las plantas, mientras el productor continúa con su actividad ganadera", explicó.
Durante la fase inicial, cuando los árboles aún son jóvenes y los animales no pueden pastar entre ellos, la TRC paga un arrendamiento al productor, evitando pérdidas. En algunos casos, los productores cercan los árboles y usan los corredores para pastoreo o incluso para producir silo o heno.
"Cuando los árboles alcanzan unos 3 metros de altura y 3 a 4 cm de diámetro -lo que ocurre entre los 10 y 18 meses- los animales pueden regresar al área", detalló.
La combinación de ganadería y silvicultura trae múltiples ventajas. Según Behling, los árboles contribuyen al reciclaje de nutrientes, mejoran la estructura del suelo y capturan carbono.
"El carbono almacenado en la teca tiene un ciclo de vida mucho más largo que el del eucalipto, por ejemplo. Mientras que la biomasa de eucalipto se corta a los seis o siete años, la teca se mantiene entre 18 y 20 años, o más, y luego se convierte en un producto noble, como madera para muebles o construcciones", destacó.
Esa longevidad también da al productor mayor flexibilidad.
"Si llega el momento de corte y el precio no es favorable, puede esperar más tiempo sin perder valor", añadió.
Además, estudios de la Embrapa muestran que los animales criados en sistemas con árboles tienen un mejor desempeño.
"Mejora la conversión alimenticia, la ganancia de peso y hasta la reproducción. Las hembras presentan mayor precocidad sexual y ovulatoria", informó Behling.
Una observación interesante de las investigaciones de Embrapa es que los árboles de teca en sistemas silvopastoriles crecen más rápido que en plantaciones homogéneas.
"En sistemas con líneas simples, como en los bordes de los plantíos, las tecas tienen menos competencia por luz y espacio. Hemos observado que su crecimiento puede ser hasta 50 o 60 por ciento mayor", reveló.
El interés por el sistema ILPF está creciendo no solo en Mato Grosso, sino también en el estado de Pará y en regiones del nordeste brasileño.
"Hoy tenemos una unidad de referencia tecnológica donde validamos y refinamos constantemente el sistema. Aunque el plan de negocios es liderado por TRC, mantenemos una alianza para superar cuellos de botella y garantizar su expansión", afirmó Behling.
La estrategia a largo plazo pasa también por la planificación de la comercialización. Mientras la biomasa de eucalipto requiere una logística costosa y debe estar próxima a las plantas industriales, la teca permite un transporte más largo debido a su alto valor agregado.
"Una tonelada de biomasa puede venderse a 100 o 150 reales (de 18 a 26 dólares), pero la teca, si es para serrería, puede alcanzar los 1.500 reales (265 dólares) por metro cúbico", comparó.
Para Behling, la integración de teca en la ganadería no es solo una innovación técnica, sino una forma de agregar valor, diversificar la producción y transformar la vida de los productores rurales.
"El objetivo nunca fue dividir, sino sumar. Sumar ingresos, oportunidades y sostenibilidad", concluyó.