BUENOS AIRES, 23 mar (Xinhua) -- Las proyecciones económicas para Argentina en 2025 se presentan con incertidumbre, a pesar de estimaciones optimistas de organismos multilaterales que pronostican un crecimiento de hasta un 5 por ciento, dijo el domingo el economista argentino Jorge Marchini.
"Hay interrogantes varias. Una tiene que ver con el impulso de la actividad económica, visto que todavía sigue una situación de fuerte ajuste fiscal, de condiciones que tienen que ver con el dinamismo del mercado interno. Y también un tema que para Argentina tiene mucha relevancia que es su situación externa", afirmó en diálogo con Xinhua el vicepresidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA).
Marchini indicó que la consolidación de un mejor escenario dependerá de la recuperación de la economía tras la profundización de la recesión vivida en 2024, así como de factores externos, como la demanda internacional de productos agrícolas y energéticos y la situación financiera.
"Argentina está también negociando ahora un acuerdo inminente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que si bien las condiciones no dan a conocer todavía y no se han anunciado los términos del nuevo préstamo, se estima que habrá requerimientos de mayor ajuste económico, de ese ajuste fiscal más severo todavía", precisó.
Entre estas condiciones o repercusiones, señaló una eventual "devaluación de la moneda, lo cual también significa un cambio de precios relativos en el país, lo que puede traer dificultades para Argentina".
Respecto a las condiciones actuales de la economía, Marchini indicó que los sectores beneficiados en la coyuntura reciente han sido los vinculados a la especulación e inversiones de corto plazo, mientras que los exportadores enfrentan desafíos derivados de un tipo de cambio que ha perdido competitividad.
"Sin dudas, la economía argentina tiene ganadores y perdedores, esto depende de las condiciones de la macroeconomía. Los ganadores hasta este último período han sido sectores financieros, sobre todo, porque se ha dado un fenómeno de incentivo por el propio Gobierno de ingresos de capitales con atractivas rentabilidades, sobre todo en el mercado de bonos públicos", resaltó.
Para el vicepresidente de la FILA, ha habido otros sectores parcialmente beneficiados como el sector agropecuario, que este año goza de una buena cosecha y óptimas condiciones productivas, así como la energía y minería.
"Pero, en lo que respecta a la macroeconomía, hay una gran incógnita respecto a lo que va a ocurrir en estas negociaciones y condiciones que tiene Argentina con el FMI y con sus acreedores", advirtió Marchini, quien consideró que la deuda tanto interna como con los organismos internacionales será el principal desafío de la economía argentina este año.
La actual situación deriva de un 2024 marcado por un fuerte ajuste económico y una caída inicial del consumo, seguida de una leve recuperación en la segunda mitad de ese año debido a la desaceleración inflacionaria y el ingreso de divisas por exportaciones y blanqueo de capitales.
El año pasado, la caída de la economía del 1,7 por ciento, como consecuencia de las políticas de ajuste fiscal del Gobierno del presidente Javier Milei, tuvo un impacto directo en el empleo, particularmente a partir del recorte al gasto público, la eliminación de la obra pública "que genera mucho empleo" y la falta de incentivo a la inversión.
"Otro factor a analizar es la calidad del empleo. Argentina tiene una pérdida de calidad de empleo, con un crecimiento de los empleos y trabajos informales que no tienen una condición estable, con niveles más bajos de ingresos y menor protección social. Esto también disminuye la condición de aportes a las contribuciones hacia el sistema jubilatorio", enfatizó.
En este contexto, la gran incógnita para 2025 es si la estabilidad económica lograda en los últimos meses se consolidará o si las condiciones seguirán presentando desafíos estructurales. Con factores internos y externos aún inciertos, la economía argentina se encuentra en un punto de inflexión que definirá su rumbo en los próximos meses.
En opinión de Marchini, el mayor desafío de la economía argentina para este año es en principio solucionar su situación con acreedores externos, debido a los vencimientos de deuda que presenta con el FMI, así como la situación de las reservas internacionales.
Agregó que la desaceleración de la inflación en los últimos meses, pese a mantener niveles elevados en términos internacionales, marca un cambio significativo respecto al inicio del actual Gobierno y que, si esta tendencia permanece, se podría configurar un escenario de mayor estabilidad económica.
No obstante, la sostenibilidad dependerá de diversos factores, entre ellos la inversión, el mercado interno y el comercio exterior, que no dependen solo de la situación local, abundó.
En este sentido, los desafíos económicos del país siguen generando un intenso debate sobre las perspectivas de crecimiento y las estrategias posibles para enfrentar el contexto actual, sostuvo el economista.
