Por Carina López y Pool Contreras
MÉXICO, 7 mar (Xinhua) -- La empatía, el trato humanizado y la reducción de complicaciones durante el alumbramiento son solo algunos de los motivos que impulsaron a Sharon Bautista Hernández a buscar el acompañamiento de una partera para el nacimiento de su hijo, al ser una práctica médica milenaria desarrollada y perfeccionada con el tiempo por mujeres en México.
Hace algunos años, Bautista Hernández, de 25 años de edad, tuvo una mala experiencia médica durante un parto por cesárea, al sentirse "indefensa" y "decepcionada" por la falta de atención especializada, además de la poca cercanía con los médicos.
"No me gustó sentirme incapaz de no poderme parar, de no estar cuidando a mi hijo y no me gustó la forma en cómo me atendieron primero o el tipo de atención", contó la madre a Xinhua.
Luego de su vivencia, la señora Sharon buscó otras alternativas para poder dar a luz a su hijo de una manera natural, con lo que siguió los pasos de su madre y abuela, quienes tuvieron el parto en sus propios hogares.
"Yo quiero, más que nada, experimentar la forma más natural. Quiero experimentar y sentir un dolor que finalmente creo que es muy bonito. Mi abuela tuvo dos hijos de forma natural, mi mamá me tuvo de forma natural y no quiero irme sin saber qué se siente tener un hijo de forma natural", expresó Bautista Hernández.
Con 15 semanas de embarazo, la mujer y su pareja, Aldo Díaz Romero, descubrieron algunos de los beneficios de tener el parto en el agua con la ayuda de una partera profesional.
Díaz Romero dijo que el lado humanizado "es lo más importante para nosotros", pues se trata de un proceso de atención prenatal, parto y posparto, en que se respetan los deseos de la madre y de su familia.
"El trato es humanizado y nos involucra a nosotros mucho como pareja para poder ser parte de esta experiencia. El hecho de que nosotros recibamos a nuestro hijo, humanizado, en agua, que haya mucha interacción, eso me parece increíble", consideró Díaz Romero.
Lo que más importa, prosiguió, es el lado humano, al no haber un detrás de paredes, un detrás de vidrios, porque "tú estás presente" y "eso es lo que hace una conexión muy linda de lo que va a suceder".
La partera que la joven pareja eligió para el nacimiento de su bebé fue Gabriela Zebadúa Baqueiro, quien cuenta con más de dos décadas de experiencia, así que encontraron en ella la confianza y la comprensión que buscaban para un parto cercano en un ambiente privado y seguro.
Lo que las parejas buscan, detalló, es un parto natural, un parto en casa como lo hacían las abuelas, las bisabuelas, pues no quieren medicamentos, pero para poder lograrlo es necesario preparar la mente y el cuerpo, y así poder parir de forma natural.
La especialista en psicoprofilaxis perinatal recordó al respecto que los primeros registros de parteras en México datan de la época prehispánica, aunque esta actividad ha ganado fuerza en nuestros días, lo que ha hecho posible profesionalizar la partería en el país.
Las parteras comenzaron a tener prestigio entre de los pueblos indígenas de México, al relacionarse la práctica con cuestiones religiosas vinculadas a la fertilidad.
"Es una bonita profesión, muy humana, muy linda, no como para que te hagas millonaria, pero lo millonario es recibir a cada uno de los bebés. Ese es el amor, poder ver a las familias realizarse como padres", dijo Zebadúa Baqueiro a Xinhua.
La partera enumeró algunos de los principales beneficios de recibir al bebé en agua, entre ellos, la reducción del estrés, menores riesgos de un desgarre para la madre y una transición más suave para el recién nacido, ya que se encuentra en un entorno similar al útero, lo que puede reducir el "shock" o impacto emocional del nacimiento.
Por ello, la directora de "Mi Parto en Agua" y un equipo multidisciplinario ofrecen cursos para el manejo de emociones con apoyo psicológico y ginecológico, pero lo más importante es que se acercan a cada familia para escuchar sus necesidades e inquietudes en busca de que el parto sea un momento único, en el que todos se sientan seguros y cómodos.
La partera, sin embargo, enfrenta algunos desafíos dentro de su actividad, entre ellos la estigmatización, ya que muchas personas no cuentan con información completa y piensan que las parteras no tienen ningún tipo de preparación formal.
"Realmente, las que somos parteras profesionales tenemos la información, ya sea de generación en generación o a través de la Secretaría (Ministerio) de Educación Pública, que nos da el certificado, la cédula y el título profesional", apuntó.
Los conocimientos de las primeras parteras pasó de generación en generación, pues quienes asistían a los partos solían ser las abuelas, las hermanas o las amigas, pero después esta labor se extendió a más de una familia.
Zebadúa Baqueiro dijo sentirse orgullosa de acompañar a las mujeres en todo momento para poder ser madres: "Aquí toda la intención es que los bebés nazcan con amor y rodeados de un buen equipo".
La partera llamó a la vez a las mujeres embarazadas a prepararse antes de la llegada del bebé, así como a conocer sus derechos a la hora de parir, pues existen varias opciones en que los deseos de las madres deben ser respetados.
La partería sigue presente en la sociedad mexicana y cada vez hay más familias que optan por alumbramientos naturales; personas que conservan sus tradiciones, que prefieren una recuperación más rápida, que buscan establecer un vínculo temprano entre madre y bebé.
