TAIYUAN, 14 feb (Xinhua) -- En una mañana normal de cielo azul y sol resplandeciente, los gritos de la gente y el relinchar de los caballos rompían de vez en cuando el silencio en la antigua aldea de Xiadongzhai, ubicada en lo profundo de las montañas Taihang.
Se trataba de la celebración anual de la milenaria "carrera de caballos" de esta pequeña aldea del distrito de Pingding, en la provincia septentrional china de Shanxi, el 16º día del primer mes del calendario lunar, que este año cayó el 13 de febrero.
Los caballos galopaban en medio de multitudes amontonadas a ambos lados de un antiguo y estrecho callejón de no más de 200 metros, creando una emocionante escena que recuerda al famoso encierro de las Fiestas de San Fermín de Pamplona, España.
La carrera fue incluida en 2021 en la lista de patrimonio cultural inmaterial nacional de China. Todos los habitantes de Xiadongzhai suelen congregarse en el antiguo camino de la aldea para experimentar la pasión y aplaudir a los valientes caballeros locales.
En tiempos antiguos, Xiadongzhai fue un paso militar estratégico y un punto vital para los comerciantes. Mensajeros montados a caballo atravesaban raudos este paso obligado en ambos sentidos en el cumplimiento de su misión
"La escena de jinetes llevando y trayendo mensajes dejó una profunda impresión en los aldeanos, que comenzaron a imitarlos y poco a poco convirtieron esa actividad en una tradición que se transmite de generación en generación", explica Yuan Yuxiang, secretario del Partido Comunista de China de la aldea.
"La carrera que vemos hoy en día contiene muchas características antiguas", afirma el funcionario. "Por ejemplo, los jinetes llevan una cajita de madera para mensajes a sus espaldas. Durante las guerras, la prioridad era entregar la información cuanto antes, por lo que no había tiempo para buscar o instalar equipos adecuados, así que no había sillas de montar ni estribos, montaban a pelo. Por eso, hoy los participantes en la actividad también tienen que confiar únicamente en sus habilidades para mantener el equilibrio", explica Yuan.
Después de haber sido transmitida por más de mil años, la carrera se ha convertido en una costumbre indispensable en Xiaodongzhai durante la Fiesta de la Primavera, que es el Año Nuevo chino.
"Cada año, en el día 16 del primer mes del calendario lunar, los paisanos que están fuera de casa regresan al pueblo para participar en el evento", afirma Dong Runsuo, un aldeano de 66 años.
Para promover la herencia de la tradición, Xiadongzhai alienta la participación de los jóvenes, e incluso ha establecido un centro de capacitación, donde los veteranos enseñan las técnicas y transmiten sus habilidades a las generaciones más jóvenes.
Durante el certamen, Xiadongzhai también celebra otras actividades tradicionales, como desfiles, presentaciones de danza y espectáculos de fuegos artificiales.