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(Voces del Sur) OPINIÓN DE INVITADO: Trump, el Canal de Panamá y la soberanía nacional

spanish.news.cn| 2025-02-12 13:04:45|
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Por Samuel Antonio Prado Franco

Iniciaré este artículo con un pensamiento del ilustre teórico de la nacionalidad panameña, Dr. Justo Arosemena: "Tal es la raza materialista, raza de salteadores de naciones, que puebla la parte septentrional de América, y que amenaza en estos momentos las nacionalidades latinas y el porvenir del comercio mundial. Es de esta raza de civilizadores del rifle y mostrador que necesitamos defendernos. Es contra el filibusterismo yankee que nos es forzoso combatir y ¡ay de nosotros si abandonamos el terreno en los momentos de peligro!" Tomado de "El Americanista", publicado en el Neogranadino del 15 al 29 de julio de 1856.

Desde su campaña electoral hasta asumir la presidencia, Donald Trump, evocando la política del Big Stick, del Gran Garrote del presidente Theodore "Teddy" Roosevelt y del Destino Manifiesto de James Monroe, ha demandado al Gobierno panameño el traspaso del control del Canal de Panamá a manos estadounidenses y la expulsión china de los dos principales puertos del país, tanto en el Atlántico como en el Pacífico. Ni la Política del Buen Vecino del presidente Franklin Delano Roosevelt ni la Alianza para el Progreso del presidente John Fitzgerald Kennedy serán tomadas en cuenta por el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Trump quiere recuperar, con extorsión, manipulación, chantaje o fuerza, lo que denominan su patio trasero, su mare nostrum al estilo romano, su mar nuestro. Esta política neocolonial de viejo cuño inspirada en una forma revisitada del filibusterismo de William Walker ha sido comunicada en un reciente viaje por el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio.

A través de una campaña mediática desinformativa, Trump y congresistas republicanos como Ted Cruz han lanzado toda una serie de mentiras, desde el control y la presencia militar china en el Canal de Panamá, el pago excesivo de peaje por cada tránsito que realiza una embarcación estadounidense o la violación del Tratado de Neutralidad Permanente por parte de Panamá.

Trump inclusive ha mentido al afirmar que todos los que murieron con la construcción del Canal de Panamá fueron estadounidenses, negando otras nacionalidades y pueblos, como afrocaribeños, europeos, asiáticos o latinoamericanos. Esta terapia de shock, de miedo y odio ejercida contra nuestro país, de difamación internacional y violatoria a nuestra soberanía nacional e integridad territorial ha escalado a otros niveles, incluyendo desvincularnos de otros países.

Desde la original respuesta, primero tibia y luego más enérgica, del Gobierno de Panamá y la Autoridad del Canal, la parte panameña acabó cediendo posiciones tras recibir al secretario Rubio, considerando, entre otras medidas, no renovar el Memorando de Entendimiento sobre la Cooperación con China en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, e inclusive la posibilidad de disminuir o eliminar el pago de peajes a barcos de guerra estadounidense.

El estrés nacional causado por estas acciones unilaterales del Gobierno estadounidense continúan. La cancelación a última hora de una posible llamada de Donald Trump al presidente José Raúl Mulino es una muestra fehaciente de la actitud arrogante y despreciativa a Panamá y de no querer una solución diplomática.

La soberanía panameña sobre el Canal y su territorio son incuestionables. No cabe la renegociación, y mucho menos la devolución del Canal a control estadounidense. No se trata de la imposición del más fuerte, que nos llevaría a una lucha de tipo David contra Goliat.

El Canal y la región, nuestra América, son una cuestión de seguridad hemisférica, y el propósito del Gobierno estadounidense es contrarrestar cualquier influencia de China, Rusia, Irán o los BRICS en la región.

Panamá, como cualquier nación del mundo, busca la paz, la prosperidad y el desarrollo sin excluir a ningún país. Los tiempos del coloniaje y el vasallaje son parte de una historia pasada y dolorosa. Nuestra independencia, fruto de la lucha generacional, del sacrificio y el martirio, no serán olvidadas ni transadas por el apetito voraz de un presidente sin escrúpulos, megalómano y egocéntrico, que desprecia nuestra soberanía y libertad.

Cierro este artículo con las siguientes palabras del Dr. Justo Arosemena: "Ser o no ser es la cuestión; ser o no ser como pueblo independiente, con sus leyes y sus costumbres propias; ser o no ser dueños de esa porción de terreno que nuestros padres nos legaron". Tomado de "Alerta istmeños", publicado en El Panameño, el 17 de noviembre de 1850.

(El autor es profesor e investigador en Filosofía y Ciencia Política del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad de Panamá)

(Las opiniones expresadas en este artículo son del escritor y no necesariamente reflejan la postura de la Agencia de Noticias Xinhua)

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