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Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 7 feb (Xinhua) -- La Escuela Cubana de Wushu y Qigong celebró con una gala artística la reciente llegada del Año Nuevo Lunar y el próximo arribo las tres décadas de trabajo de esa institución.
En el Teatro América de La Habana, profesores y alumnos de la escuela, se unieron durante dos horas con estudiantes del Instituto Confucio y con artistas profesionales para ofrecer un vistoso espectáculo.
Practicantes de todas las edades demostraron sus habilidades en Wushu, un arte marcial, y Qigong, sistema de posturas, mientras los estudiantes de idioma chino y los artistas, entre ellos el maestro Roberto Vargas Lee, director de la escuela, mezclaron el canto y la música de los dos países en una singular amalgama cultural.
La secretaria ejecutiva de la Asociación de Amistad Cuba-China, Rafaela Valerino, destacó el hecho de que en Cuba se celebre la también llamada Fiesta de la Primavera como parte del aporte cultural chino a la nacionalidad cubana.
"La nacionalidad cubana tiene parte también de esos chinos que llegaron a Cuba, que se incorporaron a nuestras luchas de independencia, que aportaron su cultura, su idiosincrasia, su propia historia, sus tradiciones", dijo Valerino a Xinhua.
Afirmó que para los cubanos celebrar esa fiesta, la más importante del calendario chino, es estar junto a un pueblo "que siempre nos ha acompañado y que nos ha mostrado una amistad imperecedera a lo largo de estos años".
Un público entusiasta aplaudió las presentaciones de los practicantes de Wushu, en especial las danzas del león y del dragón, dos momentos que se han convertido en el sello distintivo de la escuela.
Niños muy pequeños sorprendieron con una maestría poco usual en las primeras edades, al tiempo que grupos de abuelos ejecutaron diversos ejercicios.
"He venido a ver a mi nieto de nueve años y he quedado sorprendida con lo que ha aprendido", comentó Raysa Ballester, una habanera de 57 años.
La mujer, trabajadora de una empresa estatal, afirmó sentirse impresionada también por las ejecuciones de los ancianos, a quienes consideró como "personas que irradian salud y bienestar".
Alonso Vidal, un moreno cincuentón, confesó que tras ver el espectáculo sintió el deseo de inscribirse en las clases del maestro Vargas Lee.
"Todos los que subieron al escenario han dado una muestra de agilidad y frescura que es lo que yo quisiera tener", señaló Vidal, quien entre risas dijo que el próximo lunes se presentaría en la sede de la escuela para matricularse.
Las celebraciones en Cuba de la Fiesta de la Primavera han tenido este año un particular relieve con la realización de una masiva feria cultural china, en una céntrica calle habanera, y la apertura de una exposición de centenaria cerámica china en el Museo Nacional de Artes Decorativas.
Fundada por Vargas Lee en octubre de 1995, en el corazón del Barrio Chino habanero, la Escuela Cubana de Wushu, tiene sedes hoy en las 15 provincias del país y agrupa a unos 5.500 practicantes de todas las edades.
Algunos de esos practicantes son descendientes de chinos, pero esa no es una condición indispensable para recibir clases de Wushu o Qigong.
Desde la fundación de esa institución resulta una imagen habitual ver a grupos de personas mayores en parques y plazas del país, donde cada mañana realizan los tradicionales ejercicios para mejorar la salud física y mental.