QUITO, 5 feb (Xinhua) -- Daniel Noboa, el presidente más joven en la historia de Ecuador con 37 años de edad, aspira a ser reelecto en las elecciones del próximo 9 de febrero para prolongar su mandato por un periodo completo (2025-2029).
Noboa, quien se autodefine como un político de centro-izquierda, asumió el poder el 23 de noviembre de 2023, tras ser electo presidente en comicios anticipados para gobernar 18 meses, hasta completar el mandato que no terminó su predecesor Guillermo Lasso (2021-2023), en medio de una crisis política.
En las elecciones de 2023, Noboa jugó el rol de participante "outsider" (inusitado), ya que no figuraba como favorito en las encuestas, pero su participación en un debate presidencial lo catapultó a la Presidencia.
Su experiencia al frente de la Presidencia es la principal carta de presentación de Noboa en los comicios de 2025, al perfilarse como uno de los candidatos favoritos en la intención de voto de los electores, entre 16 aspirantes que participan en la contienda electoral.
Una encuesta de la empresa Ipsos publicada a fines de enero pasado mostró que el 45,3 por ciento de los votantes optaría por Noboa, mientras que el 31,3 por ciento por Luisa González, candidata del izquierdista Movimiento Revolución Ciudadana.
Ambos candidatos registran una amplia delantera en cuanto a intensión del voto de los electores frente al resto de aspirantes, quienes se encuentran rezagados.
Noboa y González ya se enfrentaron en las pasadas elecciones anticipadas, en las que ganó el actual mandatario en segunda vuelta.
Otros sondeos coincidieron también la última semana en que Noboa y González encabezan la intención de voto de los electores, lo que apunta a una posible segunda vuelta entre ambos programada para el domingo 13 de abril venidero.
Noboa pertenece a la tercera generación de una familia de empresarios millonarios y llega a las elecciones de este 2025, en medio de una gestión turbulenta marcada por crisis económica, energética y de inseguridad, escenario que configura un panorama complejo e impacta la popularidad del político.
A lo anterior se suma la pugna política y el distanciamiento que mantiene con la vicepresidenta, Verónica Abad, en el marco de las campañas electorales, al no optar por pedir licencia para las actividades proselitistas.
El joven presidente, candidato del movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), se presenta como hacedor de una nueva política y abandera la construcción de un "Nuevo Ecuador", lema de su Gobierno que difunde en redes sociales, en las que es muy activo.
El mandatario ecuatoriano, padre de tres hijos y casado con la "influencer" (conocida en redes) y nutricionista, Lavinia Valbonesi, busca allanar el camino a la reelección con su narrativa de "mano dura" contra el crimen organizado, al que le declaró una "guerra" con la promesa de devolver la paz al país.
Acorralado por la violencia del narcotráfico, Noboa declaró el 9 de enero de 2024 un "conflicto armado interno" contra 22 bandas criminales calificadas como "terroristas", a las que se atribuye el auge de asesinatos, secuestros, extorsiones y otros delitos en Ecuador.
Noboa ha señalado que se trata de una "guerra de largo aliento", así que ha enviado a militares y policías a controlar las cárceles, además de patrullar zonas violentas del país con la intención de mantener el orden y reducir los homicidios.
En este contexto, se ha perfilado como un gobernante al que "no le tiembla el pulso" con operaciones militares en zonas conflictivas, lo que le ha permitido a su vez sumar apoyos a su política contra el narcotráfico.
Las muertes violentas en Ecuador han disminuido en 2024 respecto a 2023, pero los episodios de violencia criminal no han cesado al iniciar 2025, según datos del Ministerio del Interior.
El presidente ha afirmado que al asumir el poder "lo más urgente era la inseguridad" y al cabo de un año de Gobierno destaca la lucha contra la delincuencia como su principal logro.
"Yo confío en que podemos ganar esta guerra, restaurar la paz y la estabilidad en nuestro país", ha dicho de manera pública Noboa, quien sostiene que necesita más tiempo en el cargo para ejecutar su llamado "Plan Fénix" de seguridad.
La violencia que ha sacudido al país en los últimos años es la principal preocupación de los ecuatorianos, según sondeos de opinión.
Confiado en una eventual reelección, Noboa apunta a continuar con su proyecto político y ejecutar un Plan de Gobierno enfocado en cuatro ejes: social; económico, productivo y empleo; institucional; ambiente, energía y conectividad.
En seguridad, Noboa propone diseñar y aplicar políticas públicas de acuerdo al escenario actual de riesgo y amenaza, así como fortalecer acciones para contrarrestar la delincuencia organizada, el narcotráfico, la trata de personas y la minería ilegal.
La campaña electoral de Noboa ha cobrado protagonismo en redes sociales, las cuales se han convertido en una de las principales plataformas propagandísticas de su candidatura, en momentos en que el nivel de indecisos alcanza el 34,5 por ciento del electorado, según un reciente sondeo de la empresa Cedatos.
Noboa ofrece generación de empleo para los jóvenes, ampliar programas sociales y atracción de inversión extranjera, entre otras propuestas.
El gobernante participa en las elecciones junto a su binomio en la Vicepresidencia, la empresaria María José Pinto, exsecretaria Técnica del programa gubernamental "Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil".
Antes de ser electo presidente, Noboa fue asambleísta (legislador) entre 2021 y 2023, cargo que ejerció con bajo perfil.
Es hijo del magnate bananero Álvaro Noboa, cinco veces candidato presidencial, así como de la médica Annabella Azín, excongresista y asambleísta constituyente.
Gracias a la fortuna de su familia, Noboa fundó a los 18 años su propia empresa, DNA Entertainment Group, mientras que en 2010 empezó a trabajar en Corporación Noboa, de su padre, donde ocupó altos cargos hasta 2018.
Daniel Noboa estudió en prestigiosas universidades de Estados Unidos, donde recibió un título en Administración de Negocios por la Universidad de Nueva York, además de contar con dos maestrías en Administración de Negocios y Administración Pública, en Kellogg School of Managment y Harvard Kennedy School, respectivamente.
Posee, además, una maestría en Comunicación Política y Gobernanza en la Universidad George Washington.