BRASILIA, 16 ene (Xinhua) -- El fortalecimiento de la gobernanza regional es clave para aprovechar las oportunidades que la relación con China ofrece para dar un nuevo impulso a la integración latinoamericana, expresó en entrevista con Xinhua el economista brasileño Pedro Silva Barros, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (IPEA, en portugués), vinculado al Ministerio de Planificación de Brasil.
Barros, quien actuó como asesor en Relaciones Internacionales durante la transición de Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en enero de 2023, participó en noviembre pasado como representante brasileño en el II Foro de Think-Tanks (grupo de expertos) del Sur Global realizado en la ciudad china de Nanjing.
La cooperación con China puede ser un factor fundamental para superar el estancamiento que atraviesa el proceso de integración regional, a través de áreas como infraestructura e integración financiera, pero también educación y ciencia y tecnología.
La integración regional, que había presentado importantes avances en la primera década del siglo XXI, enfrenta dificultades debido a factores estructurales, tanto económicos como políticos. Inclusive, se ha verificado recientemente una reducción relativa del comercio intrarregional.
"En los últimos años, hemos experimentado un proceso de desintegración económica y comercial, acompañado de fragmentación y polarización política, tanto dentro de los países como entre ellos", explicó Barros.
Brasil cambió su postura sobre el proceso de integración a partir de la asunción de Lula da Silva. En mayo de 2023, una reunión de presidentes suscribió el Consenso de Brasilia para definir una agenda mínima de cooperación e integración, aunque los avances han sido limitados.
"Hay muchas dificultades políticas y algunas posibilidades en la agenda de infraestructura, aunque ha avanzado lentamente, y también en el área financiera", apuntó.
Barros subrayó que la integración regional es una prioridad permanente de la política exterior de Brasil, pero el escenario actual es muy diferente al de hace dos décadas, principalmente por las dificultades y tensiones en el entorno.
"Tenemos un ambiente regional mucho menos propicio a la integración de lo que era, pero el compromiso del Gobierno brasileño es claro. Tanto que pocos pensaban que sería posible reunir a los 12 presidentes en una única mesa, lo que fue posible gracias al liderazgo brasileño", afirmó.
El fortalecimiento de la integración regional está estrechamente relacionado con la relación con socios extrarregionales, especialmente China, dijo, que hoy es el principal socio comercial de Brasil y América del Sur.
"La relación entre el espacio regional y las iniciativas chinas, principalmente la de la Franja y la Ruta, definirá, ayudará e influirá en gran medida en el modelo de integración regional", apuntó.
"Un proyecto con financiamiento y posible ejecución china en infraestructura en América del Sur puede tanto contribuir a la desintegración de la región, si conecta una mina a un puerto sin agregar valor localmente y exporta solo materia prima, como también favorecer la integración, si mejora la infraestructura logística y articula la cadena productiva regional con la china", explicó.
Esto demanda retomar la gobernanza regional sudamericana, como la reactivación del Consejo de Infraestructura y Planeamiento (Cosiplan), para hacer que los proyectos se definan y ejecuten con participación local.
Destacó que la relación de América del Sur con el grupo BRICS tiene la misma lógica, en las discusiones sobre temas como la integración financiera y energética.
"Para Brasil, discutir esta cuestión aisladamente con los BRICS, sin tener articulado el espacio regional, es debilitarse. Brasil debe discutir los sistemas de pago con la región y articular estos sistemas de pago y compensación con los BRICS. Y construir el mercado energético sudamericano, para que se articule con iniciativas extrarregionales, pero recuperando nuestra interdependencia", consideró.
Barros apuntó que con el futuro Gobierno estadounidense de Donald Trump existe el riesgo de un mayor proteccionismo en el mundo, y también un riesgo para la región podría ser que algunos países se alineen profundamente unos con Estados Unidos y otros con China.
"El propio tejido sociopolítico y económico de América Latina se fragmentaría aún más. Eso no interesa a Brasil, no interesa a los países de la región ni a la región en su conjunto. Tampoco, en mi opinión, a China", apuntó.
"Mantener América Latina, especialmente América del Sur, como una zona de paz es importante para la estabilidad global, que a su vez es importante para China. Así que ahora tenemos un período importante de la iniciativa de la Franja y la Ruta, de la que Brasil, Colombia y Paraguay todavía no forman parte, pero podrían serlo si (el acuerdo) fuera regional", señaló.
"Para tener una relación más profunda, más estable y permanente, sería importante, desde mi punto de vista, tener este salto cualitativo también en la iniciativa de la Franja y la Ruta", dijo.
Para Barros, más allá de las relaciones económicas, la cooperación con China también es clave para la región, que enfrenta diversas carencias en diversas áreas.
"China es un país con una tradición de política exterior mucho menos intervencionista y colonialista que las potencias tradicionales con las que la región ha tenido contacto durante siglos, como Europa, la antigua metrópoli, o incluso Estados Unidos en los últimos 200 años", resaltó.
Es crucial profundizar los lazos en áreas como educación y ciencias, señaló, promoviendo un mayor conocimiento mutuo. Los latinoamericanos deben aprender más sobre China, estimulando programas de estudio conjuntos y no solo bilaterales.
"En aras del equilibrio mundial, también es muy importante que la región profundice sus lazos y su cooperación con China, ya sea en educación o en ciencias tecnológicas. Un paso importante para mejorar la calidad de nuestras relaciones es que la cooperación también ocurra más a nivel regional que solo bilateral", señaló.