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(Multimedia) ESPECIAL: Anemitilkalli: un faro de esperanza para el ajolote mexicano

spanish.news.cn| 2025-01-12 08:36:15|
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Un ajolote es visto en una pecera durante la inauguración del Recinto de Animales Acuáticos Anemitilkalli del Laboratorio de Especies Acuáticas Acuícolas perteneciente al Centro para la Preservación de la Biodiversidad de la Ciudad de México, en la Ciudad de México, capital de México, el 10 de septiembre de 2024. (Xinhua/Francisco Cañedo) 

MÉXICO, 11 ene (Xinhua) -- Por décadas, el ajolote mexicano ("Ambystoma mexicanum") ha simbolizado la riqueza biológica y cultural de México. Sin embargo, su existencia está gravemente amenazada por la urbanización y la contaminación e introducción de especies exóticas en los humedales de Xochimilco, su hábitat natural.

En respuesta a esta crisis, en septiembre de 2024 se inauguró el Laboratorio de Especies Acuáticas Nativas Anemitilkalli, un centro innovador dedicado a la preservación de esta emblemática especie en peligro crítico de extinción.

Ubicado en las instalaciones de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr) en Xochimilco, en el sur de la Ciudad de México, el laboratorio combina tecnología avanzada con un enfoque comunitario para la reproducción, conservación y reintroducción del ajolote en su entorno natural.

En México, el ajolote es más que una especie del reino animal. Es un símbolo de resiliencia y adaptación desde los tiempos de la civilización mexica (azteca), que lo consideraba la encarnación acuática del dios Xólotl, hermano gemelo de Quetzalcóatl, una figura trascendental en las religiones mesoamericanas desde el Preclásico hasta la actualidad.

El Laboratorio Anemitilkalli es un espacio único y con él se busca no sólo la preservación del ajolote, sino también generar conciencia y participación comunitaria para su protección, explicó Claudia Viridiana Saldaña, responsable técnica del laboratorio.

Según Saldaña, este proyecto es un hito en los esfuerzos para garantizar la supervivencia de especies acuáticas nativas de México, en tanto, además del ajolote, en el largo plazo contempla contribuir a la conservación de otras especies como el charal (pez pequeño que generalmente se reproduce en lagos).

Para su cometido, el laboratorio cuenta con instalaciones de última generación, diseñadas específicamente para replicar las condiciones ideales de los canales de Xochimilco, el hábitat natural del ajolote, y que facilitan el cuidado de la especie durante todas sus etapas de desarrollo.

La reproducción y conservación de los ajolotes en cautiverio no es un desafío menor. Impone controlar factores como la calidad del agua, la temperatura y la alimentación, ya que cada detalle es crucial para su bienestar, explicó Aldo Erick Fuentes, encargado del área del ajolotario de Anemitilkalli.

En tal sentido, Fuentes destacó que la infraestructura del laboratorio incluye sistemas avanzados de filtración de agua y áreas específicas para el estudio genético, lo que asegura una población genéticamente diversa.

La conservación en Anemitilkalli, de acuerdo con el proyecto, incluye tres maneras fundamentales. "En laboratorio, teniendo un pie de cría muy diverso; en los humedales, en donde van a poder empezar a propagarse más; y posteriormente en su hábitat".

"Son las tres formas en las que vamos a poder conservarlos", afirmó con marcado optimismo Fuentes.

Además de las instalaciones tecnológicas, el Laboratorio incorpora prácticas tradicionales y saberes locales, fortaleciendo el vínculo entre ciencia y cultura.

El trabajo en Anemitilkalli no se limita a la reproducción del ajolote. También se enfoca en su reintroducción en Xochimilco, un proceso complejo que implica restaurar y proteger el hábitat natural.

En la conservación del ajolote, subrayó Saldaña, "tenemos que trabajar con ellos en su reproducción, pero también, a la par, vamos a tener que trabajar con las comunidades y con aquellos que tienen como alguna vinculación con la conservación del ajolote".

Ello, agregó, "para que no solamente lo tengamos aquí, como en un museo o en un laboratorio, sino que también al final, pues podamos introducirlo al medio silvestre y que las comunidades, que los chinamperos, finalmente también los cuiden".

Para lograr la futura reintroducción, precisó Saldaña, el laboratorio trabaja en estrecha colaboración con comunidades locales, promoviendo la educación ambiental y la recuperación de los canales. Esto incluye programas de limpieza y sensibilización que buscan involucrar a los habitantes en la protección de este frágil ecosistema.

Tanto Saldaña como Fuentes enfatizaron que, en sus primeros meses de operación, el laboratorio ha generado resultados alentadores.

"Estamos muy convencidos del proyecto, que es un agradecimiento a todas las instituciones que estamos trabajando en el rescate del ajolote y que finalmente es muy importante, no solamente la cuestión de los técnicos, nosotros, sino también que haya la voluntad política para hacer las cosas", dijo Saldaña.

"Si tenemos esa voluntad y ese apoyo de las instituciones o de los directivos, pues entonces podemos crear cosas así", agregó.

El objetivo, ponderó Fuentes, por su parte, es garantizar que las futuras generaciones de mexicanos puedan conocer al ajolote no sólo en laboratorios, sino en su hábitat natural.

Además de un ícono cultural, el ajolote es una maravilla biológica. Conocido por su capacidad de regenerar extremidades y órganos, ha sido fuente de inspiración para numerosas investigaciones científicas.

Anemitilkalli, cuyo nombre en náhuatl significa "la casa del agua viva", busca preservar la especie, uno de los tesoros naturales más singulares de México, y reivindicar su papel en la identidad cultural mexicana.

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