LA HABANA, 28 dic (Xinhua) -- Cuba vivió en 2024 un año muy difícil para su economía, que ahora el Gobierno trata de encauzar con la aplicación de un plan de medidas "para corregir distorsiones", aprobado por el Consejo de Ministros hace un año.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó hace una semana ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral) que 2024 ha sido "uno de los años más difíciles" para la isla caribeña.
En los últimos 12 meses, el país siguió sumido en una crisis con escasez de productos básicos, como combustibles, alimentos y medicinas; una inflación alta y constantes y prolongados cortes de electricidad.
La crisis tiene raíces en el recrudecimiento del bloqueo que desde hace más de medio siglo Estados Unidos aplica contra el país caribeño, los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus, el complicado entorno económico internacional y viejos problemas estructurales de la economía cubana.
A esos factores negativos se unieron este año el impacto de dos huracanes, uno en el oriente y otro en el occidente de la isla, y la ocurrencia en el extremo este de dos terremotos, fenómenos naturales que obligaron a utilizar los magros recursos de la nación en la asistencia de los damnificados.
A ciencia cierta no se sabe cuál ha sido el impacto de esa "tormenta perfecta" sobre la isla, pues las autoridades no han informado acerca de los resultados económicos del año que termina, ni siquiera en la reciente sesión parlamentaria.
Lo cierto es que los planes gubernamentales fallaron en 2023, cuando se esperaba un crecimiento "mínino" del Producto Interno Bruto (PIB) de 2 por ciento, pero se registró una contracción del 1,9.
Para este año se esperaba también un aumento del 2 por ciento del PIB, pero las autoridades reconocieron a mediados de noviembre último que la economía "no debe crecer".
Hace unos días, el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso, informó al legislativo que el país no alcanzó este año los planes de producción agropecuaria, e industrial y tampoco de exportaciones.
"Todo eso ha impactado en los ingresos de la economía, con 900 millones (de dólares) menos", ahondó el ministro al referirse al incumplimiento de la exportación de bienes.
Resaltó que se produjo una reducción de la generación eléctrica, tanto por déficit en la capacidad de generación como por déficit de combustibles, lo que impacta de manera directa en el desempeño de la economía.
Los constantes apagones, que incluyeron tres caídas de la red nacional que dejaron sin electricidad a todo el país durante varios días, han estado originados por la falta de combustible para la generación y roturas en las centrales, casi todas con más de 30 años de explotación.
También el turismo, considerado por años como la "locomotora" de la economía nacional, quedó por debajo de los planes al recibir a 2,2 millones de visitantes internacionales, una cifra lejos de los 3,1 millones esperados.
Esa fue la primera caída de la industria turística cubana después de la pandemia del nuevo coronavirus.
Por otro lado, la inflación interanual alcanzó en noviembre último el 28,09 por ciento, la cifra más baja de los últimos años, de acuerdo con el informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Parece que el ambicioso plan gubernamental comienza a dar discretas señales positivas, como afirmaron el presidente Díaz-Canel, en el reciente Pleno del Partido Comunista, y el primer ministro Manuel Marrero, ante el Parlamento.
"Si bien se muestran resultados, tenemos la insatisfacción de que no se ha avanzado lo necesario, sobre todo en aquellas cuestiones que demanda nuestra población", dijo Marrero ante el plenario legislativo.
No obstante, afirmó que se cierra este año con una reducción del 39 por ciento del déficit presupuestario, lo que, señaló, "nos pone en una situación muy favorable para implementar nuevas políticas económicas y sociales".
Marrero enumeró retos futuros del Gobierno como "el reordenamiento y protección de los flujos financieros externos, la dolarización parcial de la economía, la intervención del mercado cambiario y la eliminación de los subsidios a productos", entre otros.
Anunció, sin especificar fecha, ni valores, el próximo establecimiento de un nuevo régimen cambiario que tendrá mayor flexibilidad y variará día a día de acuerdo con las condiciones de oferta y demanda, medida que busca que el sistema bancario capte divisas que el erario público necesita y que ahora se desvían al mercado negro.
"Los errores cometidos y las experiencias adquiridas, con toda seguridad, nos ponen en condiciones de pasar a otra etapa, con mayores resultados e impactos favorables en la población", aseveró Marrero.
El Ministerio de Economía y Planificación, por su parte, anunció que para el 2025 se espera un crecimiento del 1 por ciento del PIB nacional.