BUENOS AIRES, 26 dic (Xinhua) -- Al cumplirse el 10 de diciembre el primer año del Gobierno del presidente Javier Milei, Argentina experimenta una economía marcada por contrastes. Mientras el control de variables clave como la inflación y el ancla fiscal han sido destacados como logros de su enfoque liberal, el panorama económico enfrenta desafíos significativos.
La contracción económica estimada en un 3,5 por ciento este año, la caída del consumo y las dificultades para fortalecer las reservas internacionales reflejan el costo de un año de políticas estrictas en lo fiscal y monetario, según destacan economistas del país suramericano. Mientras tanto, parte de la población percibe una mayor estabilidad en los precios de determinados bienes como los alimentos, aunque advierte que el costo de vida sigue en aumento.
Para el economista Fernando Morra, Milei supo dar respuesta a una demanda social primaria relacionada con la necesidad de contener la alta inflación que en 2023 fue de 211,3 por ciento interanual, la más alta desde el año 1990, pero aunque hoy el alza de precios parece ir a un ritmo menor la disponibilidad de divisas en el país supone también un reto para este objetivo.
"Yo creo que el Gobierno entendió muy bien que había un problema muy acuciante, principalmente al final de la gestión del Gobierno anterior, que era la inflación. La inflación era un problema porque se estaba agravando y la dinámica era muy preocupante, éramos uno de los países con mayores niveles de inflación del mundo y creo que el Gobierno sintonizó eso no solo dentro de su política, sino también como una demanda social", sostuvo Morra, exsecretario de Política Económica del Ministerio de Economía (2021-2022) en diálogo con Xinhua.
"El problema que uno puede ver de todo esto es, primero, que no consiguió con todo esto que hizo todavía que el Banco Central consiga acumular reservas, con lo cual todavía hay un frente abierto muy importante para la estabilidad económica y la noción de ajuste fiscal permanente", agregó el economista.
Para el presidente Milei, la inflación, que hasta octubre acumuló un 107 por ciento, constituye un síntoma de un problema mayor que es el déficit fiscal que ha tenido Argentina. Para "combatir" este déficit, Milei apostó por un estricto programa de ajuste del gasto público y de la implementación de un esquema de política monetaria contractiva que aunque propició la desaceleración de precios ha significado un alto costo para la actividad económica y el consumo en general.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el segundo trimestre del año la industria cayó 17,4 por ciento interanual y el comercio 15,7 por ciento, solo superadas por la construcción que debido a la paralización de la obra pública mermó un 22,2 por ciento. Por su parte, la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, indicó que durante el primer semestre del año, el consumo de los hogares en bienes y servicios finales cayó un 5,3 por ciento interanual.
"Lo que vemos particularmente en los primeros seis meses del año y que ahora se va estabilizando es una caída enorme del consumo, obviamente en un contexto en donde el Gobierno está haciendo un fuerte ajuste fiscal después de una devaluación que había licuado los ingresos (...) eso hizo que básicamente todos los ingresos de la población cayeran en más o menos un 20 por ciento, el consumo cayó 18 por ciento, la inversión cayó 30 por ciento, es decir, toda la actividad económica cayó", apuntó Morra.
Salvo la actividad de la agricultura y la ganadería, la minería y la industria de hidrocarburos, el resto de los sectores que aportan al Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina cayeron en el último año, afectados principalmente por la baja del consumo.
El director de la consultora financiera "EPyCA Consultores", Martín Kalos, destacó avances concretos en materia de contención inflacionaria pero advirtió sobre los actuales niveles de pobreza e indigencia en Argentina, profundizados en los últimos meses.
Para Kalos, entre las numerosas interrogantes que deja este primer año de gestión se encuentra la capacidad de determinados sectores económicos de recuperarse el año próximo, como por ejemplo la industria manufacturera cuya caída acumuló 11,6 por ciento en los primeros 10 meses del 2024.
"La política general de contracción fiscal y monetaria marcó una profunda caída en la capacidad de consumo, que se ve en los elementos de consumo masivo. Argentina está, en este momento, batiendo récords por mínimos históricos en consumo de carne vacuna y yerba mate, dos productos que son típicamente consumos argentinos y populares", indicó.
"La respuesta por ahora parecería ser que puede haber una mejora en el acceso al crédito, por ejemplo, de tarjetas de crédito para las familias, pero no se ve una recuperación sustantiva del salario en el próximo tiempo y obviamente esto significó un aumento de la pobreza; Hoy el 53 por ciento de las personas en Argentina viven bajo la línea de pobreza y el 66 por ciento de los niños y adolescentes están creciendo bajo la línea de pobreza, un problema enorme que no se va a solucionar ni a revertir rápidamente", acotó.
En su análisis, el Gobierno de Milei no ha apuntado a una política productiva, mientras que el implementado Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), orientado a captar inversiones para el país, estaría mayormente orientado a sectores como el energético y minero y no a una industria manufacturera que hoy opera al 60 por ciento de su capacidad.
De acuerdo con Morra, la capacidad de recuperación y, posteriormente, de crecimiento económico de Argentina presenta una contradicción con uno de sus principales problemas que es la falta de divisas, lo cual también explica la dificultad de levantar de manera definitiva las vigentes restricciones cambiarias.
"Es una decisión complicada porque el Banco Central también en este momento está con reservas netas negativas, entonces salir del cepo (restricción en la compra y venta de divisas extranjeras, principalmente el dólar) sin capacidad de respuesta es difícil; pero tal vez, supongo, lo que está esperando el Gobierno es recibir el financiamiento externo", dijo.
Desde la población las miradas son múltiples, mientras unos destacan el estancamiento de algunos precios, otros advierten sobre el incremento de los bienes no transables, específicamente de tarifas asociadas a servicios básicos, transporte, alquileres, entre otros.
Ángel Ricardo Soria, encargado de comercio con 32 años de trayectoria en un conocido café del microcentro porteño, describió el impacto de la inflación, sobre todo a principios de año, en su actividad: "El impacto fue fuerte, porque las ventas cayeron mucho. No sé si el Gobierno está haciendo las cosas correctamente; esperemos que sí. La inflación subió bastante y los precios comenzaron a aumentar. Vamos a ver, esperemos que se calme un poco, y que el año que viene sea mejor, los alquileres también subieron y no se puede seguir con lo que uno gana".
Por su parte, Juliana Torres, una programadora de 32 años manifestó que "los precios de las cosas que compro en el supermercado parecen haberse estabilizado un poco, pero los servicios de mi casa, como la luz y el gas, siguen subiendo sin control". Agregó que aunque su salario mejoró ligeramente sigue siendo insuficiente para cubrir todo: "Cada vez es más difícil llegar a fin de mes, siento que he perdido mucha capacidad de compra, y ni hablar de ahorrar; eso ya no es una opción para mí".
Tomás Ortiz, un joven encargado de una panadería en el microcentro de la ciudad de Buenos Aires expresó que "en general, el tema ventas estuvo más aferrado a lo que es la gente nuestra (consumidores habituales), ya que al bajar el precio del dólar ha disminuido el turismo, pero los costos han aumentado de una manera desacelerada en comparación a otras veces, lo cual nos permitió no aumentar los precios, al menos no drásticamente".
De esta manera, el balance del primer año de Gobierno de Javier Milei refleja los efectos de un enfoque económico orientado al control de variables clave, pero con costos significativos para la actividad productiva y la población.
Mientras el país transita un periodo de ajustes y busca estabilizarse, el desafío radica en encontrar un equilibrio que permita contener la inflación, fortalecer las reservas internacionales y, a la vez, reactivar el consumo y mejorar el poder adquisitivo.