Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 25 nov (Xinhua) -- El presidente electo de Uruguay, Yamandú Orsi, que llevó al centroizquierdista Frente Amplio (FA) nuevamente al poder tras un lustro en la oposición, apostará al diálogo durante el gobierno que iniciará en marzo próximo y buscará un crecimiento económico que le permita una mayor redistribución, coincidieron hoy analistas locales.
"El principal desafío que tiene Uruguay en este momento es crecer" y "crecer con redistribución", opinó en diálogo con Xinhua la politóloga y docente del Instituto de Ciencia Política Camila Zeballos.
Orsi, un docente de historia de 57 años que gobernó durante una década el departamento de Canelones (sur), prometió en campaña una mejor distribución de la riqueza con un mayor crecimiento y sin subir impuestos.
A juicio de Zeballos, el reto es "en cuánto tiempo se logra eso".
Para Marcel Lhermitte, magíster y asesor en comunicación política y campañas electorales, en el nuevo gobierno del FA se espera un énfasis en la "justicia social", "recuperar el salario de los trabajadores más sumergidos y sacar a la gente que está en la pobreza".
Sin embargo, el de Orsi será "un gobierno similar a los que ha tenido el Frente Amplio", los dos no consecutivos del fallecido Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020), y el de José Mujica (2010-2015), apuntó.
"Uruguay ya es un país bastante moderado en general. Gane quien gane, no es que cambie y hay un giro de 180 grados, sino que la moderación, la conversación con el adversario, van a estar arriba de la mesa", explicó en entrevista con Xinhua.
"Más allá de que se ha intentado instalar miedo en la sociedad, de que si gana el FA va a pasar esto o aquello, queda demostrado que no es un partido radical de izquierda, sino que es una coalición en donde confluyen todos los pensamientos de izquierda y no vamos a ver una gran revolución", puntualizó Lhermitte.
Orsi se impuso en la segunda vuelta de la elección presidencial del domingo con el 49,8 por ciento de los votos, frente al 45,8 del candidato oficialista Álvaro Delgado, que se presentaba como la continuidad del Gobierno de Luis Lacalle Pou, impulsado por la Coalición Republicana (CR).
Lacalle Pou, de 51 años, no puede aspirar a la reelección inmediata y llega a tres meses del final de su mandato con una aprobación cercana al 50 por ciento tras una buena gestión de la pandemia, una reducción drástica de la inflación y tímidos logros en el combate a la delincuencia.
Según Zeballos, a nivel de política económica "no habría demasiada diferencia si ganaba la Coalición Republicana".
"Donde sí va a haber diferencias, probablemente, es en términos de políticas sociales", señaló.
Desde su punto de vista, el FA "tiene que dar señales en el corto plazo vinculadas a la inseguridad, que es la preocupación principal de los uruguayos" y "dar una respuesta en el corto plazo porque de ahí depende mucho el apoyo al presidente".
Con la mayoría del FA asegurada en el Senado, "va a ser un Gobierno que tiene el desafío de negociar en la Cámara de Diputados", sostuvo Zeballos.
"En la cámara baja tendrá que dialogar con los socios díscolos de la Coalición Republicana".
Orsi, agregó la experta, "cuenta con un gran apoyo de la bancada del FA y dentro de la bancada del FA, la fracción del Movimiento de Participación Popular (MPP), que es su sector", liderado por el expresidente Mujica, de 89 años.
En opinión de Lhermitte, el próximo mandatario uruguayo tendrá la necesidad de articular y hacer un Gobierno de "carácter nacional", para lo cual ya dio "pautas de que conversará con todos".
"Eso va a ser muy importante, sobre todo en este momento donde en la campaña hubo algunos roces y, si bien son menores comparado con lo que sucede en otros países, son roces al fin", afirmó.
Por otro lado, Delgado manifestó que desde la futura oposición "van a escuchar, a tener los brazos abiertos y la mano tendida hacia el Gobierno del FA".
"En esa primera parte del Gobierno vamos a ver un país, quizás, ojalá, más unido y de diálogo", estimó Lhermitte.