Por Xia Xiao y You Zhixin
SHANGHAI, 20 may (Xinhua) -- A pesar de las declaraciones de Estados Unidos en el sentido de que los nuevos aranceles impuestos a los productos chinos tienen como objetivo proteger a sus trabajadores y a sus negocios nacionales, expertos chinos y extranjeros dudan de si estas medidas realmente beneficiarán al sector manufacturero estadounidense.
La semana pasada, la Casa Blanca dio a conocer nuevos aranceles destinados a una variedad de importaciones provenientes de China, incluidos vehículos eléctricos, baterías de litio, paneles solares, minerales críticos, semiconductores, acero y aluminio.
Wang Honglin, un experto de la Academia de Investigación Financiera de China de la Universidad Jiaotong de Shanghai, expresó su escepticismo frente a si la elevación de los aranceles sobre los artículos chinos revitalizará el sector manufacturero del país norteamericano.
Unos aranceles altos pueden impactar negativamente a las compañías manufactureras de Estados Unidos, al disminuir su incentivo para racionalizar los costos de producción y mejorar la calidad de los productos, dijo Wang a Xinhua en una entrevista reciente, y agregó que, por consiguiente, los artículos producidos a nivel interno podrían tener dificultades para competir en el mercado internacional, en últimas poniendo en riesgo la supervivencia de los negocios estadounidenses en un mercado global ferozmente competitivo.
Entre las más de una docena de categorías de artículos chinos objeto de la medida se cuenta el aumento al 100 por ciento de los aranceles sobre las importaciones de vehículos eléctricos en este año.
"Si bien las compañías estadounidenses de vehículos eléctricos podrían experimentar un éxito temporal en el mercado nacional, eventualmente corren el riesgo de caer en la obsolescencia, debido a su incapacidad para igualar la competitividad de sus competidores chinos en una escala global", advirtió Wang.
"Las barreras de aranceles no pueden hacer nada para mejorar la competitividad de los fabricantes de autos estadounidenses. Aún peor, crean un manto de seguridad y extienden la vida de sus vehículos impulsados por gasolina", dijo Bill Russo, fundador y jefe ejecutivo de Automobility Limited, una firma asesora de estrategia e inversión con sede en Shanghai.
Además, las importaciones de paneles solares se enfrentarán a un incremento de aranceles del 50 por ciento, ciertos productos de aluminio y acero serán sometidos este año a un aumento de aranceles del 25 por ciento y los aranceles de los semiconductores subirán al 50 por ciento para el año 2025.
Hu Jie, profesor del Instituto de Finanzas Avanzadas de Shanghai, cree que los recientes aumentos de aranceles aplicados a los productos chinos podrán tener un mayor impacto sobre las empresas y los consumidores estadounidenses.
"La política de aranceles de la administración Biden puede debilitar la economía de Estados Unidos y reducir la competitividad global de las empresas estadounidenses. Los aranceles también pueden afectar el poder adquisitivo de los consumidores, ya que las subidas de precios de los productos pueden asfixiar la demanda, y, en últimas, reducir los niveles generales de consumo e impactar de forma negativa la economía", analizó.
Las recientes decisiones del Gobierno estadounidense trajeron a la memoria de Hu la Ley de Aranceles Smoot-Hawley de 1930, que tenía como fin proteger a las industrias estadounidenses aumentando los aranceles pero al final debilitó la economía global, particularmente la de su propio país.
"Esta lección histórica nos dice que las políticas comerciales proteccionistas pueden llegar a tener graves consecuencias económicas", advirtió Hu.
"Estas políticas no ayudarán a Estados Unidos a desarrollar nuevas capacidades de manufactura", afirmó, a su vez, Josef Gregory Mahoney, profesor de la Universidad Normal del Este de China, quien subrayó la importancia de la apertura y la competitividad internacionales para impulsar la industria de vehículos eléctricos de China, y así beneficiar a compañías como Tesla.