ESPECIAL: Caída del consumo, marcas alternativas y comedores comunitarios, realidad para miles en Argentina ante ajuste | Spanish.xinhuanet.com

ESPECIAL: Caída del consumo, marcas alternativas y comedores comunitarios, realidad para miles en Argentina ante ajuste

spanish.news.cn| 2024-04-27 08:58:15|
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BUENOS AIRES, 26 abr (Xinhua) -- Una caída del consumo y la búsqueda de segundas marcas en la clase media, así como la posibilidad de caer fuera del sistema y la necesidad de visitar comedores comunitarios en la clase baja, matizan la realidad social en Argentina en el marco de un ajuste económico dispuesto por la Administración del presidente liberal Javier Milei.

Los datos de consultoras especializadas y cámaras sectoriales se ven ratificados durante recorridas por estaciones de trenes, supermercados y barrios populares, tanto de esta capital como de ciudades del interior del país.

"Tuve que ajustarme y dejar de darme gustos, como ir al cine una o dos veces al mes. También dejé de usar taxis y me muevo en transporte público", cuenta a Xinhua la docente Susana Novarro (48).

La mujer, divorciada y madre de dos adolescentes, dicta clases en dos escuelas privadas de Buenos Aires, una del barrio de Recoleta y otra en el distrito de Villa Urquiza, y para sus viajes se moviliza en el tren Mitre: "Según la hora los servicios vienen con más o con menos gente, pero es lo que elijo para cuidar más el bolsillo".

A la hora de hacer las compras, el encargado de edificios Raúl Díaz (39), explicó que su búsqueda incluye cada vez más segundas marcas en lugar de las primeras, con el afán de ahorrar un poco más.

"Antes iba a comprar y no comparaba tanto los precios, pero ahora reviso todo con detalle, trato de comparar y entonces elijo la versión más barata. Los asados con amigos ahora no son cada dos fines de semana, sino una vez al mes", detalló a esta agencia el hombre, padre de una niña, luego de una visita a un supermercado de la avenida Naón, en el barrio de Belgrano.

La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) dijo en un reporte reciente que el consumo retrocedió un 3,8 por ciento interanual en marzo pasado a nivel nacional.

Los picos más pronunciados se ubicaron en rubros como indumentaria y calzado (-11,2 por ciento) "por la gran caída del ingreso de los hogares y la postergación de consumos no fundamentales para la vida cotidiana", y recreación y cultura (-14,5 por ciento), ya que los residentes postergaron "el acceso a bienes y servicios relacionados con el ocio".

El académico y politólogo Patricio Giusto explicó a Xinhua que "la situación social en Argentina en algunos sectores, como la clase media y media-baja es desesperante. Hay una caída impresionante del consumo. Si bien la inflación se ha desacelerado, los salarios se han licuado de una manera impresionante en cuatro o cinco meses, si tomamos desde diciembre de 2023 hasta ahora".

"Y por supuesto que esto se está sintiendo con todo, más allá de la caída del consumo, en los precios de los servicios públicos, en cosas que la gente tiene que seguir consumiendo y no puede recortar, como alimentos. Es una situación realmente crítica", señaló el director de la consultora Diagnóstico Político.

Por su parte, la consultora especializada en consumo masivo Kantar reportó recientemente que apenas tres de cada 10 consumidores logró en los últimos meses sostener sin cambios sus hábitos de consumo, y que, según una encuesta de alcance nacional, más de la mitad de los argentinos dejó de comprar sus marcas preferidas para cambiarlas por otras más económicas.

La inflación se ha desacelerado los últimos tres meses en el país, pero sigue siendo una de las más altas a nivel mundial, con un acumulado de 51,6 por ciento en los primeros tres meses del año.

En los barrios populares, los comedores comunitarios han denunciado un fuerte desfinanciamiento por parte del Gobierno, por lo que la ayuda social depende especialmente del esfuerzo e ingenio de los vecinos.

En paralelo, la demanda de asistencia se ha duplicado y, en algunas zonas, hasta triplicado.

Zulma Monges, referente del comedor Vivan los Sueños Felices del Barrio Costa Esperanza del partido de San Martín, en la periferia oeste de la capital, dijo a la prensa local que la ayuda distrital no es suficiente: "Muchos comedores tuvieron que cerrar sus puertas porque no tenían qué brindar", expresó la mujer.

Monges, quien también integra la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), contó que "el esfuerzo lo estamos haciendo nosotros, los trabajadores y las barriadas, soportando el ajuste que está haciendo el Gobierno".

"Tenemos la obligación de no bajar los brazos y de seguir trabajando, porque en los barrios hay una necesidad clara, la gente te dice que no le alcanza ni para el alquiler, ni para los servicios, ni para el transporte y menos para la comida", aseveró la mujer.

Stella Crisol (73) vive en las afueras de la ciudad de Bahía Blanca, en la central provincia de Buenos Aires.

Si bien está jubilada, la mujer retomó su oficio de pedicura, una tarea que le permite mejorar un poco su magra jubilación: "Visito antiguas clientas en el centro de la ciudad y con lo que gano sumo un poco más para llegar a fin de mes", dijo la mujer a esta agencia.

Su familia, además, la ayuda con productos de limpieza y alimentos: "Mi hermana me compra algunas cosas, mis hijos me mandan otras y así es cada mes. Sin ellos, tendría que elegir entre pagar el alquiler o comer", contó.

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